tag:blogger.com,1999:blog-44321022664328570772024-02-06T20:09:06.354-08:00conexion adventista reflexiones y meditacionesMauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.comBlogger44125tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-91696275436100420962012-05-12T09:44:00.002-07:002012-05-12T09:49:19.995-07:00Para Dios no hay demoras<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2vnZeOmbzko3BfVBRSC2XIKvANdtRQ-8IU4jXOB-HOKOlrLP6cc2X4gq55a3r-EeOpPx2FWgDSUo3d92_tULc3V8uEUgL6UYvBcGZlVVCvEz8b48vaB0QTwHya-B-2LGmlP4hDdEjMOM/s1600/Hora+profetica+el+segundo+regreso+de+jesus+esta+cerca.JPG"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 272px; height: 272px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2vnZeOmbzko3BfVBRSC2XIKvANdtRQ-8IU4jXOB-HOKOlrLP6cc2X4gq55a3r-EeOpPx2FWgDSUo3d92_tULc3V8uEUgL6UYvBcGZlVVCvEz8b48vaB0QTwHya-B-2LGmlP4hDdEjMOM/s320/Hora+profetica+el+segundo+regreso+de+jesus+esta+cerca.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5741687806283118050" border="0" /></a>Por: Mary H. T. Wong<br /><br /><p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Me sentí enojada y frustrada después de hablar por teléfono con mi agente de bienes raíces. Era casi la vigésima vez que mi esposo y yo habíamos perdido una oferta por la casa que queríamos, y ya habían pasado dos años desde que habíamos comenzado a buscar una. Es probable que ya habíamos recorrido cien casas desde nuestro regreso al área.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Después de vivir encerrados en edificios elevados en el campo misionero, queríamos hallar una casa con un jardín amplio y vista hacia las montañas o a una fuente de agua. Por eso, cada vez que íbamos a ver una casa, lo primero que hacíamos era mirar por las ventanas para ver si se veía alguna montaña al menos en el horizonte. Es verdad, nos mostraron casas al pie de las montañas o en sus laderas, pero generalmente el precio estaba más allá de nuestras posibilidades o no cumplían los requisitos mínimos que nos habíamos propuesto.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Hubo otra cosa que nos frustró sobremanera. Si bien las condiciones habían sido favorables para la adquisición de inmuebles cuando llegamos y se había predicho más de una vez que se producirían caídas considerables de precios, el mercado no daba signos de decaer. Varias veces pensamos que habíamos hallado la casa ideal y dimos una oferta, sólo para descubrir que alguien había ofertado más que nosotros. Fue en esos momentos que clamé a Dios con amargura y lo acosé con preguntas: “¿Por qué, Señor? ¿No te importan nuestras necesidades?”</p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Ya nos habíamos dado por vencidos cuando sucedió lo inesperado. Alguien nos dijo que había una casa para la venta, y hacia allí nos dirigimos. Sin embargo, fue otra casa con el cartel que decía “Se Vende” en la cuadra siguiente la que nos llamó la atención. Detrás de ella, a menos de un kilómetro de distancia, se alzaba toda una cadena de montañas, y en el horizonte podíamos ver aún más montañas. Para donde miráramos había montañas. Y nos vendieron la casa aunque nuestra oferta no fue la más alta.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Cada día, mientras nos deleitamos con la impresionante y maravillosa vista de las montañas y nos emocionamos ante cada salida y puesta de sol, nos sigue asombrando que, si bien inicialmente habíamos pedido ver al menos algo de una montaña, Dios nos había reservado toda una cadena montañosa muy cerca de nuestro hogar. Ciertamente Dios ha respondido a nuestras oraciones de una manera que superó nuestras expectativas. Podemos mirar ahora y entender por qué nos permitió experimentar la desilusión de perder las demás casas. No era que no le importaban nuestras necesidades, sino porque tenía en mente una casa que nos daría más que lo que habíamos esperado y pedido. ¡Sólo tenía que hacer las cosas en su tiempo!</p> <p style="text-align: center; color: rgb(255, 0, 0); font-weight: bold;" class="articleSection"> José: Después de la espera, una vida diferente</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Después de esta experiencia puedo entender mejor dos relatos bíblicos. En primer lugar, veo al joven José atado de manos en una caravana que lo aparta de la vida protegida de hijo amado y lo arroja a una vida de servidumbre. Mientras sus ojos angustiados buscan algún signo de liberación en las colinas circundantes, sus clamores parecen rebotar en un cielo indiferente. Desesperado, llega a Egipto, como esclavo de Potifar. Sólo le restaba calmar su angustia en el trabajo duro. Pero su amo apreció su laboriosidad y lo elevó de rango. Entonces, cuando todo iba bien, la trampa de su ama produjo un cambio que lo llevó a la cárcel.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Sin embargo, José seguía acudiendo a Dios como la fuente de su fuerza e hizo lo mejor bajo las circunstancias que le tocaron. Entonces llegó la liberación desde un lugar inesperado. Su interpretación exacta de los sueños del copero y del panadero hizo que el primero fuera liberado. José sólo le pidió que le recordara al faraón de su situación. Sin embargo, los días transcurrieron sin que nada pasara. Mientras continuaba languideciendo en prisión en la flor de la vida, debe haber enviado miles de interrogantes hacia el cielo.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext">¿Qué pasó entonces? Alguien golpeó a la puerta de su celda. Los guardias lo vinieron a buscar con gran urgencia. El temor lo atenazó. ¿Estaba por ser ejecutado? José se encontraba totalmente desprevenido para los honores que le brindarían luego de interpretar los sueños del faraón. Mientras lo paseaban en carroza como segundo después del faraón, finalmente entendió que Dios había producido en el copero una amnesia temporaria. Si apenas liberado le hubiera hablado al faraón acerca de José, ¿habría tenido el mismo impacto la interpretación del sueño? En su sabiduría, Dios había permitido que José esperara para que su plan se cumpliera de una manera que excedía por mucho sus sueños más gloriosos.</p> <p style="text-align: center; color: rgb(255, 0, 0); font-weight: bold;" class="articleSection"> Moisés: La tragedia y el triunfo</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Entonces veo a Moisés mientras camina orondo por el palacio del faraón, lleno de la visión de una misión que ha sentido desde pequeño: la liberación de su pueblo de la esclavitud de Egipto. Desafortunadamente, llevado por un celo equivocado, adoptó un curso de acción impulsiva que lo arrojó del palacio al desierto inhóspito. Con desesperación y frustración, cambió la multitud de israelitas que había soñado liberar por los tropezones de un camino rocoso mientras seguía los pasos de su rebaño de ovejas. Al mirar a las montañas que lo separaban del mundo que había conocido, debe haber clamado: “¿Por qué, Dios? ¿Me has abandonado?”</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Cuarenta años después, cuando ya se había resignado a pasar el resto de su vida como un pastor humilde en el desierto, Dios lo llamó desde la zarza ardiente y le señaló su misión: sacar a los israelitas de Egipto. Para entonces, los años en el desierto habían erosionado su confianza en su capacidad para la misión. Sin embargo, animado por Dios y con la promesa de ayuda y apoyo de su hermano mayor, aceptó el llamado.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> En Egipto, a pesar de un primer rechazo de los israelitas y de la voluntad inclaudicable del faraón, finalmente pudo llevar a cabo el espectacular éxodo. ¡Cómo sufrió bajo la pesada tarea de guiar a esa multitud de personas rebeldes y de dura cerviz! Se sintió aliviado cuando llegaron a la frontera de Canaán. Pronto terminaría su labor ingrata. Sin embargo, lleno de temor, el pueblo no quiso entrar en la tierra prometida y debió vagar por el desierto durante cuarenta años como castigo. Podemos imaginar a Moisés clamando: “¿Por qué, Señor?”</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Cuarenta años pasaron, y Moisés se encontró una vez más en la frontera de Canaán. Una vez más su sueño se vio frustrado. Por lo que aparentemente fue una desviación menor de la orden divina en Cades, una vez más se le impidió entrar la tierra prometida. Tendría que conformarse con sólo una mirada lejana desde el otro lado del Jordán de la tierra que fluía leche y miel. Sin quejarse, Moisés se entregó a la voluntad divina. ¡Qué sorpresa habrá sido para Moisés despertar finalmente en la Canaán celestial!</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Bien lo dijo Salomón: “La esperanza que se demora es tormento del corazón” (Proverbios 13:12). Sin embargo, a la luz de mi propia experiencia y de la de José y Moisés, sólo me gustaría agregar que “la esperanza que se demora” a menudo le brinda la oportunidad a Dios de darnos algo mejor. Todo lo que debemos hacer es someternos a su voluntad y permitirle que haga las cosas en su tiempo.<br /></p><p class="bodytext">____________________________________________________________________<br /></p> <p style="text-align: justify;" class="about"><em>Mary H. T. Wong (Ph.D., Michigan State University) es profesora de inglés y autora de artículos y libros. Actualmente vive en San José, California, EE.UU.</em></p><p style="text-align: justify;" class="about"><em>Fuente: Revista: <a href="http://dialogue.adventist.org/index_s.htm">Dialogo Adventista</a>, <a href="http://dialogue.adventist.org/articles/18_1_wong_s.htm">Edición 2006</a><br /></em></p>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-58287795154583941792011-12-22T04:14:00.000-08:002011-12-22T04:18:53.214-08:00Navidad en familia<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhr5_-2SDgclrfHeEcwWiPT4lz5hxDSsCx5YMlJzrJPfwjfsnEC5y9C_RzhnSo-MNYTKC54-W6hUHf9I2RTB6bydfghM-eDJIGQ1e7A64UTEYqKDTu3wbz5LkgD4owmDWGPpqL57pYwED4/s1600/pesebre+viviente.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 343px; height: 220px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhr5_-2SDgclrfHeEcwWiPT4lz5hxDSsCx5YMlJzrJPfwjfsnEC5y9C_RzhnSo-MNYTKC54-W6hUHf9I2RTB6bydfghM-eDJIGQ1e7A64UTEYqKDTu3wbz5LkgD4owmDWGPpqL57pYwED4/s1600/pesebre+viviente.jpg" alt="" border="0" /></a>Por: <em>Ricardo Bentancur<br /><br /></em><p style="text-align: justify;">Allá lejos y hace mucho tiempo existían <em>las familias ampliadas</em>, integradas por los parientes que se reunían y festejaban no solo la Navidad sino que tenían cada semana encuentros llenos de algarabía. Con el paso del tiempo, los matrimonios con sus hijos impusieron la modalidad “nuclear”, tipo “cápsula”, abandonando aquellas hermosas jornadas de la parentela y ocupándose cada cual de su núcleo familiar. Hoy, ya no hay tiempo para reunirse más que en el Día de Acción de Gracias o en Navidad.</p> <p style="text-align: justify;">Vivimos tiempos de cambios profundos en las relaciones familiares: Está desapareciendo la figura del <em>abuelo</em> o la <em>abuela</em>, que antes vivían en casa y constituían el centro de la reunión de los domingos de toda la familia; ahora hay que ir a verlos al geriátrico. Las nuevas figuras del escenario familiar actual son, entre otras: el “tercero”, el “novio” de mamá o la “novia” de papá; el novio esposo o la novia esposa del hijo adolescente que muchas veces se queda a dormir en el mismo dormitorio; la figura del padre ausente o del “esposo de fin de semana”, que se alimenta del nuevo sistema de amor negociado, es decir, la relación de pareja como algo “negociable” y de conveniencia.</p> <p style="text-align: justify;">Completando este cuadro, muchos hogares tradicionales que sobreviven a los embates de los cambios, son el triste espectáculo de maltratos, abusos, incesto y violencia. Otros permanecen enzarzados en pleitos y disputas, alimentando odios y resentimientos. El hogar dejó de ser para muchos un refugio placentero; perdió esa cualidad de espacio íntimo de tregua y refrigerio. En todo caso es un buen hotel. Las estadísticas anuncian elocuentemente la destrucción de la familia tradicional.</p> <h3>No todo es negativo</h3> <p style="text-align: justify;">Pero hay una contracara en este contexto de crisis. Los profundos cambios sociales, económicos y culturales de nuestra época traen aparejados cambios también profundos en los papeles del hombre y de la mujer en el seno familiar. Y estos cambios responden más a la justicia y a la realidad. Si ha habido un resquebrajamiento dramático de la estructura de la familia, hay una razón para ello: en gran medida, dicha familia monogámica y tradicional se asentaba en relaciones de poder que postergaban a la mujer. La encerraban entre las cuatro paredes de una casa.</p> <p style="text-align: justify;">Por otra parte, en las generaciones pasadas, la libertad y el amor no tenían peso específico en la hora de la elección matrimonial. La modernidad trajo profundos cambios que alentaron los derechos humanos, y en particular los de la mujer. La inserción de la mujer en el mercado de trabajo, generando sus propios ingresos y un espacio mayor de libertad, modifica notablemente los cimientos sobre los cuales está apoyada la familia tradicional (entiéndase un núcleo formado por papá en el trabajo y mamá en la casa). Esta nueva situación hace que la mujer asuma derechos merecidos. Y en este sentido las relaciones humanas, y consecuentemente las conyugales, si bien más complejas, son hoy más abiertas, justas y auténticas.</p> <h3>Navidad en familia</h3> <p style="text-align: justify;">Hace un tiempo visitamos con mi esposa la tumba de su abuelo en Colonia Valdense, Uruguay. Él nació el 9 de marzo de 1881. Nos sorprendió saber que exactamente un siglo después nació su bisnieta, nuestra hija Mariela. Cuando vivió ese ser que ahora descansa bajo esa lápida, no sospechó jamás lo mucho que tendría que ver con mi vida, con la vida de mis hijas... y lo mucho que aún tendrá que ver con la vida de nuestros descendientes. Todos tenemos que ver con todos. Nuestros antepasados aún hablan. Y, gracias a la fecundidad, construimos nuestro futuro. Todo esto significa la palabra <em>familia</em>. Y esta esencia no cambia con los cambios culturales que trae el tiempo. Propongámonos en esta Navidad luchar por ese espacio sagrado donde yace la memoria de nuestros antepasados, que conservan nuestras raíces, y desde el cual se forja nuestra propia identidad como personas.</p> <p style="text-align: justify;">Comenzamos este número de <em>El Centinela</em>, revista que hace casi un siglo ha venido proclamando un mensaje en favor de la familia, recordando el mensaje de amor que nos trae la Navidad. Así como en este día recordamos el nacimiento del Hijo de Dios que vino a salvar el mundo, también recordamos que este no es simplemente un día en el que encontramos la excusa para cenar juntos. La Navidad tiene un mensaje más profundo: la familia ha sido creada y redimida por el amor de Dios. Recordar esto es importante en medio de la crisis que hoy sufre el núcleo familiar y consecuentemente la familia humana.</p> <p style="text-align: justify;">Recuperemos en Navidad la esperanza en la familia. Aprendamos a mirar la realidad más allá de los ojos del desengaño y la decepción; a descubrir la estrella de Belén, que persiste en darnos en esta noche su mensaje de amor y belleza.</p><div style="text-align: justify;"> Así, podemos parafrasear el texto de San Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios <em>a la familia</em>, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”<br />____________________________________________________________________<br />Fuente: <a href="http://www.elcentinela.com/">Revista El Centinela</a>, <a href="http://www.elcentinela.com/?p=article&a=44150834641.645"><span style="font-size:78%;">Diciembre 2011</span></a><br /><br /></div>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-59217382506837636262011-10-25T07:02:00.001-07:002011-10-25T07:10:47.183-07:00Cómo conocer la voluntad de Dios para mi vida<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2QTMIXaPGwSmxz8mwfObVNC_K7oqaIavCxkYgT3GwvE8eoDcNNH7u0kRvaDnJ8wOAHHha8YqKRZcoHGtxDcdXPu8fJV9sBLqggZHBwEu9CsCD4_t8Nk7R8eENXN7S85WY_ZPv_8kNC9k/s1600/C%25C3%25B3mo+conocer+la+voluntad+de+Dios+para+mi+vida.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 406px; height: 162px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2QTMIXaPGwSmxz8mwfObVNC_K7oqaIavCxkYgT3GwvE8eoDcNNH7u0kRvaDnJ8wOAHHha8YqKRZcoHGtxDcdXPu8fJV9sBLqggZHBwEu9CsCD4_t8Nk7R8eENXN7S85WY_ZPv_8kNC9k/s1600/C%25C3%25B3mo+conocer+la+voluntad+de+Dios+para+mi+vida.jpg" alt="" border="0" /></a>Por: Humberto M. Rasi<br /><br /><p style="text-align: justify;" class="bodytext"> <span style="font-weight: bold;font-size:180%;" >N</span>uestra vida consiste en una serie de decisiones. Aunque algunas son de poca importancia, otras tienen gran significado y traen consecuencias de largo alcance. En cierto momento, cada uno de nosotros define su postura con respecto a tres asuntos fundamentales. Primero, decidimos el papel que Dios y la religión tendrán en nuestra vida. Segundo, escogemos la carrera o profesión con que nos ganaremos el sustento diario. Tercero, resolvemos si nos casaremos o no y quién será la persona con quien formaremos un hogar.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> A medida que avanzamos en la vida, seguimos haciendo decisiones. ¿Dónde estudiaremos y qué título obtendremos? Al completar los estudios, ¿buscaremos empleo o trabajaremos de manera independiente? ¿En qué localidad nos radicaremos? ¿De qué manera emplearemos nuestras ganancias? Si nos casamos, ¿tendremos hijos o no? ¿Y cuántos?</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> A través de los siglos, los seres humanos han utilizado diversos métodos para tomar decisiones. Algunos buscan el consejo de amigos de experiencia o consejeros de confianza. Otros abren la Biblia al azar para encontrar un pasaje orientador o consultan a adivinos.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Como cristianos, queremos hacer la voluntad de Dios cada vez que nos encontramos frente a decisiones significativas. Cuando hablamos con el Señor en oración, a menudo repetimos las palabras del Padrenuestro, que incluye esta petición: “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:10). ¿Qué nos enseña la Biblia acerca de la voluntad de Dios?</p> <p style="font-weight: bold;" class="articleSection"> El significado de la palabra <em>voluntad</em></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La palabra “<span style="font-weight: bold;">voluntad</span>” tiene tres significados básicos, que se aplican tanto a Dios como a los seres humanos.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> <em><span style="font-weight: bold;">Voluntad</span>: la capacidad y el poder de elegir.