21 mar 2010

Los últimos sucesos

Por: Clinton Wahlen

Siete hechos esenciales sobre los eventos del fin

Cuánto le queda a nuestro mundo? Los crecientes desastres naturales y los creados por el hombre indican que el fin está cercano. Aunque no podemos saber cuánto más durará este mundo, tenemos una idea de los eventos futuros gracias a los escritos de Elena White. Por razones de espacio, solo mencionaremos algunos de ellos. He aquí siete hechos esenciales sobre este período.

1.
Desde 1844 no hay necesidad de profecías de tiempo.

La conclusión –en 1844– del más extenso período profético, marca el comienzo del fin de la historia de la tierra. Desde este punto ventajoso podemos contemplar los indicios de los eventos finales, pero se nos advierte que ninguna nueva luz se basará en cálculos definidos de tiempos específicos para estos eventos. Los sucesos desde 1844 apoyan con creces la predicción que realizó Elena White en 1909: «Grandes cambios están a punto de producirse en el mundo, y los movimientos finales serán rápidos».1 Pero también expresó que Cristo ya habría regresado si la iglesia hubiera tenido éxito en cumplir la obra que Dios la llamó a realizar. Su regreso ha sido postergado «por misericordia, porque si el Maestro viniese muchos serían encontrados sin preparación».2

2.
Tanto nuestro derecho al cielo como la idoneidad para él, se hallan en la justicia de Cristo». 3

Una comprensión equivocada del evangelio puede llevarnos a no estar listos para el futuro. La confesión y el arrepentimiento hacen que el creyente alcance la armonía con Dios y su ley. La verdadera santificación es una obra progresiva, y el objetivo es ser semejantes a Cristo. Al mismo tiempo, se nos da esta seguridad: «Si estáis en una correcta relación con Dios hoy día, estaréis preparados en caso que Cristo venga hoy».4

3.
La iglesia atravesará un falso reavivamiento, pero se ignorarán las manifestaciones genuinas del Espíritu.

El propósito del mensaje para el tiempo del fin es preparar a un pueblo para la segunda venida, pero Satanás introducirá falsificaciones basadas en emociones para apartar las mentes de la verdad. «No debemos considerar que es nuestra obra crear la agitación de los sentimientos».5 «Es por medio de la Palabra –no de sentimientos ni excitación– como queremos influenciar a la gente para que obedezca la verdad».6

También se nos advierte que «tenemos mucho más que temer de enemigos internos que externos».7 Satanás buscará sacudir nuestra confianza en el espíritu de profecía porque sabe que no puede «disponer de una senda tan clara para introducir sus engaños y atar a las almas con sus errores si se obedecen las amonestaciones y reproches del Espíritu de Dios».8

4.
Tenemos que ser santificados por la obediencia a la verdad y conocer el proceso de juicio de Cristo para sobrevivir al zarandeo.

Satanás busca desviar nuestra mente de Jesús de manera que nos preocupemos por los logros y placeres de este mundo. Pronto «se nos querrá imponer la marca de la bestia. Para aquellos que han ido cediendo paso a paso a las exigencias del mundo y se han acomodado a sus costumbres, no será cosa difícil ceder ante las autoridades dominantes, antes que someterse al escarnio, a los insultos, a la amenaza de encarcelamiento y a la muerte […]. Satanás acosará severamente a los fieles; pero saldrán más que vencedores en el Señor» por la obediencia a la verdad.9

Por otro lado, muchos adventistas renunciarán a la fe: «Al unirse con el mundo y participar de su espíritu, llegarán a ver las cosas casi bajo el mismo aspecto; de manera que cuando llegue la hora de la prueba estarán preparados para situarse del lado más fácil y de mayor popularidad».10 Elena White declara inclusive que «puede parecer que la iglesia está por caer, pero no caerá»,11 y que la mayoría de los verdaderos seguidores de Cristo están en Babilonia. «Miles y miles de personas que nunca habrán oído palabras semejantes, las escucharán»,12 por más que «serán desatendidas por la vasta mayoría».13

5.
La proclamación final y gloriosa de Apocalipsis 18 es una revelación del carácter de amor de Dios.

A medida que se acerca el fin, los testimonios del pueblo de Dios «se harán más decididos y poderosos».14 «El último mensaje de clemencia que ha de darse al mundo es una revelación del carácter de amor de Dios. Los hijos de Dios han de manifestar su gloria. En su vida y carácter han de revelar lo que la gracia de Dios ha hecho por ellos».15 Sus rostros brillarán, «Se realizarán milagros, los enfermos sanarán y señales y prodigios seguirán a los creyentes». Satanás también obrará con «falsos milagros», y así «los habitantes de la tierra tendrán que decidirse en pro o en contra de la verdad».16