</em> Dios posee la capacidad de decidir y la ha ejercido siempre. En cierto momento decidió crear el universo y poblarlo con seres inteligentes. También escogió ordenar este planeta y crear a Adán y a Eva para vivir en él. Más tarde eligió a Abraham y a sus descendientes para que fueran su pueblo especial. Asimismo decidió venir a este mundo como ser humano en la persona de Jesucristo para rescatarnos del pecado mediante su muerte y resurrección.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Dios nos creó con la capacidad de tomar decisiones, lo que constituye una parte importante de haber sido formados “a imagen de Dios”. De ahí que podemos elegir obedecerle o desobedecerle con consecuencias previsibles. (Ver Deuteronomio 30:15, 19, 20; Apocalipsis 3:20.) Dios respeta y protege nuestra libertad individual de escoger. Él anhela que, al tomar decisiones, elijamos bien y de esa manera desarrollemos nuestro carácter.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> <em><span style="font-weight: bold;">Voluntad</span>: el deseo de realizar algo o de alcanzar un objetivo.</em> Dios, cuyo carácter es perfecto amor y perfecta justicia, siempre desea lo bueno para sus criaturas (Jeremías 29:11) y nunca se siente inclinado hacia el mal (Santiago 1:13). Él desea, por ejemplo, que todos los seres humanos alcancemos la vida eterna (1 Timoteo 2:3, 4) y que crezcamos espiritualmente (Colosenses 1:9, 10). </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Los seres humanos también sentimos el deseo de realizar algo o de alcanzar un objetivo en la vida. Con frecuencia, por causa del pecado que nos afecta, elegimos actuar de manera egoísta y perjudicial. El apóstol Pablo era consciente de su inclinación al mal: “No hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago” (Romanos 7:15, 20).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> <em>Voluntad: propósito firme, determinación o plan. </em>Pablo se refiere al plan de Dios, quien “hace todas las cosas según el designio de su voluntad” (Efesios1:11). Su plan de salvación, por ejemplo, fue diseñado antes de la creación del mundo (1 Pedro 1:18-20). Cristo vino a este planeta en el momento preciso en la historia de la redención (Gálatas 4:4, 5). Dios conoce el día y la hora en que Cristo regresará en gloria a este mundo (Mateo 24:26, 27). También ha escogido el día en que juzgará a los seres humanos de todos los tiempos (Hechos 17:31). En algunos casos, Dios ha revelado aspectos importantes de su gran plan mediante profecías cuyo cumplimiento es preciso. Y en el capítulo 2 del libro de Daniel, por ejemplo, encontramos una secuencia de los poderes que han venido dominando al mundo desde el imperio babilónico hasta el fin de la historia. Y en el libro de Apocalipsis capítulos 2 y 3 se bosquejan las principales etapas de la historia del cristianismo.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Uno de los temas más interesantes para los cristianos es reflexionar sobre cómo Dios llevará a cabo su plan de acuerdo con su voluntad soberana, mientras permite que cada ser humano ejerza su libre albedrío. Esto inspiró al apóstol Pablo a exclamar: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” (Romanos 11:33).</p><span style="font-weight: bold;"> <br />¿Por qué es importante?</span><br /><br /><p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Algún lector podrá preguntarse por qué es importante conocer la voluntad de Dios para nuestra vida.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Debemos reconocer que en nuestra condición natural no nos interesa ni nos importa conocer la voluntad de Dios. Y aunque supiéramos lo que él anhela para nosotros, tenderíamos a rechazar o a oponernos a sus mejores deseos. Por naturaleza, estamos en rebelión contra él. Sin embargo, Dios anhela que cambiemos nuestra actitud. Quiere ser nuestro Salvador y nuestro Amigo. Desea que le conozcamos, amemos y obedezcamos, para que nos vaya bien en la vida. Por eso el Espíritu Santo habla constantemente a nuestra conciencia. Nos invita: “Dame, hijo mío, tu corazón y miren tus ojos por mis caminos” (Proverbios 23:26). Quiere guiar nuestras decisiones para nuestro bien (Salmo 32:8, 9). El apóstol Pablo nos anima a volvernos especialistas en conocer la voluntad de Dios (Efesios 5:16, 17). Si la obedecemos, nos asegura que pasaremos la eternidad en su compañía (Mateo 7:21; 1 Juan 2:17).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Por eso Satanás procura que permanezcamos separados de Dios y en rebelión contra él. Y aunque hayamos decidido obedecer a Dios, Satanás sigue intentando que le desobedezcamos. Este proceso de prueba se conoce con el nombre de <em>tentación</em> y es permitido por Dios. Cada día de nuestra vida se libra en nuestra conciencia este drama de consecuencias eternas. Mediante el Espíritu Santo, Dios nos invita a que alineemos nuestra voluntad con la suya, mientras Satanás trata de convencernos de que Dios no nos ama y no quiere que disfrutemos de la vida. Sin embargo, cuanto más tiempo obedecemos a Dios, tanto más se debilitan las tentaciones, porque Dios fortalece nuestra capacidad de elegir lo bueno.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Cuando entendemos la guerra mortal en que estamos involucrados, también llegamos a comprender por qué Dios está tan interesado en nuestra salud física y mental. El desea que nada afecte nuestra capacidad de elegir consciente y libremente entre obedecerle o desobedecerle. Por eso nos aconseja que mantengamos el cuerpo libre de sustancias que disminuyen nuestra capacidad de razonar y que conservemos nuestra mente libre de las influencias negativas que nos llegan a través de lo que leemos, miramos u oímos. Nada debe impedir que escuchemos con claridad la voz de Dios en nuestra conciencia.</p> <p style="text-align: left; font-weight: bold;" class="articleSection"><br /></p><p style="text-align: left; font-weight: bold;" class="articleSection">¿Cuáles son las condiciones?</p> <p class="bodytext"> Dios ha establecido tres condiciones básicas para conocer su voluntad para nuestra vida.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> <em>Confianza</em> en que Dios existe, que es bueno y justo, y que desea lo mejor para nosotros (Hebreos 11:6).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> <em>Obediencia</em>: Decidir obedecer a Dios en todo aquello en que ya haya revelado su voluntad para nosotros. Esto requiere desterrar de nuestra vida todo pecado conocido. Dice el salmista: “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado” (Salmo 66:18). Por otra parte, “si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye” (1 Juan 5:14).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> <em>Sumisión</em>: Estar dispuestos a obedecer lo que Dios nos revele de su voluntad. Esto requiere una actitud especial, porque nuestra tendencia natural es decirle al Señor: “Muéstrame tu voluntad y después déjame que decida si la voy a obedecer o no”. Se cuenta que un joven elevó a Dios una oración parecida: “Señor, quiero servirte como misionero. Estoy listo a ir a cualquier parte que tú me envíes, con tal que el sueldo sea bueno y el clima agradable”. Esta actitud tragicómica se basa en dos falacias: Creer que sabemos mejor que Dios lo que nos conviene y pensar que él no desea nuestra felicidad ni nuestra salvación eterna.</p> <p style="font-weight: bold;" class="articleSection"><br /></p><p style="font-weight: bold;" class="articleSection">¿Cuáles son los siguientes pasos?</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Existen cinco factores que nos ayudan a conocer la voluntad de Dios y aplicarla a nuestra vida. Vamos a repasarlos.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> <em>1. La Biblia: En este libro inspirado Dios comunica su voluntad para todos los seres humanos de todos los tiempos.</em> La Biblia nos provee instrucción específica sobre la voluntad de Dios. También encontramos en ella ejemplos sobre las bendiciones de la obediencia y los tristes resultados de la desobediencia. Por eso nos conviene estudiarla cada día, individualmente y en grupos. Ella contiene enseñanzas sobre la salvación, la familia, el trabajo, las finanzas, los hábitos de vida y muchos otros temas importantes. </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Pablo dice que en las Escrituras podemos hallar todo lo necesario para vivir una vida digna y alcanzar la vida eterna (2 Timoteo 3:15-17). Los cristianos encontramos en los Diez Mandamientos (Éxodo 20:3-17) los grandes principios morales que definen nuestra relación con Dios y con nuestros semejantes (Lucas 10:27). Cuando aceptamos a Jesucristo como Salvador y Amigo, orientamos nuestra existencia en base a esos principios como una expresión de nuestro amor hacia él (Juan 14:15). Jesús no sólo presentó un modelo perfecto de cómo se viven esos principios, sino que también explicó sus implicaciones para la vida real (ver Mateo capítulos 5 al 7).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> <em>2. El Espíritu Santo: Dios se comunica con nosotros mediante el Espíritu Santo hablando a nuestra conciencia.</em> El Espíritu Santo es Dios mismo apelando a nuestra voluntad (Isaías 30:21). Sin embargo, la conciencia no es siempre ni necesariamente la voz de Dios, porque puede estar deformada o cauterizada. Aunque el Espíritu Santo venía actuando en el mundo desde la Creación, cuando Cristo completó su ministerio en esta Tierra y ascendió al cielo, nos dejó el Espíritu Santo para cumplir una misión especial (Hechos 1:8).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Hay momentos cuando escuchamos la voz del Espíritu de Dios con más claridad. Esto sucede cuando oramos y permanecemos silenciosos aguardando la respuesta de Dios. También ocurre cuando estudiamos un pasaje de la Biblia, meditamos sobre su significado y le pedimos al Espíritu Santo que nos enseñe a aplicarlo a la vida. Además, podemos sentir las impresiones de Dios cuando participamos con otros cristianos en la adoración, el canto congregacional, la oración pública y cuando escuchamos la exposición de la Palabra de Dios con poder. </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Es el Espíritu Santo quien nos hace entender las verdades espirituales (Juan 16:13) y nos capacita para hacer lo que Dios desea (Filipenses 2:13; Hebreos 13:20, 21. El Espíritu también estimula nuestro pensamiento para imaginarnos el gozo que experimentaremos cuando hagamos la voluntad de Dios (Salmo 37:3-6).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> <em>3. Los eventos de la vida: Dios nos ayuda a discernir su voluntad al interpretar con sabiduría lo que nos acontece.</em> Cuando tomamos una decisión que nos parece correcta y avanzamos en cierta dirección, Dios con frecuencia abre o cierra las puertas de la oportunidad delante de nosotros. Por ejemplo: Solicitamos admisión en tres universidades y una de ellas nos acepta y además nos ofrece una beca. Pedimos trabajo en dos empresas y una de ellas nos invita, con el sábado libre. Conocemos a alguien, aparentemente por casualidad, y ese encuentro abre oportunidades inesperadas.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> En la Biblia encontramos varios casos en que Dios utiliza los eventos para llevar adelante su plan. Cuando los hermanos de José están a punto de matarlo motivados por la envidia, una caravana de mercaderes pasa cerca de ellos en el momento oportuno y lo compran como esclavo (Génesis 37:12-28). Años más tarde, cuando José había llegado a ser el primer ministro del faraón en Egipto, les dice a sus hermanos que Dios, en su providencia, lo había enviado a esa tierra extraña para salvarles la vida a ellos y a toda su familia (Génesis 45:7, 8).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Rebeca llega a buscar agua para su rebaño justamente cuando Eliezer, siervo de Abraham, se acerca al mismo pozo después de haber orado a Dios para que le ayudara a encontrar una esposa para Isaac (Génesis 24:12-46).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Dos eventos en la vida de Pablo muestran la providencia divina en acción. Durante uno de sus viajes misioneros, el apóstol decide dirigirse a una región de Asia Menor para predicar el evangelio, pero el Espíritu Santo le impide hacerlo y en cambio lo guía hacia Europa con ese fin (Hechos 16:6-10). Algún tiempo después Pablo se propone viajar a Roma para comunicar el cristianismo en la capital del vasto imperio (Hechos 19:21). Eventualmente llega a Roma a predicar las buenas nuevas de salvación, pero como prisionero de las autoridades romanas (Hecho 23:11; Filipenses 1:12, 13).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> En cada caso, sin embargo, debemos interpretar los eventos y las circunstancias asegurándonos de que no contradicen los principios de la Biblia y que coinciden con la orientación del Espíritu Santo.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> <em>4. Consejeros cristianos: Personas de experiencia y buen juicio que pueden ayudarnos a aplicar los principios de la Palabra de Dios a nuestra vida. </em>Cuando estamos frente a una decisión importante, nos beneficiaremos mucho al escuchar el consejo de quienes nos conocen bien, como nuestros profesores y mentores (Proverbios 11:14). Nuestros padres, si son cristianos, también pueden orientarnos con sabiduría (Proverbios 23:22). De la misma manera, es valioso el parecer de pastores, capellanes y líderes de confianza.<span class="superscript">1</span> (El apóstol Pablo prestó atención al consejo de sus amigos durante los disturbios en Efeso y de esa manera probablemente salvó su vida. Ver Hechos 19:30, 31.) </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> El diálogo con personas de experiencia ofrece la ventaja de que pueden evaluar nuestra situación con cierta objetividad. Además, pueden hacernos preguntas que aclaren nuestro pensamiento y sugerir opciones que no habíamos considerado. Por supuesto, si ya hemos formado nuestro hogar, debemos conversar con nuestro cónyuge e incluso con nuestros hijos, evaluando el pro y el contra, puesto que ellos también serán afectados por la decisión que tomemos.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> <em>5. La reflexión personal: Evaluamos con oración los cuatro factores anteriores y tomamos una decisión.</em> Ahora que hemos satisfecho las tres condiciones –confianza en Dios, obediencia a su voluntad y sumisión a lo que él nos indique– integramos los cuatro factores. Tomamos en cuenta los principios bíblicos, las impresiones del Espíritu Santo, el sentido de dirección que nos indican los eventos y el consejo de personas en quienes confiamos. La lista titulada “Antes de tomar una decisión importante” puede ayudarnos en el proceso.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Esto es esencial, porque no debemos confiar demasiado en nuestro juicio, que con frecuencia es parcial y limitado: “No te apoyes en tu propia prudencia. No seas sabio en tu propia opinión” (Proverbios 3:5, 7), aconseja Salomón. “Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 16:25). Sin embargo, la decisión final debe ser nuestra.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> A pesar de haber tomado cuidadosamente estos cinco pasos, es posible que cometamos errores y hagamos decisiones incorrectas. Pero Dios es paciente con nosotros (Salmo 103:13, 14). Debemos pedir perdón, volver atrás y comenzar de nuevo el proceso.</p> <p class="articleSection"> <span style="font-weight: bold;">Conclusión</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Durante su ministerio, Jesús repitió varias veces un relato con variaciones. Es la parábola del dueño de una hacienda que, antes de partir hacia una tierra lejana, llama a su mayordomo y le pide que se haga cargo de toda su propiedad mientras él se encuentra ausente. Cuando el dueño regresa le pide al mayordomo un informe sobre cómo ha desempeñado sus responsabilidades. En otra versión, Jesús cuenta el relato de un hombre rico que confía su fortuna a varios de sus empleados y después de un tiempo les pide cuentas. </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La esencia de estos relatos es la misma: Dios nos ha confiado vida, talentos, oportunidades y opciones para la acción. Nos provee orientación y se alegra cuando tomamos buenas decisiones. Su promesa es segura: “Este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; él nos guiará aun más allá de la muerte” (Salmo 48:14). Por eso, cuando hacemos frente a una decisión importante y queremos conocer la voluntad de Dios, podemos orar como David: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno” (Salmo 139:23, 24). </p> <p class="about"><em>Humberto M. Rasi (Ph.D., Stanford University) es el fundador y redactor en jefe de Diálogo Universitario. </em></p> <p class="articleSection">REFERENCIAS</p> <p style="text-align: justify;" class="articleReference"> 1. Los adventistas del séptimo día creemos que los escritos de Elena White, fundamentados en los principios bíblicos, proveen orientación inspirada sobre muchos aspectos de la vida cristiana y los consultamos antes de tomar una decisión importante.</p> <p class="articleReference"> 2. Cuestionario adaptado del libro de Dwight L. Carlson, <em>Living God´s Will</em>, pp. 153-156.</p><p class="articleReference"> </p><hr /> Fuente: <a href="http://dialogue.adventist.org/articles/18_1_rasi_s.htm">Dialogo Universitario</a>.<br /><a href="http://dialogue.adventist.org/index_s.htm"><img style="width: 67px; height: 55px;" src="http://dialogue.adventist.org/graphics/amicus_logo.jpg" class="graphicRL" /></a>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-41687699669764234812011-08-20T05:42:00.001-07:002011-08-20T05:58:06.962-07:00Tuvo compasión de ellos: La actitud de Cristo hacia los pobres<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5cM9U973DLjkMFR1hIzYIYrcroHUvql3YaieZG2KQSTZ-CTT3jQwZMHdOdGoog78m-CNH0sZAQ9bKIOgl1OpnSZTcQBE164fy0DA9h2oty6c7qNPTJd3hI3C4GsYMY5XVfBC30VCIGZA/s1600/christ_feet.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 299px; height: 339px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5cM9U973DLjkMFR1hIzYIYrcroHUvql3YaieZG2KQSTZ-CTT3jQwZMHdOdGoog78m-CNH0sZAQ9bKIOgl1OpnSZTcQBE164fy0DA9h2oty6c7qNPTJd3hI3C4GsYMY5XVfBC30VCIGZA/s1600/christ_feet.jpg" alt="" border="0" /></a>Por: Walter Douglas
<br /><p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La enseñanza más distintiva del cristianismo es que Dios se despojó de sus atributos divinos y participó de lleno en la experiencia humana. En este proceso, Jesús mostró al mundo que los seres humanos pueden ser santos al practicar la compasión por el pobre, el oprimido, el incapacitado, el paria y el extranjero.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Los evangelios revelan la innegable verdad de que Jesús se conmovía ante las necesidades humanas y respondía mediante actos de misericordia. A menudo, llamó la atención a las necesidades y preocupaciones de los pobres y despreciados; tenía un interés específico en relacionarse con ellos y darles las buenas nuevas de salvación. Sin embargo, a menudo, antes de atender sus necesidades espirituales, también respondía a sus necesidades físicas. Desafiaba a los pudientes a responder a las necesidades de los pobres como su deber. De los pobres decía que ellos nos proveen una oportunidad para hacer el bien y constituyen un examen de nuestra aptitud para participar del reino celestial (ver Mateo 25:31-46).</p> <p style="font-weight: bold; text-align: center;" class="articleSection"> El interés de Jesús por los pobres</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La simpatía de Jesús por los pobres se demuestra vez tras vez en el Nuevo Testamento. Cierta vez, Jesús contó la historia de un hombre rico que creía estar en crisis por falta de graneros para sus cosechas. La pregunta que se hacía dejaba entrever su gran ansiedad: “¿Qué haré, porque no tengo donde guardar mis frutos?” (Lucas 12:17). Este hombre próspero, que contemplaba la posibilidad de construir graneros más grandes para almacenar su abundante cosecha, demostraba al mismo tiempo su insensibilidad hacia las necesidades de los pobres. Sin embargo, Jesús señala la verdadera causa de la crisis en su vida: el egoísmo y la avaricia, pues podría haber solucionado sus problemas reconociendo su deber hacia los pobres. Debía aprender la lección que Jesús enseñaba con mucha claridad: que somos bendecidos para ser una bendición para otros y que es un privilegio servir a los demás. Jesús llamó a este hombre un necio y enseñó que la verdadera sabiduría se halla en ayudar a los necesitados.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Otro ejemplo del profundo interés de Jesús por los pobres es su diálogo con el joven rico. Este joven era poderoso no sólo económicamente, sino que gozaba de influencia religiosa y política. Es evidente que su riqueza e influencia no satisfacían los deseos más profundos de su corazón; por eso se acerca a Jesús en una búsqueda sincera de la vida eterna. Jesús demuestra interés genuino en él y contesta su pregunta diciéndole: “Anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres... y ven y sígueme”. Sin embargo, este requisito para el discipulado era demasiado grande. Era pagar un precio muy alto para seguir a Jesús. Por eso este joven rico “se fue triste” (Marcos 10:21, 22).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> De las muchas lecciones que pueden desprenderse de esta historia, una por lo menos es clara, y es que Jesús constantemente mostraba interés por los pobres, los que parecían estar siempre en su mente y en su conversación. Al iniciar su ministerio público, lo hace leyendo lo que el profeta Isaías predijo del Mesías: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres... pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor” (Lucas 4:18, 19). Jesús era consciente que su mesianismo incluía velar por los pobres y necesitados. Por ejemplo, cuando Juan languidecía en la prisión y, dudando del mesianismo de Jesús, envió a algunos de sus discípulos en busca de evidencia y éstos le preguntaron a Jesús: “¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?”, la respuesta de Cristo fue simple: “Id, y decidle a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio” (Mateo 11:3-5). Las obras de compasión de Jesús testificaban de su mesianismo. De la misma manera, los seguidores de Cristo deben mostrar por sus obras cómo cumplen con su responsabilidad hacia los pobres y necesitados, no con palabras nobles sobre la pobreza sino por medio de actos comunes que alivien su sufrimiento y dolor. Dicho de otro modo, nuestro deber hacia los pobres va más allá de lo que decimos. Implica lo que hacemos en su favor. De hecho, “la verdadera adoración consiste en trabajar juntos con Cristo. Las oraciones, exhortaciones y conversaciones, muchas veces asociadas, son frutos baratos. Sin embargo, los frutos manifestados en buenas obras al velar por los necesitados, los huérfanos y las viudas, son frutos genuinos y crecen naturalmente en un buen árbol”.<span class="superscript">1</span></p> <p style="font-weight: bold; text-align: center;" class="articleSection"> Amor en acción</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> El apóstol Juan dice: “Pero el que tiene bienes en este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” (1 Juan 3:17, 18).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Elena White escribió: “Muchos pueden ser alcanzados sólo por medio de actos de bondad desinteresados. Sus necesidades físicas deben ser atendidas primero. A medida que vean manifestaciones de amor generoso, será más fácil que crean en el amor de Cristo”.<span class="superscript">2</span> Aunque es verdad que la iglesia o los cristianos separadamente no pueden eliminar la pobreza o la enfermedad del planeta, debemos cumplir con nuestro deber cristiano y responsabilidad social hacia los menos afortunados, siendo sensibles a los efectos de la pobreza, la enfermedad y la injusticia en la vida de las personas. La Biblia sostiene que el mejorar la situación de los pobres incluye cambios religiosos, sociales y económicos.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La autora Viv Grigg dirigía su palabra en un tono bajo y casi reverente a un grupo de 20 jóvenes visionarios de edad universitaria, sobre los desafíos provocados por la pobreza. Les explicaba cómo deberían reaccionar los jóvenes cristianos ante este desafío y verlo como una oportunidad para irradiar la compasión, el cuidado y el interés de Jesús. Según Viv, “la pobreza es el problema de nuestra época. Y entre los espectros de la pobreza, pocos pueden igualar al ofrecido por las crecientes mega-ciudades del Tercer Mundo. La migración urbana es la mayor migración masiva del mundo de hoy. Los habitantes rurales se están volcando sobre estas mega-ciudades, cuya población se duplica cada diez años. Para el año 2000, un tercio de la población mundial vivirá en estas ciudades y el 40 por ciento se compondrá de habitantes ilegales residentes en barrios pobres”.<span class="superscript">3</span> </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Grigg procedió luego a desafiar al grupo de jóvenes idealistas a asumir sus responsabilidades sociales como un llamado de Dios. Los animó a evaluar dónde podrían comenzar y el trayecto que recorrerían, cómo en su propia experiencia y contexto podrían encontrarse personalmente con la pobreza o relacionarse con personas pobres. Entonces les dijo que, ya que no eran víctimas de la pobreza y la injusticia, debían asumir con seriedad su posición de privilegio y trabajar en beneficio de los menos afortunados. Habían sido bendecidos para que a su vez pudiesen bendecir al mundo, sobre todo al mundo sufriente.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Y en un tono de profunda convicción, Grigg concluyó la reunión con el siguiente desafío: “Dios está llamando, está buscando a hombres y mujeres que escuchen su voz y prediquen su mensaje a los habitantes de estas ciudades. Dios quiere quebrantarnos para que lleguemos a ser granos de trigo que mueran a sí mismos y que den sus vidas por los pobres”.<span class="superscript">4</span> </p> <p style="font-weight: bold; text-align: center;" class="articleSection"> Más allá de las palabras</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> “Tengo compasión de la gente... no tienen qué comer”, dijo Jesús (Marcos 8:2). El desafío constante que la pobreza les presenta a los seguidores de Cristo es ir más allá de la mera proclamación de la verdad acerca del amor, la compasión y el interés por los otros y en cambio, vivir la verdad realizando actos de compasión y bondad. Debemos descubrir maneras concretas de aliviar las cargas del pobre y el necesitado. Debemos verlos como personas con quienes somos uno en Dios. No podemos verdaderamente “alabar a Dios de quien provienen todas la bendiciones” e ignorar la realidad de un mundo de sufrimiento y miseria humanos. Las bendiciones de Dios deben fluir a través de nosotros de manera que transforme la vida de quienes están en necesidad. </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> El apóstol Santiago dijo: “Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” (Santiago 2:15-17). </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Esto es un llamado a la acción. Elena White nos recuerda apropiadamente: “Muchos de los que profesan su nombre han perdido de vista el hecho de que los cristianos deben representar a Cristo. A menos que practiquemos el sacrificio personal para bien de otros, en el círculo familiar, en el vecindario, en la iglesia, y en dondequiera que podamos, cualquiera sea nuestra profesión, no somos cristianos... Cuando veamos un ser humano en angustia, sea por la aflicción o por el pecado, nunca diremos: Eso no me incumbe”.<span class="superscript">5</span> </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> El rostro que Dios nos muestra de modo más público, el cuadro de Dios que se nos presenta en todo lugar en la Escritura, es el de un Dios lleno de compasión que vela por nosotros y practica acciones con preferencia hacia los pobres, los descartados y marginalizados. Las Escrituras y los escritos de Elena White nos aseguran que nuestra bondad, compasión y preocupación por las necesidades de los que están sin hogar, hambrientos y desnudos, persuadirán a más personas a seguir a Cristo que nuestras elaboradas ideas acerca de doctrinas rectas que no afectan la vida práctica. (Ver Isaías 58; Mateo 25:31-46; Santiago 2.)</p> <p style="font-weight: bold; text-align: center;" class="articleSection"> El evangelio y nuestra responsabilidad social</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> El vínculo entre el evangelio y nuestra responsabilidad social se manifiesta claramente en el ministerio de Cristo y en el Antiguo y Nuevo Testamento. La Palabra de Dios insiste que, cuando predominan la pobreza, la injusticia y la opresión, la fe que habla sólo a las necesidades espirituales de la gente, pero que falla en demostrar compasión por medio de ayuda práctica, se considera como una adoración falsa (ver Isaías 58). Como lo expresó Gandhi en una oportunidad, “debemos vivir en nosotros mismos los cambios que queremos ver en el mundo”.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Un seguidor y verdadero creyente de Cristo no puede tratar con indiferencia las desigualdades materiales y la manifestación de poder y privilegio que hiere a tantos y conduce al empobrecimiento espiritual de otros. El evangelio invita a los seguidores de Cristo y a la iglesia a solidarizar con todos los que sufren, para que juntos podamos recibir, incorporar y compartir las buenas nuevas de Jesús y mejorar la vida de todos. Como dice Cheryl Sanders: “En el reino preparado desde la fundación del mundo todos están satisfechos y libres. Una persona califica para entrar en ese reino al ejercer una buena mayordomía de su vida y al administrar los abundantes bienes que recibió como un divino legado de Dios. Y el evangelio declara que la vida eterna es la recompensa dada a los que valoraron la vida; a los que alimentaron al hambriento, dieron a beber al sediento, hospedaron al extraño, cubrieron al desnudo y visitaron al enfermo y al encarcelado; a los que llegaron a identificarse con el reino de Dios y obran unidos con él en los asuntos humanos. El desobedecer este mandato bíblico constituye una negación de la fidelidad al reino y a su Rey”.<span class="superscript">6</span> </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Ante las terribles historias de niños hambrientos alrededor del mundo, el cristiano no puede decir: “Esto no nos concierne”. No podemos tornarnos defensivos cuando tratamos con el desafío persistente de la pobreza. No se trata de un programa o de un problema del gobierno. Hace una generación, el gobierno federal y estatal de los Estados Unidos asumió la responsabilidad de la mayoría de los programas de beneficencia social, y los idealistas del país creyeron que la guerra a la pobreza podría ser ganada por medio de los impuestos de los ciudadanos. Pero se olvidaron de un detalle, de algo que es esencial para obtener el éxito, algo que los empleados del gobierno o los programas nunca podrían proveer —la fe. Se ha demostrado que en los programas que pudieron sacar a la gente de las drogas, del alcohol y de una vida de pobreza la fe en Dios es un elemento esencial.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Nuestra sociedad ha tratado de despersonalizar la pobreza hablando en términos de programas, organizaciones y estructuras. La pobreza es personal. Los pobres son personas. Esta es la gente de la cual habló Jesús vez tras vez en su enseñanza y en su predicación. Tuvo compasión de ellos y nos desafió a asumir nuestro deber de constituirnos en una bendición para ellos. Como tal, el seguidor de Cristo no puede excluirse de involucrarse en esta situación humana. No podemos argumentar que no es nuestra culpa que estas personas sean pobres. Podríamos inclusive descubrir que viven en la pobreza debido a que algunos de nosotros vivimos con toda comodidad. La pobreza es una crisis humana. Y para quienes son bendecidos y privilegiados, ignorar a los pobres constituye una contradicción entre la confesión de fe y la conducta.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La iglesia y los seguidores de Cristo deben responder a la pregunta: “¿Soy yo guarda de mi hermano o hermana?” El sufrimiento de nuestros prójimos nos causa dolor. Podemos tratar de ocultarlo, negarlo, cubrirlo o eliminarlo por razonamiento, pero aún así el sufrimiento y el dolor de los demás no podrá dejarnos insensibles. Nuestra fe cristiana lo refuerza. ¿Cómo puedo llamarme seguidor de Cristo cuando no cuido de mi prójimo? ¿Cómo puedo representar el reino de Dios y no ocuparme de manera seria y práctica de las personas que están incluidas en su reino? </p> <p class="bodytext"></p><div style="text-align: justify;"> En la Palabra de Dios, la responsabilidad social de los seguidores de Cristo hacia el pobre y necesitado no es de menor importancia que la predicación del evangelio, ni es opcional. Es una parte integrante del todo de la historia del evangelio. Porque verdaderamente vemos en el rostro del pobre el rostro de Cristo: “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40).
<br /></div><p class="bodytext"> </p> <table width="100%" border="0" cellpadding="0" cellspacing="0"> <tbody><tr> <td bgcolor="eeeeee"><div style="text-align: justify;"> </div><p class="bodytext"></p><div style="text-align: justify;">“No necesitamos ir a Nazaret, a Capernaum, y Betania para andar en las pisadas de Jesús. Hallaremos sus huellas al lado del lecho del enfermo, en los tugurios de la pobreza, en las atestadas calles de la gran ciudad, y en todo lugar donde haya corazones humanos que necesiten consuelo. Al hacer como Jesús hizo cuando estaba en la tierra, andaremos en sus pisadas”.<span class="superscript">8</span>
<br /></div><p class="bodytext"> </p></td> </tr> </tbody></table> <p style="text-align: justify;" class="about"><em>Walter Douglas (Ph.D., McMaster University) es director del Departamento de Historia de la Iglesia en el Seminario Teológico Adventista, y dirige el Instituto de Diversidad y Multiculturalismo en la Universidad Andrews. Su dirección: Berrien Springs, Michigan 49104; Estados Unidos.</em></p><p class="about"><em>____________________________________________________________________</em></p> <p style="font-weight: bold;" class="articleSection"> Notas y referencias</p> <p class="articleReference"> <span style="font-size:85%;">1. Elena G. White: <em>The Signs of the Times</em> (17 de febrero de 1887).</span></p><span style="font-size:85%;"> </span><p class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 2. ________: <em>Testimonies for the Church</em> (Mountain View, Calif.: Pacific Press Publ. Assn., 1948), vol. 6, p. 27.</span></p><span style="font-size:85%;"> </span><p class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 3. Jenni M. Graig, <em>Servants Among the Poor</em> (Manila, Filipinas: OMF Literature, 1998), p. 27.</span></p><span style="font-size:85%;"> </span><p class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 4. <em>Ibíd</em>.</span></p><span style="font-size:85%;"> </span><p class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 5. Elena G. White, <em>El Deseado de todas las gentes</em> (Mountain View, Calif.: Pacific Press Publ. Assn., 1940), pp. 504, 505.</span></p><span style="font-size:85%;"> </span><p class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 6. Cheryl Sanders, <em>Ministry at the Margins</em>, p. 28.</span></p><span style="font-size:85%;"> </span><p class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 7. Elena G. White, <em>Advent Review and Sabbath Herald</em> (20 de enero de 1903).</span></p><span style="font-size:85%;"> </span><p class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 8 ________: <em>El Deseado de todas las gentes</em>, p. 595. </span></p> <hr /> Fuente: <a href="http://dialogue.adventist.org/articles/13_2_douglas_s.htm">Dialogo Adventista. (2001) 13(2), 15-17.</a>
<br /><a href="http://dialogue.adventist.org/index_s.htm"><img style="width: 44px; height: 37px;" src="http://dialogue.adventist.org/graphics/amicus_logo.jpg" class="graphicRL" /></a>