6. El factor decisivo, sea que recibamos el sello de Dios o la marca de la bestia, es la lealtad.

La marca de la bestia es «la señal de sumisión a los poderes del mundo»,17 mientras que el sello de Dios se da a los que permanecen fieles a la autoridad divina. Aunque nadie ha recibido aún la marca de la bestia, esta será dada no solo porque los seres humanos «no han de trabajar con sus manos en domingo», sino porque «con sus mentes […] reconocen el domingo como el día de reposo».18 Los que reciban el sello de Dios serán protegidos en el tiempo de angustia y reflejarán «plenamente la imagen de Jesús».19

Una vez que «todos los que han resultado fieles a los preceptos divinos» hayan sido sellados, llega a su fin la intercesión de Jesús, termina el tiempo de prueba, y los pecados del pueblo de Dios son borrados.20 La venida de Cristo no cambia nuestro carácter; «tan solo lo fija para siempre sin posibilidad de cambio».21 No hay necesidad alguna de otro «tiempo de gracia», porque los que persistan en resistir las convicciones del Espíritu Santo «nunca serán convencidos».22

7.
La lluvia tardía será más abundante que la lluvia temprana y ayuda a preparar al pueblo de Dios para soportar el tiempo de angustia.

Mediante las imágenes bíblicas de la cosecha, Elena White explica que «la maduración del grano representa la terminación de la obra de la gracia de Dios en el alma. Mediante el poder del Espíritu Santo se ha de perfeccionar en el carácter la imagen moral de Dios. Debemos ser totalmente transformados a la semejanza de Cristo».23 En especial durante el tiempo de angustia, Jesús ve las dificultades que enfrenta su pueblo, y aun «la prisión se volverá palacio».24 Pero los malvados «nunca se acostumbraron a amar lo que es puro […], y ya es demasiado tarde. Su vida de rebelión contra Dios los ha inhabilitado para el cielo. La pureza, la paz y la santidad que reinan allí serían para ellos un tormento; la gloria de Dios, un fuego consumidor […]. Su exclusión del cielo es un acto de su propia voluntad y un acto de justicia y misericordia por parte de Dios».25

Elena White buscó a menudo atraer las mentes a las glorias del cielo y la tierra nueva. La recompensa de los justos, escribió, «solo la conocerán quienes la contemplen […]. En aquellas pacíficas llanuras, al borde de aquellas corrientes vivas, es donde el pueblo de Dios que por tanto tiempo anduvo peregrino y errante, encontrará un hogar».26 Cuanto más aprendamos de Dios, más admiraremos su carácter y con mayor convencimiento podremos testificar que «Dios es amor».27

1
Elena G. de White, Eventos de los últimos días, p. 11. Nótese que las ideas no documentadas de este artículo también han sido extraídas de esta importante compilación.

2 Ibíd., p. 38.
3 Ibíd., p. 287.
4 Ibíd., p. 75.
5 Ibíd., p. 94.
6 Ibíd.; p. 95.
7 Ibíd., p. 160.
8 Elena G. de White, Mensajes selectos, vol. 1, p. 55.
9 Elena G. de White, Testimonios para la iglesia, vol. 5, pp. 76, 77.
10 Elena G. de White, El conflicto de los siglos, pp. 593, 594.
11 White, Eventos de los últimos días, p. 184.
12 White, El conflicto de los siglos, p. 592.
13 Elena G. de White, En los lugares celestiales, p. 343.
14 White, Eventos de los últimos días, p. 205.
15 Elena G. de White, Palabras de vida del Gran Maestro, p. 342.
16 White, El conflicto de los siglos, p. 597.
17 Ibíd., p. 591.
18 White, Eventos de los últimos días, p. 228.
19 Elena G. de White, Primeros escritos, p. 71.
20 White, El conflicto de los siglos, p. 599.
21 White, Testimonios para la iglesia, vol. 5, p. 441.
22 White, Eventos de los últimos días, p. 241.
23 Ibíd., p. 187.
24 Ibíd., p. 270.
25 White, El conflicto de los siglos, p. 531.
26 Ibíd., p. 654.
27 Ibíd., p. 657.

Fuente: Adventist World. Marzo 2010

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