<br />Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-22362823830886760072011-06-03T16:02:00.000-07:002011-06-03T16:12:39.788-07:00¿Qué tamaño tiene tu Dios?<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfgxBKUrVUVIiPdpjz5-8VsQtQCYcDiKy3gQQK3ERdZNJqcu4YqIMdXhchC3KjfgaTi0sxSvI7gg-RJCIGpfukuF45aiWA25LbxgSgvq11yVnrNt2edJqteGq88pBaygsudCt38RkpOfs/s1600/jesucristo_y_la_mujer_samaritana-80467.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 300px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfgxBKUrVUVIiPdpjz5-8VsQtQCYcDiKy3gQQK3ERdZNJqcu4YqIMdXhchC3KjfgaTi0sxSvI7gg-RJCIGpfukuF45aiWA25LbxgSgvq11yVnrNt2edJqteGq88pBaygsudCt38RkpOfs/s1600/jesucristo_y_la_mujer_samaritana-80467.jpg" alt="" border="0" /></a>Por: E. Theodore Agard<br /><br /><p style="text-align: justify;" class="bodytext"> <span style="font-size:180%;">E</span>l tamaño de algo se determina por unidades de medida, las que varían dependiendo del objeto que medimos. El oro se mide en onzas o gramos; el carbón, en toneladas. El petróleo crudo se despacha en barriles, la gasolina refinada se vende por litros o por galones. El tamaño de una caja se define por su longitud, anchura y altura, en centímetros o en pulgadas, y para alfombrar una habitación se habla de metros cuadrados o yardas cuadradas. Como los metros o las yardas son inadecuados para indicar la distancia entre Nueva York y Nairobi, usamos kilómetros o millas. Pero las distancias interplanetarias demandan años luz, y un año luz es igual a la distancia que la luz viaja en un año a la velocidad de 300.000 km (186.000 millas) por segundo. ¡Algo casi impensable!</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Pero, ¿qué tamaño tiene tu Dios? ¿Está él tan distante y es tan infinito que el espacio y el tiempo no significan nada para él? ¿Es él tan trascendente que podemos reconocerlo como la base moral o la causa primera del universo, y luego dejarlo solo con su grandeza, y seguir nuestras vidas sin referencia a su existencia o a sus demandas? ¿O se halla tan cercano, tan inmanente, tan involucrado en la vida y sus miríadas de movimientos que vive en ese árbol o se lo encuentra en esta piedra o es una parte de todo lo que existe, una especie de ser panteísta, y lo hacemos como uno de nosotros? Y todo esto, ¿tiene realmente sentido, después de todo?</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Para el salmista, el asunto del tamaño de Dios era de importancia. “¿A dónde me iré de tu espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiera a los cielos, allí estás tú; y si en el seol hiciera mi estrado, allí tú estás. Si tomara las alas del alba y habitara en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano y me asirá tu diestra” (Sal. 139:7-10). Reflexiona sobre esto, y tendrás una idea del infinito: no del tipo matemático, donde el infinito está más allá de lo alcanzable, sino de la dinámica espiritual, en la cual Dios puede ser a la vez trascendente e inmanente; infinito, pero puede amar lo suficiente como para identificarse con las necesidades y preocupaciones humanas. Por ello David se asombra y siente contentamiento: Dios está en el cielo omnipresente, omnisciente, omnipotente y sin embargo lo suficiente interesado como para que podamos decir: “Me asirá tu mano”.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> En este mismo asombro y contentamiento reside uno de los desafíos más grandes que confrontamos como cristianos con respecto a Dios: la tentación de considerar a Dios desde el punto de vista de nuestras limitaciones y cuestionar su poder y fortaleza. </p> <p style="font-weight: bold; font-style: italic;" class="articleSection"> Resistamos la tentación </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Pero los cristianos que aceptan la Biblia como revelación de Dios para la humanidad no están sin ayuda para resistir tal tentación. La Biblia habla de la revelación última que Dios realiza en la persona de Jesús, en quien lo finito y lo infinito se fusionan. En él lo divino y lo humano, el totalmente Otro y Aquel que se identificó con nuestras debilidades y fragilidad, se unieron para mostrar que la vida puede vivirse en estrecha relación con Dios, sin diluir su infinitud magnífica.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Jesús demostró el poder de Dios en su vida, muerte y resurrección, poder que tocó y transformó la vida de sus discípulos. El tímido y atropellado Pedro llegó a ser el predicador intrépido del día de Pentecostés. El Tomás que dudaba buscando una evidencia científica y una prueba sensorial, cuando el Jesús resucitado lo confrontó, cayó a sus pies en humildad, exclamando: “¡Señor mío y Dios mío!” (Juan 20:28).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Pero la timidez de Pedro y la duda de Tomás no eran exclusivas de ellos. Pareciera que los cristianos de todas las épocas han tenido y tienen dificultades para creer en todos los aspectos de la revelación de Dios, si carecen de un apoyo aceptable. Por ejemplo, considera las palabras proféticas de Apocalipsis 1:7: “He aquí que viene con las nubes: todo ojo lo verá”. Algunos preguntan: ¿Cómo pueden todos los habitantes de la tierra ver la venida de Jesús al mismo tiempo, dado el hecho de que la tierra es redonda? Una pregunta científica, es cierto, pero que ignora el hecho de que en este caso nos confrontamos con un evento divino, y no debemos entender a Dios en términos de las limitaciones humanas. Considera que aun nosotros, los humanos, hemos desarrollado en nuestros días la capacidad tecnológica de lograr que un acontecimiento determinado sea visto alrededor de la tierra al mismo tiempo. No estoy sugiriendo que Cristo usará satélites y la televisión para difundir su segunda venida. Pero me refiero a que si los seres finitos han logrado diseñar un sistema mediante el cual un incidente sobre esta tierra puede verse simultáneamente por todos sus habitantes, ¿por qué limitaremos a un Dios infinito al decir que él no puede lograrlo de la manera que él mismo escoja? ¿Qué tamaño tiene tu Dios? </p> <p style="font-weight: bold; font-style: italic;" class="articleSection"> El poder de Dios y la creación </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Una área en la que se observa en forma especial este problema de limitar el poder de Dios es el origen de la tierra y de la vida sobre ella. Los científicos afirman que esta tierra, junto con muchas galaxias y planetas, fue el resultado de la explosión de alguna masa de origen desconocido, y que la vida se desarrolló eventualmente cuando se produjeron las condiciones adecuadas. Pero la teoría de la evolución no es tan científicamente sólida como se hace creer a mucha gente y varios trabajos eruditos han señalado los problemas de la teoría de la evolución (ver recuadro).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Existe una diferencia filosófica básica entre un científico que apoya el evolucionismo y uno que cree en la creación. La ciencia trata acerca de los fenómenos naturales. La teoría de la evolución explica el origen del planeta Tierra y la vida sobre él, usando las leyes naturales cuyos efectos se observan en el mundo. El problema es que hay brechas significativas que no pueden salvarse con ninguna ley conocida o fenómeno observado. Por ejemplo, la antiquísima pregunta. “¿Qué fue primero: el huevo o la gallina?”. Todo pollo sale de un huevo que se empolla, y cada huevo es puesto por una gallina. La aparición del primer huevo o la primera gallina, de cualquier otro modo, no es natural, ¡para decir lo mínimo! Los científicos creacionistas señalan esto y dicen que la ciencia sólo puede considerar las leyes naturales que fueron establecidas como parte de una creación sobrenatural. Esto se entiende mejor si comparamos la fabricación y el mantenimiento de un automóvil. Así como las herramientas que son totalmente satisfactorias para arreglar un vehículo son inadecuadas para su fabricación, las leyes científicas que sirven apropiadamente para comprender el funcionamiento y el mantenimiento de este mundo son inadecuadas para dar cuenta de su origen.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La primera ley de la termodinámica, que trata de la conservación de la energía, afirma que los procesos naturales no pueden crear ni destruir la energía, sino que sólo pueden convertir la energía de una forma en otra. Esto fija una limitación importante a la naturaleza. Como la materia es una forma de energía, la naturaleza no puede dar razón de la energía total del universo, incluyendo la materia; de allí la necesidad de lo sobrenatural. ¿Podría esto sobrenatural ser el Dios Creador, revelado más específicamente en Jesucristo?</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Los que creen que la Biblia es la revelación de Dios no deberían sorprenderse si cualquier determinación científica de la edad de la tierra no guarda consistencia con la historia de la creación. El acto de la creación implica un acontecimiento sobrenatural que dio como resultado una tierra madura, completamente desarrollada, con sus habitantes al final de la semana de la creación. Cualquier método para datar la tierra científicamente involucra suposiciones de condiciones y procesos naturales, y no dará resultados que apoyen una base de creación sobrenatural.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Como Dios creó este mundo en forma sobrenatural, ningún método de datación científica de la tierra, aun en los días de Adán, podría dar resultados que estuvieran en armonía con la creación. La entrada del pecado cambió la perspectiva de la humanidad y ha puesto límites a la comprensión humana. Aquí es donde entra la fe. “Por la fe comprendemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía... Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que recompensa a los que lo buscan” (Heb. 11:3, 6). </p> <p style="font-weight: bold; font-style: italic;" class="articleSection"> Se necesita precaución </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Lo que hemos considerado hasta ahora nos advierte que debemos ser cuidadosos al buscar, desde nuestra perspectiva humana, poner un límite a la persona y el poder de Dios. No podemos medir ni comprender a Dios desde el punto de vista de nuestra inadecuación. Tampoco podemos apreciar completamente el papel de Dios en esta tierra y su historia, desde la perspectiva limitada de nuestra inteligencia. Podemos pensar, sondear, inquirir, analizar —en realidad Dios nos anima a hacerlo–, pero llega un punto en el que nos confronta el vasto abismo entre lo finito y lo infinito. Lo finito no puede abarcar o comprender plenamente lo infinito; lo finito sólo puede creer. Allí es donde la fe viene a nuestro rescate. Y mientras estudiamos y teorizamos, los que afirman su fe en Dios confesarán humildemente que no todas las cosas son claras todavía. “Ahora vemos por espejo, oscuramente; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como fui conocido” (1 Corintios 13:12).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> ¿Qué tamaño tiene tu Dios? ¿Es suficientemente grande para darle sentido a la vida, aunque no podamos comprender todos los misterios involucrados en ella? ¿O es tan pequeño que la vida llega a ser un viaje tortuoso, vapuleada de aquí para allá, de la vacilación a la duda y de la duda a la desesperación? La elección es tuya.</p><p style="text-align: justify;" class="bodytext">-------------------------------------------------------------------------------------------------<br /></p> <p style="text-align: justify;" class="about"><span style="font-size:85%;"><em> E. Theodore Agard (Ph. D., University of Toronto) sirvió por muchos años como físico de radiaciones y oficial de seguridad de radiaciones en el Kettering Medical Center, Dayton, Ohio. Continúa investigando, escribiendo y dando conferencias. Su dirección: P.O. Box 678425; Orlando, Florida, 32867-8425; E.U.A. E-mail: etagard@mciworld.com</em></span></p><a href="http://dialogue.adventist.org/index_s.htm"><br /><img style="width: 84px; height: 71px;" src="http://dialogue.adventist.org/graphics/amicus_logo.jpg" class="graphicRL" /></a>Fuente: <a href="http://dialogue.adventist.org/index_s.htm">Dialogo Adventista</a>, <a href="http://dialogue.adventist.org/articles/12_2_agard_s.htm"><span style="font-size:85%;">Vol. 12, Numero 2, 2000</span></a><br /><hr />Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-70988122780571408402011-05-28T07:53:00.001-07:002011-05-28T08:29:27.907-07:00Oh, cuanto amo su Ley!<div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUD7Wv42FBKDTBztW0vjKwYHQhC2CaeXNDUkv5OKlTVH-rWCJa6ZI7ZFaBR4u8hxPogPu-O_I3RDE75WO29bCQ6dO9qwwPCf1ZTTHXDdiHAy6kD5DRoIsGJzywBjxQBbmIpPoGJq7Pbnrf/s1600/10+mandamientos.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 237px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUD7Wv42FBKDTBztW0vjKwYHQhC2CaeXNDUkv5OKlTVH-rWCJa6ZI7ZFaBR4u8hxPogPu-O_I3RDE75WO29bCQ6dO9qwwPCf1ZTTHXDdiHAy6kD5DRoIsGJzywBjxQBbmIpPoGJq7Pbnrf/s320/10+mandamientos.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5611780423363451122" border="0" /></a><span style="font-weight: bold; font-style: italic;font-size:180%;" ><span style="font-size:100%;">Por: A. Rahel Schafer</span><br /><br />M</span>uchos cristianos actuales piensan en la ley solo en términos de juicio y el castigo que resulta de la desobediencia. Desafortunadamente, nos hemos olvidado de amar la ley.<br /><br />El Salmo 119, el más extenso de la Biblia, no trata del amor de Dios o de su santidad, sino que se deleita en la ley de Dios. Este júbilo refleja el resultado de meditar en la introducción a los Diez Mandamientos: «Yo soy Jehová, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre» (Éxo. 20:2).<br /><br />Aunque suele ser pasado por alto, este versículo introductorio establece el tono del conjunto más conocido de leyes divinas. La ley no busca que obedezcamos a un estricto tirano o calmemos a una deidad caprichosa. Por el contrario, Dios mismo nos da la razón principal para guardar su ley: la gratitud personal por la redención. El libro de Deuteronomio expande y expone los Diez Mandamientos en forma de sermón.<br /><br />La palabra «deuteronomio» significa «segunda ley», pero en hebreo, se lo llama «instrucción » (o Torá). Cada siete años, los hijos de Israel leían todo el libro juntos (Deut. 31:10-13). Lo que es más importante, Deuteronomio 17:14-20 manda que cada rey, como representante y ejemplo del pueblo, escribiera para sí una copia entera de la ley al comienzo de su reinado. Este pasaje muestra que la ley de Dios es importante por cuatro grandes razones.<br /><br /><span style="font-size:180%;">1</span>. La obediencia es una respuesta de gratitud por la liberación: «Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová, tu Dios, te da […], ciertamente pondrás como rey sobre ti al que Jehová, tu Dios, escoja […]. Cuando [el rey] se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta Ley» (Deut. 17:14-18).La provisión divina es el fundamento de la obediencia; la tierra y el mismo reino solo son producto de la obra de Dios.<br /><br />La ley representa un pacto entre Dios y su pueblo. En efecto, todo el libro de Deuteronomio posee la estructura de muchos tratados políticos de la época: comienza recordando todos los favores que el Suzerano (Dios) ha otorgado a los vasallos (Israel) al librarlos (de Egipto), y entonces especifica las estipulaciones del pacto como una respuesta de gratitud. También en el Nuevo Testamento, Jesús recuerda a sus discípulos que la obediencia a la ley de Dios está vinculada estrechamente con el amor a él. Por eso nos dice: «Si me amáis, guardad mis mandamientos» (Juan 14:15).<br /><br /><span style="font-size:180%;"><span style="font-weight: bold;">2</span></span>. Al meditar en su Palabra, Dios nos capacita para obedecer: «Lo tendrá consigo [el libro de la ley que escribió], y lo leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová, su Dios, guardando todas las palabras de esta Ley» (Deut. 17:19). La meditación en las instrucciones de Dios precede a la obediencia. Mediante el tiempo que el rey pasa con su Palabra, Dios lo capacita para que guarde la ley.<br /><br />Desde el comienzo, el pueblo de Dios ha estado formado por los que guardan sus mandamientos mientras cultivan una relación con él. Dios mismo promete circuncidar sus corazones, para que sean capaces de seguir sus estatutos (Deut. 30:6). Por ello, los Diez Mandamientos pueden ser leídos como diez promesas (por ejemplo: «[Prometo que] no tendrás dioses ajenos delante de mí»). Jesús reitera este principio en el Nuevo Testamento al decir que él es la vid y sus seguidores los pámpanos, que llevan fruto solo si habitan en él, y que él moldea a su imagen (Juan 15:1-8).<br /><br /><span style="font-weight: bold;font-size:180%;" >3</span>. La ley brinda protección: «Así no se elevará su corazón sobre sus hermanos, ni se apartará de estos mandamientos a la derecha ni a la izquierda» (Deut. 17:20). La ley también revela cuán pecaminoso es el pecado. Sin la ley, no podríamos saber si nos hemos desviado del camino recto y estrecho que está en conformidad con la imagen de Dios.<br /><br />Y sin embargo, a diferencia de las exigencias de otras deidades, la ley de Dios no es confusa o arbitraria (Deut. 30:11-16), sino que ha sido escrita para beneficiar a otros, por lo que protege la vida y la dignidad, las relaciones y la propiedad. Por ello, la ley no es tanto una barrera que nos impide disfrutar del mundo y sus placeres, sino una valla que nos protege del mundo y sus peligros. En efecto, la ley de Dios es eterna e inmutable.<br /><br />Los Diez Mandamientos eran conocidos antes del Sinaí (por ej., en Gén. 2:2, 3; 4:8-12; 26:7; 39:7-9). Aunque Pablo se regocija de estar libre en Cristo de la esclavitud de la ley, equipara su libertad en Cristo con la servidumbre a Dios (Rom. 6:15-22). La esclavitud de la que habla Pablo es la esclavitud del pecado, que nos impide guardar la ley, pero que es quebrantada al aceptar la obediencia perfecta de Cristo en nuestro favor (Rom. 8:3, 4). En el Apocalipsis, Juan reitera que los que siguen a Dios al fin del tiempo guardan sus mandamientos (Apoc. 14:12).<br /><br /><span style="font-weight: bold;font-size:180%;" >4</span>. La reputación de Dios está en juego: «A fin de que él y sus hijos prolonguen los días de su reino en medio de Israel» (Deut. 17:20). En último término, guardar la ley implica exonerar el nombre y el carácter de Dios que han sido arrastrados por el fango de los pecados de su pueblo. Las naciones circundantes valoraban sus deidades según percibieran que esos dioses eran capaces de proteger y bendecirlos a ellos y a sus tierras.<br /><br />Por ello Dios –por causa de su nombre que los hijos de Israel habían profanado ante el mundo– les promete dar un nuevo corazón y hacer que anden en sus caminos (Eze. 36:22). De la misma manera, nuestra visión de la ley de Dios debería abarcar la significación cósmica de nuestra obediencia. Cuando obedecemos la ley de Dios, que es un reflejo de su carácter, somos testigos ante el universo de que nuestro Dios es fiel, justo y verdadero (Mat. 5:16; Rom. 7:12; Heb. 8:8-10; 1 Juan 5:2, 3).<br /><br />Los cristianos no deberían enfocarse en las dificultades de obedecer la ley de Dios, sino buscar con ansias toda manera posible de mostrar nuestra gratitud al Salvador. No tenemos esperanza de guardar la ley por nosotros mismos, pero hemos sido redimidos por la sangre del Cordero, y estamos siendo transformados a imagen de Dios por el Espíritu Santo. La ley nos protege de la esclavitud del pecado, y nos da incluso muchas oportunidades de testificar y dar honor al nombre de Dios. En lugar de ver la ley como una exigencia agobiante para la salvación, podemos compartir con gozo cómo Dios nos libró del pecado, y el privilegio que tenemos de servirlo. «¡Cuánto amo yo tu ley! ¡Todo el día es ella mi meditación!» (Sal. 119:97).<br />____________________________________________________________________<br /><br /><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">A. Rahel Schafer</span> <span style="font-style: italic;">cursa estudios bíblicos y teológicos a nivel doctoral en el Colegio Superior Wheaton, Illinois, Estados Unidos. Con su esposo disfrutan de caminar y escalar montañas, y son líderes de jóvenes en la iglesia.</span><br /></div>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-22842135304626588512011-04-01T17:41:00.001-07:002011-04-01T17:47:37.489-07:00No más asientos vacíos<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiec8slTW1-5nARu1G3IDIUYZVWF39VtwRGtqkXcf2av7vhAgFRmXDQqEBiOQ6YaTrRYWetdbQbABSo_Htcfn0KkS79_aARPXWOs50fpm8zzNfXDmauj570ppKGJY_5eTY2-VemQ3ndtRA/s1600/robert_costa2.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 200px; height: 200px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiec8slTW1-5nARu1G3IDIUYZVWF39VtwRGtqkXcf2av7vhAgFRmXDQqEBiOQ6YaTrRYWetdbQbABSo_Htcfn0KkS79_aARPXWOs50fpm8zzNfXDmauj570ppKGJY_5eTY2-VemQ3ndtRA/s1600/robert_costa2.jpg" alt="" border="0" /></a><em>Por: Robert Costa</em><em><br /><br /></em><div style="text-align: center;"><em>Aunque no todos lo reconocen, la resurrección de Jesús cambió nuestro destino.</em> </div><p style="text-align: justify;">¿Ha entrado la muerte como intrusa en tu hogar, ignorando las cerraduras de tus puertas y ventanas, arrebatando a un ser querido y dejando un asiento vacío? Déjame hablarte acerca del día cuando nunca más habrá un asiento vacío. Toma tu Biblia y mantente en sintonía.</p><div style="text-align: justify;"> Todo el cielo estaba mirando. Los habitantes de otros mundos estaban observando. No se necesitaban telescopios. Con una visión perfecta miraban a través de la inmensidad del espacio, a través de los pasillos saturados de estrellas, más allá de las innumerables galaxias. Fijaban sus ojos en un pequeño y aparentemente insignificante planeta.<br /></div><br /><div style="text-align: justify;">El foco de su atención era una tumba en un jardín. En esa tumba, labrada en la roca, que atraía sus corazones, yacía el Hijo de Dios. Aquel en quien estaba la vida original, no derivada, descansaba en la tumba. No sin causa había un extraño e indescriptible vacío en el universo de Dios.<br /></div><br /><p style="text-align: justify;">Ya había pasado una noche solitaria, como suelen ser las noches, y los primeros rayos del sol comenzaban a brillar sobre uno de los más extraños días en toda la historia, porque Jerusalén era el epicentro de la acción ese fin de semana.</p> <p style="text-align: justify;">Parecía que en cada mente y en cada labio estaban los extraños acontecimientos del día anterior. Pequeños grupos de personas los repetían unos a otros, vez tras vez, preguntándose qué significaba. Los enemigos de Jesús de Nazaret finalmente habían logrado crucificarlo. Pero no había sido una ejecución común. Toda la naturaleza había protestado su muerte. El sol se había negado a brillar, dejando al Gólgota en una terrible oscuridad que golpeó el corazón de cada participante que observaba la cruz. Las burlas y las maldiciones habían sido silenciadas por un terror indecible.</p> <p style="text-align: justify;">Pero la penumbra se había levantado de allí y había descendido sobre la ciudad. Una luz había circundado la cruz. Y mientras Jesús hablaba sus últimas palabras, su rostro brilló con una gloria como la del sol.</p> <p style="text-align: justify;">Entonces volvió la oscuridad. Y el terremoto en el momento de su muerte fue lo peor de todo. Hubo un retumbar violento. La gente fue sacudida como manojos. Reinaba una gran confusión. Las rocas de las montañas vecinas se partieron, rodando hacia las planicies. La creación parecía sacudirse hasta sus átomos. Pero eso no fue todo. Algunas tumbas fueron abiertas por el terremoto, arrojando fuera los cuerpos. Y allí yacían sin ser sepultados porque nadie los sepultaría en sábado.</p> <p style="text-align: justify;">¿Y qué decir de lo que había sucedido en el templo en el mismo momento cuando Jesús murió? Eso fue lo más espeluznante de todo. El gran velo, los gigantescos cortinajes que ocultaban el Lugar Santísimo de la vista del pueblo, había sido rasgado de arriba a abajo por una mano invisible. Y ahora estaba vacío. Nada allí excepto el cofre dorado con los querubines labrados en su cubierta. La presencia de Dios había desaparecido. No había ya una nube de gloria. Pero ¿acaso no había dicho Jesús, “vuestra casa os es dejada desierta”? (S. Mateo 23:29).</p> <p style="text-align: justify;">Había sido un día terrible; un día sin igual en la historia. En toda Jerusalén difícilmente había un corazón que no hubiese sido golpeado por la culpa. Muchos, mientras la tierra temblaba y la rocas caían, huyeron del Gólgota, golpeando sus pechos, tambaleando y cayendose. Los que se habían burlado de Jesús mientras moría, ahora estaban invadidos de un espantoso terror de que la misma tierra se abriese para tragarlos.</p> <p style="text-align: justify;">En la multitud había muchos que se habían unido al alocado clamor de “¡crucifícale!” (ver S. Lucas 23:21). Y ahora se preguntaban por qué. Jesús no había hecho nada malo. ¿Qué mal podría haber en un toque sanador o en una palabra de perdón? Imagínalo si puedes, regresar del lugar de la crucifixión y encontrar a un ser querido enfermo quien está llamando a Jesús por sanidad. Piensa en la agonía de tener que decirle: “¡Lo crucificamos hoy, hijo, hoy lo hicimos!”</p> <p style="text-align: justify;">Caifás había pasado una noche agitada. La dulce satisfacción de la venganza que él esperaba con la ejecución de Jesús no se había materializado. Los enemigos de Jesús lo odiaban igual que antes, pero no sintieron satisfacción en su muerte. Temían al Cristo muerto más que al Cristo vivo. No se sentían conformes con los resultados de su labor.</p> <p style="text-align: justify;">Otros, con sus mentes abiertas por lo que habían visto, no habían podido dormir. Habían pasado la noche con sus lámparas y sus rollos estudiando las profecías, decididos a no descansar hasta haber descubierto si Jesús podría ser después de todo el verdadero Mesías. Y ahora ellos demandaban respuestas de los líderes religiosos. Y esos líderes, tratando de inventar respuestas mentirosas, se parecían a hombres dementes.</p> <p style="text-align: justify;">Finalmente la hora más oscura de la noche había llegado. Pronto los primeros rayos del sol naciente desplazarían la oscuridad. Todo el cielo esperaba con aliento suspendido. Repentinamente el momento llegó. El Padre habló y el ángel más poderoso del cielo se apresuró hacia la tierra. Con su rostro iluminado y sus vestimentas blancas como la nieve, partió las tinieblas en su trayectoria. Tan pronto como sus pies tocaron el suelo, este tembló bajo sus pies.</p> <p style="text-align: justify;">Ya no importaba lo que Satanás había ordenado. La hueste maligna retrocedió, y Satanás con ellos. Huyeron ante la aproximación de un solo ángel, el ángel que había ocupado el lugar del caído Lucifer.</p> <p style="text-align: justify;">El poderoso ángel Gabriel se aproximó a la tumba, rodó la gran piedra como si fuese un guijarro, y se sentó sobre ella. Todo el cielo se iluminó con la gloria de los ángeles. Los guardias romanos cayeron al suelo indefenso. ¿Dónde estaba ahora el poder de Roma?</p> <p style="text-align: justify;">Aquellos endurecidos soldados, temblando de temor, vieron el rostro del poderoso ángel, y lo oyeron clamar, “¡Hijo de Dios, levántate! ¡Tu Padre te llama!” Y entonces vieron al Hijo de Dios salir de la tumba y lo oyeron proclamar sobre ella: “¡Yo soy la resurrección y la vida!”</p> <p style="text-align: justify;">Todo el universo irrumpió de gozo. Jesús estaba vivo. Débiles mortales habían tomado consejo, conspirado y planificado. Ellos tuvieron su día. Pero montañas sobre montañas nunca podrían haber retenido a aquel prisionero en su tumba.</p> <p style="text-align: justify;">¿Notas, amigo y amiga, cómo el ángel se dirigió a Jesús? “Hijo de Dios, sal fuera. Tu Padre te llama”. Jesús era totalmente divino y totalmente humano. El era el Hijo de Dios y el Hijo del Hombre. El Jesús humano murió. Pero la divinidad no murió. El ángel llamó a la divinidad de Jesús, y el Jesús divino resucitó al Jesús humano. Jesús salió de la tumba por la vida que estaba en él.</p> <p style="text-align: justify;"> ¿Suena esto extraño? Piensa otra vez en alguna de las cosas que Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida” (S. Juan 11:25).</p> <p style="text-align: justify;">Y recuerda lo que dijo de su vida en San Juan 10:18: “Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar”. Este Jesús tenía poder para deponer su vida por su propia voluntad. Eso lo podemos entender. Pero también tenía el poder para volverla a tomar. Eso es lo que él dice. Solamente la divinidad puede proclamar sobre una tumba vacía: “Yo soy la resurrección y la vida”.</p> <p style="text-align: justify;">Solamente la divinidad puede decir lo que se registra en San Juan 6:54: “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”.</p> <p style="text-align: justify;">Y solamente la divinidad puede decir lo que dice San Juan 14:19: “Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis”.</p> <p style="text-align: justify;">Jesús en su divinidad tenía poder para romper las cadenas de la muerte; y su resurrección no solamente era la prueba de su divinidad, sino que también era una demostración de su promesa de resucitar a nuestros seres amados.</p> <p style="text-align: justify;">¿Recuerdas aquellos cuerpos que fueron arrojados de sus tumbas en el momento que Jesús murió? No fueron arrojados sin propósito. En el momento de su resurrección, Jesús los llamó a la vida.</p> <p style="text-align: justify;">Mientras los discípulos lamentaban su desilusión en el aposento, ¿qué acerca de los enemigos de Jesús? Cuando los sacerdotes oyeron el informe de los soldados romanos, temblaron de temor. Sus rostros desfallecieron. A Caifás le fue imposible hablar. Pilato tembló cuando oyó las nuevas, y en terror se encerró por algún tiempo. La paz lo dejó para siempre y vivió como un miserable hasta el día de su muerte.</p> <p style="text-align: justify;">Los sacerdotes y dirigentes estaban con temor continuo. Temían que al caminar por las calles, o aún en sus mismas casas, pudieran encontrarse cara a cara con el Jesús resucitado. Y barras y cerraduras no ofrecían protección contra el Hijo de Dios.</p> <p style="text-align: justify;">Pero en el cielo las alabanzas de gozo rebosaban en un gran clímax que hacía eco de mundo en mundo: ¡Jesús estaba vivo!</p> <p style="text-align: justify;">¿Y qué de Jesús? Había dos personas que lo necesitaban específicamente. Una era María, la que había sido perdonada tantas veces. María, la que había sido levantada a una nueva vida. María, la que con gran sacrificio personal había comprado un costoso perfume de alabastro y había volcado todo su contenido sobre la cabeza y los pies de Aquel a quien ella debía tanto. María, la que aún ahora estaba rondando la tumba, llorando desconsoladamente. Él debía primero sanar las heridas de María.</p> <p style="text-align: justify;">Y Pedro también necesitaba a Jesús, casi tanto como María. Pedro quien lo había negado, Pedro quien necesitaba saber que él era todavía parte del círculo íntimo, que aún era amado, y que aún se podría confiar en él. Jesús se encargó de esto.</p> <p style="text-align: justify;">¡Qué Salvador! ¡Y qué día! Antes que el día terminara, Jesús se tomó tiempo para caminar con dos de sus seguidores en camino a Emaús para darles un estudio bíblico personal. Y finalmente para completar el día, Jesús mismo fue al aposento alto donde sus más allegados estaban escondidos y les trajo nuevamente la paz, una nueva esperanza, nueva vida a corazones destrozados con la duda y la desilusión.</p> <p style="text-align: justify;">Nunca había habido un día tal. Y nunca lo habrá otra vez hasta que Jesús irrumpa por el cielo iluminado con una gloria que este pequeño planeta nunca ha imaginado. ¿Recuerdas cómo la tierra tembló ante la aproximación de solo un poderoso ángel que vino para llamar al Hijo de Dios a la vida? Entonces piensa, si puedes, cómo este planeta rebelde temblará ante la llegada de cada ángel del cielo, decenas de miles y millones de millones.</p> <p style="text-align: justify;">Las palabras nunca podrán describir la gloria del gran día de la resurrección cuando Jesús llame a la vida no a unos pocos, sino a cada uno de sus hijos que ahora duermen en el polvo. Las palabras nunca podrán describir la emoción de esa gran reunión. Y entonces, si estamos listos, nuestro Señor nos tomará en esa nube de ángeles con los resucitados, con Juan, María, Pedro, Pablo, y nos llevará al hogar. Y entonces, sí, finalmente habremos llegado al hogar.</p><p style="text-align: justify;">____________________________________________________________________</p> <p class="bio">El autor es director del mundialmente conocido programa de radio y televisión <em>Está escrito</em>.</p>Fuente: <a href="http://www.elcentinela.com/">Revista El Centinela</a>, <a href="http://www.elcentinela.com/?p=article&a=40056419881.739">Abril 2011</a>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-24408609501913400062011-03-25T17:32:00.000-07:002011-03-25T17:37:12.313-07:00¿Es el Espíritu Santo un poder o una persona?<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpKQrbHg97xnigmVp5Hc4vNq2TCrcwatmOoeBbMlP301-d0_f2iDgjWhaDxO48duQkV9v66-DRdLpXbswDgXwnKHyPBZdP7SvKgYjBwIEniX8dtgptQRsnhghjsvAZYPWojx6UMobu9-M/s320/Mark+F.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 142px; height: 178px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpKQrbHg97xnigmVp5Hc4vNq2TCrcwatmOoeBbMlP301-d0_f2iDgjWhaDxO48duQkV9v66-DRdLpXbswDgXwnKHyPBZdP7SvKgYjBwIEniX8dtgptQRsnhghjsvAZYPWojx6UMobu9-M/s320/Mark+F.jpg" alt="" border="0" /></a><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Por: Mark Finley</span><br /><h2 style="text-align: center;">¿Es el Espíritu Santo un poder o una persona? </h2><em>La respuesta a esta pregunta está muy relacionada con el proceso de la salvación.</em> <p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Apenas había terminado de presentar un seminario sobre el reavivamiento en una iglesia local, cuando un anciano se me acercó. Evidentemente había sido cristiano durante muchos años. Amablemente, este caballero de avanzada edad pidió permiso para hacerme una pregunta.<br /></p><p style="text-align: justify;">Cuando accedí, en seguida comenzó a citar varios versículos de la Biblia. Era obvio que conocía bastante bien la Biblia. Al principio no entendí a dónde se dirigía con sus comentarios, pero entonces llegó al meollo de su pregunta: ¿Es el Espíritu Santo una divina influencia, una fuerza que emana de Dios o es la tercera persona de la Deidad? Muchos cristianos están confundidos con este tema.</p> <p style="text-align: justify;">¿Es el Espíritu Santo un poder que fluye de Dios como algún tipo de influencia impersonal, o es el Espíritu Santo una persona divina? Le expliqué a mi nuevo amigo que esta pregunta es de enorme importancia.</p><p style="text-align: justify;">Si el Espíritu Santo es la tercera persona de la Deidad, igual que el Padre y el Hijo, pero lo consideramos una influencia impersonal, le estamos robando a una persona divina el honor, el respeto y amor que solo le pertenecen a él. Si el Espíritu Santo es una mera influencia o poder, intentaremos apoderarnos de tal poder y utilizarlo. Pero si reconocemos que el Espíritu Santo es una persona, nos rendiremos a su influencia y conducción, abriremos nuestro corazón a sus instrucciones y le cederemos nuestra voluntad. Nuestro único deseo será permitirle que nos use.</p> <p style="text-align: justify;">Es absolutamente vital entender quién es el Espíritu Santo y cómo obra. El concepto falso del Espíritu Santo como un poder o una fuerza puede llevarnos a la exaltación propia: “Miren cuánto poder tengo”. Por contraste, el concepto correcto del Espíritu Santo como la tercera persona de la Deidad nos lleva a rendirnos a su voluntad.</p> <p style="text-align: justify;">Desafortunadamente, muchos cristianos en iglesias de todo el mundo no tienen una comprensión clara de quién es el Espíritu Santo o cuál es su obra en sus vidas. El Dr. Bill Bright, el fundador y ex presidente de <em>Campus Crusade for Christ </em>(Cruzada universitaria por Cristo), señala que su organización ha encuestado a “miles de cristianos en iglesias alrededor del mundo”, y tristemente, “cerca de un 95 por ciento de los encuestados indica que tiene poco conocimiento acerca de quién es el Espíritu Santo o por qué existe”.</p> <p style="text-align: justify;">¡Qué tragedia! Entender la enseñanza de la Biblia acerca del Espíritu Santo es absolutamente vital para el desarrollo de la vida cristiana.</p> <h3>¿Quién es el Espíritu Santo?</h3> <p style="text-align: justify;">Es bastante fácil para nosotros percibir al Padre y a Jesús como personas. Nuestra mente se forma imágenes mentales de ambos. Pero al considerar que el Espíritu Santo es alguien misterioso, invisible y un tanto secreto, y que su presencia es universal, a veces tenemos dudas acerca de su identidad.</p> <p style="text-align: justify;">He aquí el error que cometemos. A menudo igualamos la personalidad divina con su visibilidad. Si el Espíritu Santo es omnipresente, concluimos que debe ser la fuerza o presencia de Dios, pero no un ser divino. Es verdad que nunca entenderemos la complejidad de los caminos de Dios. Según dijera un teólogo destacado: “Intentar entender la Trinidad equivale a perder la mente. Negar la Trinidad equivale a perder el alma”. Pero la buena noticia es que no tenemos que entender todo respecto de algo para apreciar algo que quizá conocemos solo parcialmente. Yo no entiendo todo lo referido a la electricidad, pero no voy a permanecer en la oscuridad hasta que la entienda.</p> <p style="text-align: justify;">Igualmente, aunque no comprendamos completamente todo sobre la naturaleza del Espíritu Santo, podemos recibir la enseñanza bíblica sobre el Espíritu por la fe e invitar al divino Inquilino a que se hospede en nuestro corazón.</p> <p style="text-align: justify;">Hay otro problema serio con la idea de que el Espíritu Santo es meramente una fuerza o la influencia poderosa de Dios y no la tercera persona de la Deidad: La idea es contraria a las Santas Escrituras. La Biblia contiene tres textos sencillos del Nuevo Testamento que describen el trío divino que compone la Deidad. Ninguno de estos pasajes sugiere que un miembro de la Deidad sea inferior o de menor valor que el otro. El último mandato de nuestro Señor a sus discípulos fue: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (S. Mateo 28:19). Cuando los creyentes del Nuevo Testamento se hicieron cristianos, entraron en una comunión divina, una integración celestial con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.</p> <p style="text-align: justify;">En Efesios 2:18, el apóstol Pablo describe la unidad de propósito de la Deidad con estas palabras: “Por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre”; y el apóstol describe la unidad de la Deidad en Hebreos 10:9-15 en términos de tres acciones: El Padre decide, el Hijo obra y el Espíritu Santo testifica.</p> <p style="text-align: justify;">A lo largo de las Escrituras, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo colaboran para cumplir el propósito del Cielo en el plan de la redención. Están presentes en la creación, en el bautismo de Jesús, a lo largo de su vida, en la cruz, la resurrección y durante su ministerio en el Santuario celestial.</p> <p style="text-align: justify;">El apóstol Pablo concluye su segunda carta a los corintios con estas palabras reveladoras: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén” (2 Corintios 13:14). Este texto habla de tres cosas: El amor de Dios, la gracia de Cristo y la comunión del Espíritu Santo.</p> <p style="text-align: justify;">En el Antiguo Testamento, Dios reveló su amor por medio de las advertencias e instrucciones de los profetas. En el Nuevo Testamento, Dios reveló su amor por medio de la vida y la muerte de Jesús. A este amor lo llamamos gracia. Desde la resurrección de Jesús y la inauguración de su ministerio en el Santuario celestial, Dios revela su amor por medio de la presencia personal o comunión del Espíritu Santo en nuestra vida.</p> <p style="text-align: justify;">Por medio del Espíritu Santo somos llevados al compañerismo con el Padre y el Hijo. Por medio del Espíritu Santo entramos en comunión íntima con Dios. Antes que Cristo viniera en la carne, el Padre era la persona más conspicua de la Deidad, la que colmaba el horizonte. Cuando Jesús vino, él colmó el horizonte. El mundo del Nuevo Testamento vio el amor de Dios por medio de Jesús. Por esto es que Jesús dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (S. Juan 14:9).</p> <p style="text-align: justify;">Una vez que Jesús ascendió al cielo, entramos en una nueva dispensación: La dispensación del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es tan real, tan divina persona, tan miembro de la Deidad como el Padre y el Hijo. El Espíritu Santo no es una influencia nebulosa que emana del Padre. No es una fuerza impersonal, algo que apenas puede reconocerse, ni tampoco un principio invisible de vida.</p> <h3>El Espíritu Santo es divino</h3> <p style="text-align: justify;">LeRoy E. Froom en su libro <em>La venida del Consolador</em> lo expresa de esta manera: “Jesús fue la persona más notable e influyente que jamás existiera en este viejo mundo; y el Espíritu Santo vino a llenar su lugar vacante. Nadie sino una persona divina podía tomar el lugar de su persona maravillosa. Jamás una mera influencia hubiera sido suficiente” (pp. 37, 38).</p> <p style="text-align: justify;">Como un trío que canta una música celestial en tres partes, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo unen armoniosamente sus voces en un canto de salvación para redimirnos. El Espíritu Santo vino con la plenitud del poder divino a los primeros discípulos en Pentecostés. El plan del Cielo es que el Espíritu Santo venga con la plenitud del poder divino sobre todo creyente.</p> <p style="text-align: justify;">En los capítulos 14 al 16 del Evangelio de Juan, Jesús describe el ministerio del Espíritu Santo en detalle. Estas son probablemente algunas de sus palabras más importantes. Sus enseñanzas sobre el Espíritu Santo pueden transformar la vida.</p> <p style="text-align: justify;">He aquí las palabras del propio Jesús: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros” (S. Juan 14:16, 17). En San Juan 16:7, el Maestro añade: “Si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré”.</p> <p style="text-align: justify;">Según la Palabra de Dios, el Espíritu Santo cumple varias funciones: (1) El Espíritu Santo es nuestro Ayudador (S. Juan 14:16). (2) El Espíritu Santo es nuestro Maestro personal (S. Juan 16:13). (3) El Espíritu Santo es nuestro Guía personal en las decisiones que tomamos en la vida (S. Juan 16:8, 13). El Salmo 32:8 añade: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos”.</p> <p style="text-align: justify;">Sea cual fuere la manera en que Dios nos guía, lo hace a través de su Espíritu Santo. ¿Abrirás hoy su corazón a su influencia transformadora?</p> <hr /> <p style="text-align: justify;" class="bio"><span style="font-size:85%;">El autor es un evangelista internacional cuya predicación ha alcanzado a millones de personas en cruzadas evangelizadoras y a través de la televisión. Escribe desde Silver Spring, Maryland.</span></p>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-64002558199609923732011-03-06T06:25:00.001-08:002011-03-06T06:28:08.769-08:00El Verdadero Reavivamiento.<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3xcq0u07TcuuFLNf6Mlyo8wmU43jNTV3KJj4T3OBjGY2_Y7D2l2sdIDTHjYphNIvnAOUI_wPQCrcOmNeR60HBx6K_iB1BlLui_MhqtyeA-Lx4fgYznK2Zwj6CJq0XYPdFLqGf0HhbGBM/s1600/reavivamiento.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 400px; height: 171px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3xcq0u07TcuuFLNf6Mlyo8wmU43jNTV3KJj4T3OBjGY2_Y7D2l2sdIDTHjYphNIvnAOUI_wPQCrcOmNeR60HBx6K_iB1BlLui_MhqtyeA-Lx4fgYznK2Zwj6CJq0XYPdFLqGf0HhbGBM/s1600/reavivamiento.jpg" alt="" border="0" /></a><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Por: Elena White</span><br /><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-size:180%;">D</span>ondequiera que la Palabra de Dios se predicó con fidelidad, los resultados atestiguaron su divino origen. El Espíritu de Dios acompañó el mensaje de sus siervos, y su Palabra tuvo poder. Los pecadores sintieron que despertaban sus conciencias.<br /><br />La luz «que alumbra a todo hombre que viene a este mundo», iluminó los lugares más recónditos de sus almas, y las ocultas obras de las tinieblas fueron puestas de manifiesto. Una profunda convicción se apoderó de sus espíritus y corazones. Fueron redargüidos de pecado, de justicia y del juicio por venir. Tuvieron conciencia de la justicia de Dios, y temieron tener que comparecer con sus culpas e impurezas ante aquel que escudriña los corazones. En su angustia clamaron: «¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte?» Al serles revelada la cruz del Calvario, indicio del sacrificio infinito exigido por los pecados de los hombres, vieron que solo los méritos de Cristo bastaban para expiar sus transgresiones; eran lo único que podía reconciliar al hombre con Dios.<br /><br />Con fe y humildad aceptaron al Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Por la sangre de Jesús alcanzaron «la remisión de los pecados cometidos anteriormente […]». Los reavivamientos produjeron en muchos creyentes profundo recogimiento y humildad. Estuvieron caracterizados por llamamientos solemnes y fervientes hechos a los pecadores, por una ferviente compasión hacia aquellos a quienes Jesús compró por su sangre. Hombres y mujeres oraron y lucharon con Dios para conseguir la salvación de las almas. Los frutos de semejantes reavivamientos se echaron de ver en las almas que no vacilaron ante el desprendimiento y los sacrificios, sino que se regocijaron de ser tenidas por dignas de sufrir oprobios y pruebas por causa de Cristo.<br /><br />Se notó una transformación en la vida de los que habían hecho profesión de seguir a Jesús; y la influencia de ellos benefició a la sociedad. Recogieron con Cristo y sembraron para el Espíritu, a fin de cosechar la vida eterna […]. Tal es el resultado de la acción del Espíritu de Dios. Una reforma en la vida es la única prueba segura de un verdadero arrepentimiento. Si restituye la prenda, si devuelve lo que robó, si confiesa sus pecados y ama a Dios y a sus semejantes, el pecador puede estar seguro de haber encontrado la paz con Dios. Tales fueron los resultados que en otros tiempos acompañaron a los reavivamientos religiosos. Cuando se los juzgaba por sus frutos, se veía que eran bendecidos por Dios para la salvación de los hombres y el mejoramiento de la humanidad.<br /><br />Sin embargo, muchos de los reavivamientos de los tiempos modernos han presentado un notable contraste con aquellas manifestaciones de la gracia divina, que en épocas anteriores acompañaban los trabajos de los siervos de Dios. Es verdad que despiertan gran interés, que muchos se dan por convertidos y aumenta en gran manera el número de los miembros de las iglesias; no obstante los resultados no son tales que nos autoricen para creer que haya habido un aumento correspondiente de verdadera vida espiritual. La llama que alumbra un momento se apaga pronto y deja la obscuridad más densa que antes. Los avivamientos populares son provocados demasiado a menudo por llamamientos a la imaginación, que excitan las emociones y satisfacen la inclinación por lo nuevo y extraordinario.<br /><br /><div style="text-align: center; font-style: italic;">Dondequiera que los hombres descuiden<br />el testimonio de la Biblia y se alejen delas<br />verdades claras que sirven para probar el<br />alma y que requieren abnegación y<br />desprendimiento del mundo, podemos estar<br />seguros de que Dios no dispensa<br />allí sus bendiciones<br /></div></div><br />Los conversos ganados de este modo manifiestan poco deseo de escuchar la verdad bíblica, y poco interés en el testimonio de los profetas y apóstoles. El servicio religioso que no revista un carácter un tanto sensacional no tiene atractivo para ellos. Un mensaje que apela a la fría razón no despierta eco alguno en ellos. No tienen en cuenta las claras amonestaciones de la Palabra de Dios que se refieren directamente a sus intereses eternos.<br /><br />Para toda alma verdaderamente convertida la relación con Dios y con las cosas eternas será el gran tema de la vida. ¿Pero dónde se nota, en las iglesias populares de nuestros días, el espíritu de consagración a Dios? Los conversos no renuncian a su orgullo ni al amor del mundo. No están más dispuestos a negarse a sí mismos, a llevar la cruz y a seguir al manso y humilde Jesús, que antes de su conversión. La religión se ha vuelto objeto de burla de los infieles y escépticos, debido a que tantos de los que la profesan ignoran sus principios.<br /><br />El poder de la piedad ha desaparecido casi por completo de muchas iglesias. Se han realizado comidas campestres, representaciones teatrales y ferias en las iglesias, y hay casas lujosas y muestras de ostentación personal que han alejado de Dios los pensamientos de la gente. Tierras, bienes y ocupaciones mundanas llenan el espíritu, mientras que las cosas de interés eterno se consideran apenas dignas de atención […].<br /><br />En muchos de los despertamientos religiosos que se han producido durante el último medio siglo, se han dejado sentir, en mayor o menor grado, las mismas influencias que se ejercerán en los movimientos venideros más extensos. Hay una agitación emotiva, mezcla de lo verdadero con lo falso, muy apropiada para extraviarnos. No obstante, nadie necesita ser seducido. A la luz de la Palabra de Dios no es difícil determinar la naturaleza de estos movimientos. Dondequiera que los hombres descuiden el testimonio de la Biblia y se alejen de las verdades claras que sirven para probar el alma y que requieren abnegación y desprendimiento del mundo, podemos estar seguros de que Dios no dispensa allí sus bendiciones.<br /><br />Y al aplicar la regla que Cristo mismo dio: «Por sus frutos los conoceréis» (Mateo 7:16), resulta evidente que estos movimientos no son obra del Espíritu de Dios. En las verdades de su Palabra, Dios ha dado a los hombres una revelación de sí mismo, y a todos los que las aceptan les sirven de escudo contra los engaños de Satanás. El descuido en que se tuvieron estas verdades fue lo que abrió la puerta a los males que se están propagando en el mundo religioso. Se ha perdido de vista en sumo grado la naturaleza e importancia de la ley de Dios. Un concepto falso del carácter perpetuo y obligatorio de la ley divina ha hecho incurrir en errores respecto a la conversión y santificación, y como resultado se ha rebajado el nivel de la piedad en la iglesia. En esto reside el secreto de la ausencia del Espíritu y poder de Dios en los despertamientos religiosos de nuestros tiempos.<br /><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-size:85%;"><span style="font-style: italic;">Este artículo es un fragmento adaptado del capítulo 28 («La verdadera conversión es esencial») del libro El conflicto de los siglos. Los adventistas creemos que Elena White (1827-1915) ejerció el don bíblico de profecía durante más de setenta años de ministerio público.</span></span><br /></div>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-38650670847321227152011-03-06T05:53:00.000-08:002011-03-06T06:04:03.840-08:00La Salud Espiritual<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvmb1d6xYrBmEGR77acAfeNk54kNGYxxyVedJz4fJdyOPFiZqputOjgHFG9GZOYOrrmIe2yo4DiViR_Qs73KlBz0nKzxNASemz1oq2z4HkvfqlUzn0CrSI13S6PpUiFB9PrSeH1Z7NvNE/s1600/643-04-28-08-leyendo.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 400px; height: 267px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvmb1d6xYrBmEGR77acAfeNk54kNGYxxyVedJz4fJdyOPFiZqputOjgHFG9GZOYOrrmIe2yo4DiViR_Qs73KlBz0nKzxNASemz1oq2z4HkvfqlUzn0CrSI13S6PpUiFB9PrSeH1Z7NvNE/s1600/643-04-28-08-leyendo.jpg" alt="" border="0" /></a><span style="font-style: italic;">Por: Allan R. Handysides y Peter N. Landless</span><br /><span style="font-style: italic;font-size:85%;" ><br />Estoy preocupado por mi salud espiritual. Nuestro pastor está realizando reuniones de reavivamiento, pero me molesta que otros confiesen sus pecados y den testimonios en público. Al mismo tiempo, me siento culpable por sentir me así. ¿Qué me pasa? ¿Puede dar me una receta espiritual? Deseo ser un buen cristiano.</span><span style="font-size:85%;"><br /><br /></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-size:85%;">De su pregunta se desprende que</span> <span style="font-size:85%;">usted se siente culpable porque </span><span style="font-size:85%;">no experimenta grandes emociones </span><span style="font-size:85%;">por este proceso de reavivamiento. </span><span style="font-size:85%;">Acaso usted ya ha visto experiencias </span><span style="font-size:85%;">similares, y es posible que tenga dudas </span><span style="font-size:85%;">sobre la sinceridad del proceso o que</span> <span style="font-size:85%;">teng a una personalidad diferente de los</span> <span style="font-size:85%;">demás; es necesario que tengamos en </span><span style="font-size:85%;">cuenta esas diferencias.</span> <span style="font-size:85%;"><br /><br />Muchos de nosotros no entendemos</span> <span style="font-size:85%;">bien que el Espíritu Santo no es un </span><span style="font-size:85%;">«poder líquido» o «vapor mágico»</span> <span style="font-size:85%;">que nos envuelve, sino una Persona: el</span> <span style="font-size:85%;">«Consolador», la «tercera Persona de </span><span style="font-size:85%;">la Trinidad». La espir itualidad es una</span> <span style="font-size:85%;">relación con el Espíritu Santo, con Jesús</span> <span style="font-size:85%;">y con el Padre. El crecimiento espiritual </span><span style="font-size:85%;">significa enamorarse de Jesús y disfrutar</span> <span style="font-size:85%;">de una relac ión rica, madura y continua. </span><span style="font-size:85%;"><br /><br />Todos necesitamos el reavivamiento,</span> <span style="font-size:85%;">la renovación, la curación y una relación</span> <span style="font-size:85%;">gratificante pero, según sea nuestra </span><span style="font-size:85%;">personalidad, existen diferentes maneras</span> <span style="font-size:85%;">de alimentar esa relación. No todos nos</span> <span style="font-size:85%;">adaptamos al mismo molde.</span> <span style="font-size:85%;"><br /><br />Dios nos hizo únicos. Algunos somos</span> <span style="font-size:85%;">formales y serios; otros son extrovertidos</span> <span style="font-size:85%;">y exuberantes. Algunos pastores se </span><span style="font-size:85%;">«especializan» en reavivamientos. Puede</span> <span style="font-size:85%;">ser que hayan desarrollado un estilo ya </span><span style="font-size:85%;">«armado» de la espiritualidad, por lo que</span> <span style="font-size:85%;">piensan que si hacemos esto o aquello,</span> <span style="font-size:85%;">experimentaremos el reavivamiento. </span><span style="font-size:85%;">Para muchos, este proceso estructurado</span> <span style="font-size:85%;">da resultados, aunque no para todos.</span><br /><br /><span style="font-size:85%;">Pensemos en las maneras de enamorarse. </span><span style="font-size:85%;">Cuando nos sentimos atraídos</span> <span style="font-size:85%;">hacia otra persona, ya no sabemos qué</span> <span style="font-size:85%;">hacer para complacerla. Pensamos en </span><span style="font-size:85%;">ella todo el tiempo y decimos frases</span> <span style="font-size:85%;">melosas. Algunos compran regalos.</span> <span style="font-size:85%;">Disfrutamos caminar juntos en la playa,</span> <span style="font-size:85%;">de la mano y a la luz de la luna. Cada</span> <span style="font-size:85%;">persona se enamora a su manera, según </span><span style="font-size:85%;">su personalidad.</span> <span style="font-size:85%;"><br /><br />Dios entiende a todos, y comprende</span> <span style="font-size:85%;">lo que usted siente. A él no le preocupa</span> <span style="font-size:85%;">el proceso que usted sigue para llegar a </span><span style="font-size:85%;">ser su amigo: lo importante es que, en</span> <span style="font-size:85%;">efecto, lleguen a ser amigos. El Espíritu </span><span style="font-size:85%;">busca atraernos. A menudo confundimos</span> <span style="font-size:85%;">el proceso con el objetivo final.</span> <span style="font-size:85%;"><br /><br />Es importante orar y estudiar la Biblia, </span><span style="font-size:85%;">pero puede ser que leamos la Biblia</span> <span style="font-size:85%;">de manera diferente. Uno de nosotros</span> <span style="font-size:85%;">suele leer una historia e imaginar que es </span><span style="font-size:85%;">parte de la acción. Otro acostumbra leer</span> <span style="font-size:85%;">durante diez minutos, y entonces pensar</span> <span style="font-size:85%;">en el relato durante las siguientes diez</span> <span style="font-size:85%;">horas. De esta forma, se siente tan</span> <span style="font-size:85%;">parte del relato que, por ejemplo, le</span> <span style="font-size:85%;">parece que se le ponen los pelos de punta</span> <span style="font-size:85%;">cuando Lázaro sale del sepulcro. Esto no</span> <span style="font-size:85%;">significa menospreciar al que se dedica </span><span style="font-size:85%;">a leer durante una hora o dos; tenemos</span> <span style="font-size:85%;">que entender que somos diferentes.</span><br /><br /><span style="font-size:85%;">Por cierto necesitamos una relación </span><span style="font-size:85%;">constante con Dios. Es esencial leer la</span> <span style="font-size:85%;">Palabra, meditar y orar. La meditación</span> <span style="font-size:85%;">y la oración deberían ser actividades </span><span style="font-size:85%;">para cualquier momento y para todo</span> <span style="font-size:85%;">momento, en especial cuando sentimos</span> <span style="font-size:85%;">su presencia. </span><span style="font-size:85%;"><br /><br />Después de décadas juntos, muchos</span> <span style="font-size:85%;">cónyuges entienden tan bien a su pareja</span> <span style="font-size:85%;">que pueden terminar las frases que ellos </span><span style="font-size:85%;">empiezan. En los buenos matrimonios,</span> <span style="font-size:85%;">el amor y el respeto son cada vez mayores. </span><span style="font-size:85%;">Esa es la relación que Dios quiere tener</span> <span style="font-size:85%;">con nosotros: una relación natural,</span> <span style="font-size:85%;">verdadera, honesta y sincera. Enfocarnos </span><span style="font-size:85%;">nuevamente en Dios nos ayuda a revitalizar</span> <span style="font-size:85%;">esta relación, pero tiene que hacerse</span> <span style="font-size:85%;">en forma natural.<br /><br /></span><span style="font-size:85%;">No se preocupe por las metodologías</span> <span style="font-size:85%;">de los demás; conténtese con buscar a Dios</span> <span style="font-size:85%;">de la manera en que se sienta más a gusto. </span><span style="font-size:85%;">El reavivamiento de la verdadera piedad</span> <span style="font-size:85%;">se expresa en amabilidad, humildad,</span> <span style="font-size:85%;">compasión y generosidad; en la disposición</span> <span style="font-size:85%;">a sufrir antes que herir a otro. Estos son los</span> <span style="font-size:85%;">frutos de la santificación, que no es otra </span><span style="font-size:85%;">cosa que una vida de reavivamiento.</span><br /><span style="font-weight: bold;"><br />Allan R. Handysides</span> es director de Ministerios de Salud de la Asociación General.<br /><span style="font-weight: bold;">Peter N. Landless</span> es director ejecutivo del ICPA y director asociado de Ministerios de Salud de la Asociación General<br /></div>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-71799646977255621252010-11-13T13:04:00.000-08:002010-11-13T13:15:17.372-08:00Elena White y la salud mental<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKhrX7PFBrCEhU7KojRiAriVttYEXbawbyqa9VYxggM1tYEg3TaakYWOpZZwYpHinHCaGQRzQ9_aLe_iz6U0borXL5J8r4VLmi0BBQhXpXLp5f4xFjYoBICb99qriiqtfakJEU0IB0r64/s1600/salud-mental.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 310px; height: 265px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKhrX7PFBrCEhU7KojRiAriVttYEXbawbyqa9VYxggM1tYEg3TaakYWOpZZwYpHinHCaGQRzQ9_aLe_iz6U0borXL5J8r4VLmi0BBQhXpXLp5f4xFjYoBICb99qriiqtfakJEU0IB0r64/s1600/salud-mental.jpg" alt="" border="0" /></a>Por: Merlin D. Burt<br /><br /><p style="text-align: justify;" class="bodytext">Elena White desempeñó un papel de liderazgo además de ser una de las fundadoras de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: poseía el don de profecía. En su ministerio público de más de setenta años, recibió cientos de visiones y sueños con mensajes que variaban desde consejos personales a temas relacionados con la iglesia emergente en áreas tales como fe y doctrina, organización y misión, salud y educación.<br /></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext">A pesar de que fue una escritora prolífica y de autoridad, nunca infirió que sus escritos debían suplementar a las Escrituras. A lo largo de su ministerio señaló que la Biblia es la regla de fe y práctica del cristiano y uno de sus protagonismos principales fue ayudar a los individuos y a la iglesia naciente a entender y seguir la voluntad de Dios. A pesar de que no poseía una preparación formal en salud mental, a menudo fue consejera espiritual frente a variadas necesidades emocionales y psicológicas.<br /></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext">Pudo influenciar a miles de personas y les brindó nuevas esperanzas con un enfoque de salud espiritual, mental y emocional. Sus extensos escritos muestran interés en temas de salud mental y entre otros materiales en su libro <em>El Ministerio de curación</em> escribió un capítulo importante titulado “La cura mental”. En 1977, el Centro de Investigación White publicó una compilación de dos tomos titulada: <em>Mente, carácter y personalidad: Consejos para la salud mental y espiritual</em>.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Este artículo presenta brevemente lo que Elena White comprendía acerca de la salud mental, sus vivencias personales y familiares, y su papel como consejera en estos asuntos.</p> <p style="font-weight: bold; font-style: italic;" class="articleSection"> Cómo entendía Elena White la salud mental</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Cuando ella usaba el término “salud mental”, lo asociaba con “claridad mental, calma de los nervios, un espíritu tranquilo y pacífico como el de Jesús”.<span class="superscript">1</span> Para poder entender sus comentarios acerca de temas de salud mental, es necesario entender también el lenguaje del siglo XIX. Por ejemplo usó las palabras “imaginación enfermiza” para referirse a pensamiento engañoso o desequilibrio emocional y “desaliento que se incrementa hasta la desesperación” al hablar de la depresión.<span class="superscript">2</span> Utilizó también “la cura mental” para describir temas de salud mental.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La comprensión de Elena White de la naturaleza humana estaba basada en la percepción bíblica de que es inherentemente pecaminosa y que necesita la ayuda externa de Dios. Para ella, Jesús era el gran sanador de la mente humana dañada por el pecado. Dicho por su pluma: “Es imposible que escapemos por nosotros mismos del hoyo de pecado en el que estamos sumidos. Nuestro corazón es malo, y no lo podemos cambiar”. A continuación citó Job 14:4 y Romanos 8:7 para fundamentar esta postura. Continuó diciendo: “La educación, la cultura, el ejercicio de la voluntad, el esfuerzo humano, todos tienen su propia esfera, pero no tienen poder para salvarnos. Pueden producir una corrección externa de la conducta, pero no pueden cambiar el corazón; no pueden purificar las fuentes de la vida. Debe haber un poder que obre desde el interior, una vida nueva de lo alto, antes que el hombre (y la mujer) pueda convertirse del pecado a la santidad”.<span class="superscript">3</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Para Elena White había una convergencia entre la psicología y la teología. Las dos deben interactuar y cuando son integradas correctamente, proveen la mayor ayuda para la mente y las emociones humanas. Según ella la fuente verdadera de salud mental y emocional es Dios el “Padre amante”, Jesús el “Gran Médico” y el Espíritu Santo, “el Consolador”.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Abogaba fuertemente por una correcta conexión entre lo físico, mental y espiritual en la experiencia humana. “La vida espiritual se construye con el alimento que se le da a la mente; y si nos alimentamos de la comida que proviene de la Palabra de Dios, la salud mental y espiritual serán el resultado”.<span class="superscript">4</span> La verdadera salud mental depende del establecimiento de un balance adecuado entre mente y cuerpo. “No podemos permitirnos el empequeñecer o dañar una sola función de la mente o del cuerpo por excesivo trabajo o por el abuso de cualquier parte de la maquinaria viviente”.<span class="superscript">5</span> Ella utilizó la frase “salud física y mental” para mostrar el vínculo entre ambas y sostuvo que las dimensiones física y mental están estrechamente conectadas y requieren un adecuado equilibrio y cuidado. Asimismo afirmaba que el medio ambiente propicio, las acciones correctas y una dieta adecuada, favorecían la salud mental; era una convencida de los beneficios curativos tanto de la naturaleza, como de una actitud positiva y de acciones en servicio a otros.<span class="superscript">6</span></p> <p style="font-weight: bold; font-style: italic;" class="articleSection"> Experiencia personal</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La filosofía de Elena White acerca de la salud mental, si bien estaba formada por su estudio de la Biblia y sus visiones, tenía conexión con su experiencia personal. A lo largo de la vida no fue ajena al dolor emocional y a los desafíos psicológicos. De niña era introvertida, tímida y emocionalmente sensible. A esto se le sumaba la complicación de su discapacidad física. Durante sus años juveniles experimentó temor y falta de esperanza, que le acarrearon prolongados períodos de depresión y además de sus luchas personales, su familia cercana fue golpeada con problemas de discapacidad mental.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La piedra fundamental de Elena White para la salud mental y emocional fue la comprensión del carácter amante de Dios. De niña imaginaba a Dios como un “severo tirano que fuerza a los hombres a obedecerlo ciegamente”.<span class="superscript">7</span> Cuando los predicadores describían los fuegos de un eterno infierno ardiente, ella personalizaba el horror de esta experiencia y lo describió así: “Mientras escuchaba estas terribles descripciones, mi imaginación era tan activa que comenzaba a transpirar, y me resultaba difícil contener un clamor de angustia, pues me parecía ya sentir los dolores de la perdición”.<span class="superscript">8</span> Esto la llevó a dudar de ser aceptada por Dios, lo que le provocó períodos de depresión. “El desaliento se apoderó de mi y… ni un rayo de luz vino a herir la melancólica lobreguez que me rodeaba”.<span class="superscript">9</span> Sus “sentimientos eran muy sensibles” y en una ocasión temió haber “perdido la razón”. Recordaba que algunas veces “durante toda la noche” no se atrevía a cerrar sus ojos sino que “me arrodillaba en el suelo para orar silenciosamente con una angustia muda e indescriptible”.<span class="superscript">10</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Sus años de pre adolescencia y adolescencia fueron recargados por la discapacidad física. A los nueve años fue severamente lastimada en un accidente. La nariz quebrada junto con otras complicaciones, le ocasionaron problemas de equilibrio físico y le impidieron continuar su educación. Desarrolló un desorden crónico pulmonar que en esa época fue diagnosticado como “hidropesía” o en términos modernos, “tuberculosis con enfermedad cardíaca congestiva”. Sus temores se exacerbaron por el pensamiento de que se podría desangrar en cualquier momento por una ruptura arterial pulmonar.<span class="superscript">11</span> Su trauma físico y emocional, en combinación con su personalidad introvertida, impidieron que buscara ayuda.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Recién aproximadamente a los quince años conversó con alguien que la ayudó a comprender mejor el carácter amante de Dios. Haciendo referencia a su entrevista con el pastor millerita metodista, Levi Stockman, recordó que le brindó mucha ayuda. Stockman empatizó con el dolor emocional de Elena y hasta compartió sus lágrimas. Ella escribió que “obtuvo más conocimiento del amor y la compasiva ternura de Dios que en todos los sermones y exhortaciones que había oído antes”.<span class="superscript">12</span> Pudo identificar lo que la había ayudado específicamente: “Cambié la opinión que tenía del Padre. Empecé a considerarlo como un Padre bondadoso y tierno… Mi corazón sentía un profundo y ferviente amor hacia él”.<span class="superscript">13</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> El amor de Dios llegó a ser el tema preferido de Elena a lo largo de toda su vida y también creía que “el tema favorito de Cristo era la ternura paternal y la abundante gracia de Dios”.<span class="superscript">14</span> Su obra maestra de cinco tomos –la serie del conflicto cósmico entre Cristo y Satanás– comienza y termina con este tema.<span class="superscript">15</span> El primer capítulo de su libro más difundido, publicado en decenas de idiomas y millones de copias, se titula “Amor supremo”.<span class="superscript">16</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Las visiones y sueños de Elena le confirmaron su convicción de un Dios amante y un Salvador compasivo. Un sueño que tuvo antes de su primera visión profética la puso ante la presencia de Jesús, en donde comprendió que él conocía todos sus “íntimos pensamientos y emociones”. Aun así, con este conocimiento él “se me acercó sonriente y posando su mano sobre mi cabeza dijo: ‘No temas’”.<span class="superscript">17</span> En una entrevista el último año de su vida dijo: “Siento lágrimas rodando por mis mejillas cuando pienso en lo que el Señor significa para sus hijos, y cuando contemplo su bondad, su misericordia y su tierna compasión”.<span class="superscript">18</span></p> <p style="font-weight: bold; font-style: italic;" class="articleSection"> Desafíos de salud mental en la familia White</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Además de sus propias luchas emocionales durante la niñez y en algunos momentos de la adultez, enfrentó desafíos parecidos dentro de su familia. Su segundo hijo James Edson, mostró algunas características de déficit de atención/hiperactividad. Su sobrina, Louisa Walling debió ser internada en una institución mental ya que se volvió mentalmente inestable; a raíz de esto las dos hijas de Louisa fueron al hogar de los White y Elena terminó criando a las niñas quienes la llamaban ‘mamá’.<span class="superscript">19</span> Inclusive Jaime White, sufrió varios accidentes cerebrovasculares durante los años 1860 y 1870 que alteraron su estado mental y produjeron conflictos matrimoniales. En 1879, Elena comprendió que su esposo no “poseía suficiente salud mental y física” para aconsejar.<span class="superscript">20</span> En un punto ella se cuestionó si él era un “hombre cuerdo”.<span class="superscript">21</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La experiencia personal de Elena juntamente con las visiones recibidas, la ayudaron a brindar un ministerio único para individuos que también sufrían un quebrantamiento mental y emocional. Sus escritos revelan una compasión real hacia las personas que a veces tienen una seria disfunción en la vida y se involucró en forma notable en un trabajo personal hacia tales personas.</p> <p style="font-weight: bold; font-style: italic;" class="articleSection"> Elena White como consejera</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> A lo largo de su vida, Elena White hizo referencia a temas de salud mental y disfunción social. Su esfera de acción con las personas era variada y diversa. Aquí hay cuatro ejemplos que muestran cómo abordaba estos temas serios.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> <em>Comportamiento obsesivo.</em> La carta que ella le envió al señor Morrell, muestra su percepción de la condición mental de este señor. Lo describe como poseedor de “gran conciencia y baja autoestima”. Parecería que Morrell era obsesivo y patológicamente perfeccionista en cuanto a su conducta. Se sentía culpable por hasta el más mínimo error, al punto de llevarlo a la inestabilidad mental. Sobre la misma persona ella escribió: “El sistema nervioso del hermano Morrell se encuentra gravemente afectado y reflexiona acerca de estas cosas (su percepción de sus propios pecados y faltas), explayándose en ellos. Su imaginación está enferma… Su mente ha sufrido más allá de lo que pueda expresarse. Perdió el sueño”. A él le escribió: “Vi, Hno. Morrell que usted debe arrojar sus temores. Dejar las consecuencias al Señor y quitárselas de encima. Ud. se esfuerza demasiado en salvarse a sí mismo, haciendo algo grandioso por sí mismo, algo que pueda recomendarlo a Dios… Jesús lo ama, y si Ud. se consagra a él, juntamente con todo lo que posee él lo aceptará y llevará sus cargas, será su Amigo que jamás falla… Crea que Jesús lo ama y conoce su esfuerzo para obedecer la verdad; si Ud. yerra, no sienta que debe preocuparse y preocuparse, abandonar su confianza en Dios y pensar que él es su enemigo. Somos mortales sujetos a errar”. Como complemento a este consejo espiritual y emocional, ella le insiste a este hombre a que adopte una reforma pro salud y evite los estimulantes. “Entonces, el cerebro podrá pensar de manera más calma, el sueño no será tan incierto”.<span class="superscript">22</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> <em>Abuso emocional.</em> La señora White escribió varias cartas de consejos a mujeres que eran controladas por sus esposos tanto emocional como físicamente. En diciembre de 1867, visitó la iglesia de New Hampshire, junto a su esposo y J. N. Andrews. Inicialmente dio consejos en forma oral y luego hizo un seguimiento con un “testimonio” escrito basado en una visión que había recibido. Brindó consejo a Harriet Stowell quien luego de la muerte de su primer esposo se casó con Freeman S. Stowell, que era doce años menor y no practicaba su fe. Las palabras de Elena White son claras al explicar la situación: “Aunque Dios la ama, es mantenida bajo un cautiverio servil; temerosa, temblorosa, abatida, llena de incertidumbre y nerviosa. Esta hermana no tiene que sentir que debe rendir su voluntad a un joven malvado y menor que ella. Tiene que saber que su matrimonio no anula su individualidad. Los requerimientos de Dios son superiores a cualquier pretensión terrenal. Cristo la ha comprado con su propia sangre, por tanto no se pertenece a sí misma. Ella falla al no confiar plenamente en Dios y rendir sus convicciones personales y su conciencia a un hombre imperioso, altanero, encendido por Satanás, cuando su majestad satánica tiene la oportunidad de operar eficazmente por su intermedio con el fin de intimidar a un alma temblorosa y disminuida. Ha sido sumida en la perturbación tantas veces que su sistema nervioso se ha quebrantado y arruinado”.<span class="superscript">23</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La señora White respaldaba la individualidad en el matrimonio y rechazaba la idea de que alguno de los cónyuges debía abandonar su propia personalidad e identidad. Este testimonio ayudó a esa mujer que había sido llevada casi hasta el colapso emocional.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> <em>Alcoholismo</em>. En una carta a un joven en Inglaterra, Elena White reconoció el efecto perturbador de la adicción al alcohol. Henri Frey trabajaba como traductor para la misión Europea en Basilea, Suiza, pero tenía problemas con el alcohol. A causa de sus acciones, fue destituido de su trabajo de traductor y más tarde le escribió a la señora White para decirle que estaba siendo perseguido. Ella respaldó la decisión de la misión pero apeló personalmente a Frey: “Siento un tierno sentimiento de compasión y amor por su alma; pero falsas palabras de simpatía… nunca serán trazadas por mi pluma”. Luego describe en forma convincente: “Ud. encuentra que su naturaleza emocional se halla en oposición a sus mejores resoluciones, a sus solemnes promesas. Nada parece real. Sus propias deficiencias lo llevan a dudar de aquellos que podrían hacerle bien. Cuanto más continúe dudando, más irreal se vuelve todo para Ud., hasta que pareciera que no existiera una base sólida en ninguna parte. Sus promesas son como la nada, son como cuerdas de arena, y Ud. juzga las palabras y actos de aquellos en quienes debería confiar, bajo la misma luz irreal”.<span class="superscript">24</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Continuó enfatizando el poder de la voluntad en la disfunción emocional. “Ud. puede creer y prometer cualquier cosa, pero yo no daría ni una brizna de paja por sus promesas o su fe, hasta que Ud. coloque su voluntad del lado del querer y el hacer”. Su carta de consejo fue entretejida con pedidos a este joven para que viera la ayuda que Jesús podía brindarle. “Le digo que no necesita desesperar, debe elegir creer aun cuando nada parezca real o verdadero para Ud.”. Luego concluye con palabras de esperanza: “Una vida de utilidad se extiende delante de Ud. si su voluntad llega a ser la voluntad de Dios… Henri, ¿lo intentará Ud.? ¿Dará ahora un giro completo? Ud. es el objeto del amor e intercesión de Cristo”.<span class="superscript">25</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> <em>Disfunción sexual.</em> A menudo, Elena White abordaba temas intrincados. En 1896 le escribió a un dirigente ministerial en Sudáfrica. Este hombre era culpable de abusar sexualmente de niñas y quizás también de niñitos. Este hombre había escrito a Elena White acerca de sus luchas, pero no creía ser culpable de adulterio. Ella inició su carta con una oración. “Quiera el Señor ayudarme para que pueda escribirle con palabras que lo ayuden en su restauración, no en su destrucción”. Luego fue muy directa: “Me siento triste, muy triste por Ud. El pecado, hermano mío, es pecado; es la trasgresión de la ley; y si yo tratara de quitarle importancia a ese pecado ante Ud., no le estaría haciendo bien alguno… Su mente y su corazón están contaminados, de lo contrario estas acciones le parecerían aborrecibles”. Le describe luego el efecto a largo plazo del abuso de niños, incluido el efecto generacional. Cita numerosos casos y describe cómo el daño psicológico frecuentemente perdura durante toda la vida. “¿Cómo podría yo presentarle el asunto para que no lo considerara como lo ha venido haciendo, como si no fuera un gravísimo error?”</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Luego de una larga instrucción, y por momentos dolorosa y gráfica descripción de su conducta, ella le suplica: “Ud. es un ser moralmente libre. Si se arrepiente de sus pecados y se convierte, el Señor borrará sus transgresiones y le imputará su propia justicia… Él tomaría su caso en sus manos y sería guardado por los ángeles. Pero para ello Ud. necesita resistir al diablo. Tiene que educarse en una línea de pensamiento diferente. No deposite su confianza en Ud. mismo. Nunca procure la compañía de mujeres o señoritas. Manténgase alejado de ellas. Su gusto moral está tan pervertido que se arruinará a Ud. mismo y a muchas almas si no se torna íntegro… La vida eterna vale el esfuerzo perseverante, incansable de una vida”. </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Finalmente ella le suplica que acuda “a los hermanos que conocen este terrible capítulo de su experiencia”.<span class="superscript">26</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Estos cuatro ejemplos ilustran el nivel de compromiso que Elena White sentía por muchas personas que sufrían dificultades de salud mental y emocional. Una de las características a destacar en su trabajo, es el consistente optimismo de que las personas podían recuperase, sin importar cuán destrozadas pudiesen estar. Elena White siempre señaló a Dios como el gran Sanador de la mente y el alma. Concebía a la persona como un ente integral porque se daba cuenta que la mente estaba unida al cuerpo y que la intención de Dios era restaurar las relaciones sociales. Para ella la conexión más importante era con un amante y santo Padre celestial. </p> <p style="text-align: justify;" class="about"><em>Merlin D. Burt (Ph.D., Universidad Andrews) es director del Centro Adventista para la Investigación del Centro White, Universidad Andrews, Berrien Springs, Míchigan, EE. UU. E-mail: Burt@Andrews.edu.</em></p> <p style="text-align: justify; font-weight: bold; font-style: italic;" class="articleSection">REFERENCIAS<span style="font-size:85%;"><span class="articleReference"></span></span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> Si no hay declaración de lo contrario, todas las referencias a continuación son de los escritos de Elena de White.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 1. Ellen G. White to D. T. Bourdeau, 10 de febrero, 1895, Carta 7, 1885, Ellen G. White Estate, Silver Spring, Maryland (EGWE); ver también Elena G. de White a D. T. Bourdeau, carta 39, 1887, EGWE. </span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 2. <em>Testimonies for the Church</em>, vol.1 p. 305.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 3. <em>El camino a Cristo</em>, p. 18.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 4. Search the Scriptures, <em>Review and Herald</em> (22 de marzo, 1906), p. 8.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 5. <em>A fin de conocerle</em>, p. 89.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 6. <em>Medical Ministry</em>, pp. 105-117.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 7. <em>Notas Biográficas de Elena G. de White</em>, p. 43.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 8. Idem, p. 34.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 9. Idem, p. 36.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 10. Idem, p. 36.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 11. J. N. Loughborough,<em> Rise and Progress of the Seventh-day Adventists with Tokens of God’s Hand in the Movement and a Brief Sketch of the Advent Cause from 1831 to 1844</em> (Battle Creek: General Conference of Seventh-day Adventists, 1892), p. 92.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 12. <em>Notas Biográficas de Elena G. de White</em>, p.42.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 13. Idem, p. 43.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 14. <em>Exaltad a Jesús</em>, p.103.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 15.<em> Patriarcas y profetas</em>, p.11; <em>El conflicto de los siglos</em>, p. 737.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 16. <em>El Camino a Cristo</em>, cap. 1.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 17. <em>Notas Biográficas de Elena G. de White,</em> p. 39.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 18. Entrevista de EGW con C. C. Crisler (21 de julio, 1914), EGWE.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 19. Ver Merlin D. Burt, “Caroline True Clough Family and Ellen White,” Ellen G. White Estate Branch Office, Loma Linda, California.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 20. <em>The Judgment</em> , p. 29.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 21. EGW a Lucinda Hall (16 de mayo, 1876), carta 66, 1876, EGWE.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 22. EGW a Brother Morrell ( 28 de diciembre, 1867), carta 20, 1867, EGWE.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 23. <em>Testimonios acerca de conducta sexual, adulterio y divorcio</em>, p. 32.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 24. EGW a Henri Frey (21 de julio, 1887), carta 49, 1887, EGWE.</span></p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 25. Idem.</span></p><div style="text-align: justify;"> <span style="font-size:85%;"> 26. <em>Testimonios acerca de conducta sexual, adulterio y divorcio</em>, p. 144-148</span><br /></div>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-58447983978906226562010-10-06T13:38:00.001-07:002010-10-06T13:42:15.756-07:00La hora de triunfo de Caleb<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXYSJFRXJ-8yI6mrd7tvoETQxhZSyD48X-do-ocY_SYpqV_mNpoff-URXEZrfmWpEynsJFccnsfWTcga69sPuTw6rOjB3ZfIytmiVqcJBOOTxahlSrQ61MFMe2DD0XLmvv206gX_z6JAg/s1600/caleb.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 250px; height: 296px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXYSJFRXJ-8yI6mrd7tvoETQxhZSyD48X-do-ocY_SYpqV_mNpoff-URXEZrfmWpEynsJFccnsfWTcga69sPuTw6rOjB3ZfIytmiVqcJBOOTxahlSrQ61MFMe2DD0XLmvv206gX_z6JAg/s1600/caleb.jpg" alt="" border="0" /></a><span style="font-style: italic;">Por: Roy Gane</span><br /><br /> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Nació esclavo. Y le pusieron un nombre que significaba “perro”.</p> <p style="text-align: left;" class="bodytext"> —¡Eh, tú! Muchacho, esclavo... ¿Cómo te llamas?</p> <p class="bodytext"> —Me llamo Caleb, señor.</p> <p class="bodytext"> —Bah, “perro”... Bien te queda.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Pero Dios había liberado a Caleb y a su pueblo. La mayoría de los israelitas nunca habían tenido una idea cabal de lo que significaba la libertad. Pensaban que era leche y miel, en lugar de un poco de carne con cebollas. Creían que el hombre de la vara mágica seguramente los dirigiría a la tierra prometida, confortablemente y sin pérdida de tiempo. Pero cuando observaron que los obstáculos se asomaban sobre el horizonte, que la comida y el agua se agotaban y que el hombre de la vara había desaparecido allá arriba en la montaña desde hacía varias semanas, su libertad embrionaria se convirtió en caos y sus florecientes gustos dieron paso al recuerdo de las carnes deshilachadas de Egipto. Codiciaron su esclavitud debido a que todavía eran esclavos de alma.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Caleb era diferente. El entendió que la libertad implicaba servir a un nuevo Patrón, uno divino. Los otros miraban alrededor y se quejaban ante Moisés, pero Caleb miraba hacia arriba, a esa radiante columna de nube, alabando al Dios que lo había hecho un hombre libre.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Tarde o temprano, la diferencia entre la actitud de Caleb y la de su pueblo iba a terminar en un fuerte choque de ambos. Y esto ocurrió en Kadesh-barnea, en el desierto de Parán, cuando volvió de observar la tierra de Canaán junto con otros once espías. Coincidieron unánimemente en afirmar que la tierra fluía leche y miel y para probarlo trajeron fruta deliciosa, incluyendo un racimo de uvas de dimensiones sencillamente espectaculares. </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Pero diez de los espías acentuaron los aspectos negativos. Los habitantes de la tierra eran muy fuertes, tenían ciudades bien fortificadas y eran gigantescos. Escuchar esa descripción era como para desmayar. Súbitamente, la tierra prometida se tornó muy poco prometedora. Perdiendo de vista su experiencia previa, impacientes, los israelitas murmuraron: “Porque Jehová nos aborrecía, nos ha sacado de tierra de Egipto, para entregarnos en mano del amorreo para destruirnos” (Deuteronomio 1:27). El perfecto temor echa fuera el amor, paradójicamente. (En claro contraste con 1 Juan 4:18.)</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Moisés trató de animar a la gente, pero la única respuesta que recibió fue un acrecentado clamor de quejas. Fue entonces cuando un hombre, dando un paso al frente, gritó: ¡Has!, lo que en hebreo quiere decir “¡Silencio!” Ese hombre era Caleb de Judá. No era un orador pulido y persuasivo, pero las palabras que pronunció a continuación pasaron a ser el lema y la declaración de misión de todo el que desea entrar en el descanso del Señor, a la tierra mejor que él ha prometido. Caleb los urgió: “Subamos luego, y poseámosla. Más podremos nosotros que ellos” (Números 13:30).</p> <p class="articleSection"> <span style="font-weight: bold;">¿Irreal?</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> “Más podremos nosotros que ellos”. ¡¿Irreal?! Caleb, a diferencia de la mayor parte del pueblo, sabía que las fortificaciones y los gigantes eran reales porque él mismo los había visto. El pueblo no tenía nada. Adolecía del personal, los recursos, la infraestructura y el presupuesto para superar esos obstáculos. Pero cuando Caleb dijo “<em>podremos</em>”, había incluido al Señor en ese “podremos”, porque Dios estaba con su pueblo.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Ahora bien, ¿por qué Josué, el otro espía disidente, no pronunció su discurso? Estaba de acuerdo con Caleb, pero había sido asistente de Moisés. Cualquiera sabía que tenía intereses creados. La gente que no había querido oír a Moisés no iba a querer escuchar a Josué. Pero Caleb no tenía esos antecedentes. Podía ponerse cómodamente del lado de los otros diez espías. Después de todo, ¿no eran la mayoría?</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Era la teocracia y no la mayoría la que regulaba el corazón de Caleb. La democracia es buena, pero ni siquiera el voto abrumador de la mayoría podría haber desplazado la tenaz determinación de Caleb de seguir la voluntad del Señor. Quizá por un fugaz, un luminoso momento, el valor de Caleb encendió una chispa de esperanza en el pueblo. Pero ésta fue rápidamente sofocada, cuando la mayoría audiblemente tomó control del escenario y comenzó a responder de modo peyorativo. Determinados a desanimar al pueblo, los otros espías no dudaron en desacreditar la misma tierra que habían ponderado momentos antes, diciendo que “devora a sus habitantes”. Exageraban, describiéndose a sí mismos como langostas en la presencia de los habitantes de Canaán. Hasta adujeron haber visto a Nefilim, descendiente de los renombrados gigantes que vivieron antes del diluvio. Irónicamente el pánico había transformado a Canaán en un Parque Jurásico poblado por <em>humano-saurios</em>...</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Toda esa noche los israelitas regaron con sus lágrimas el desierto de Parán y al amanecer se levantaron para rebelarse contra sus líderes, Moisés y Aarón. Josué y Caleb, rasgando su ropa, les rogaban pero no consiguieron nada con sus intentos, a no ser amenazas. “Entonces toda la multitud habló de apedrearlos” (Números 14:10).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Fue entonces cuando Dios proclamó para toda la generación adulta de Israel una sentencia a la medida del crimen. Porque rechazaron entrar a Canaán, iban a morir en el desierto sin llegar a la tierra prometida. A excepción de Caleb y Josué. Y el Señor destacó la lealtad de Caleb con una mención especial: “Empero mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y cumplió de ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su simiente la recibirá en heredad” (Números 14:24).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Al romper el alba de la siguiente mañana el pueblo se levantó, listo para partir: “Henos aquí para subir al lugar del cual ha hablado Jehová; porque hemos pecado” (versículo 40). Una confesión sin arrepentimiento. Habiéndose negado previamente a llegar donde Dios los guiaba, ahora querían ir donde él no los quería llevar. Contrariando la advertencia de Moisés, ellos “se obstinaron en subir a la cima del monte”(versículo 44). Así se sorprendieron a sí mismos deambulando por todo el sur de Palestina, retrasados por detrás, apresurados por delante, totalmente despistados.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> En nuestra casa, que hemos comenzado a llamar la Tierra del Canino, tenemos dos perros medianos. Cuando salimos a dar una caminata, no les resulta natural a Sombra y Príncipe mantener el paso. Ambos tiran todo lo que pueden sus respectivas correas para llegar a ser el perro puntero, pero se distraen fácilmente por un potencial bocado de caza a la vera del camino o por algún aroma delicioso para ellos, repelente para nosotros. Para ejercer algún control, Connie, mi esposa, decidió llevar a Sombra a tomar clases de obediencia. Y aún cuando él y Connie tienen serios desacuerdos de vez en cuando, pareciera que el canino está aprendiendo a mantenerse a nuestro lado en nuestras caminatas. Es algo que lleva su tiempo. También llevó tiempo para que los israelitas aprendieran a mantenerse cerca del Señor. El los entrenó conduciéndolos a través del desierto, lejos de las distracciones. </p> <p class="articleSection"> <span style="font-weight: bold;">Ahuyentando gigantes</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Cuarenta años no convirtieron a Caleb en más fuerte físicamente y tampoco disminuyeron su confianza en Dios. Cuando llegó finalmente el momento de tomar la tierra, Caleb, con sus 85 años a cuestas, reclamó el territorio que tenía el vecindario más intimidante: Hebrón, allí donde vivían los gigantes más descomunales. Sentando un ejemplo para los israelitas, y con el fin de probar que era verdad lo que había dicho en Kadesh-barnea, Caleb voluntariamente hizo suyo el desafío más grande y expulsó a esos gigantes fuera de la ciudad (Jueces 1:20). Porque seguía al Señor los gigantes eran su presa natural.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Así estableció su herencia Caleb. Pero luego volvemos a oír de él una vez más. Tenía una hija llamada Axa y quería que se casara con un hombre de veras. De modo que, como en los cuentos de hadas, publicitó una suerte de justa guerrera por la cual él le daría su hija al hombre que fuese capaz de culminar una acción heroica. En este caso, debía tomar la ciudad de Kiriat-sefer, que significa “ciudad del libro”. Otoniel ganó el premio y se casó con Axa, a quien Caleb le dio una parcela de tierra.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Ahora bien, Axa estaba muy agradecida por la tierra, pero para criar a su familia allí necesitaba agua para el regadío. Así que le insistió a Otoniel que consiguiera una tierra con fuentes de aguas. Pero Otoniel se sentía algo reticente para pedirle algo más a su poderoso suegro. Hasta podemos escuchar a Axa diciendo: “¡Oh! Vamos, Oto. Mi papá es un buen hombre. Tú le conquistaste una ciudad entera, ¿y ahora tienes temor de hablarle?” Axa terminó conversando por su cuenta con su padre sobre lo que necesitaba, y Caleb le respondió con generosidad otorgándole una tierra con dos vertientes (Josué 15:19; Jueces 1:15).</p> <p class="articleSection"> <span style="font-weight: bold;">La hora de triunfo de Caleb</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> ¿Cuál fue el mejor momento de la vida de Caleb? ¿Quizá aquel discurso suyo en Kadesh-barnea, cuando se plantó frente a todo el pueblo congregado? ¿O cuando decidió expulsar a los gigantes de Hebrón? Yo sugeriría otra posibilidad. El momento culminante de la vida de Caleb fue cuando se quedó 40 años junto a ese mismo pueblo, errando por el desierto. Ese fue un heroico tiempo de espera. Si alguien tenía derecho a quejarse, ése era Caleb. A causa de los errores ajenos fue privado de 40 años de su propia vida en la tierra prometida. La misma en la que podría haber disfrutado de leche y miel, sentado a la sombra de su parral o de su higuera. El no necesitaba esos años de entrenamiento adicional; estaba listo para cruzar el Jordán desde el primer momento. Pero en lugar de apresurarse por conquistar a Canaán por su cuenta, se quedó junto a su Señor y ese pueblo complicado.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Sabemos por la historia posterior de Otoniel, que Caleb no anduvo holgazaneando por el desierto. Contribuyó a educar a la siguiente generación para que actuara con su misma coherencia. Esto es, seguir al Señor de todo corazón, esperar grandes cosas y sentir la seguridad de que Dios proveerá lo necesario, tal como él mismo proveyó lo que le hacía falta a su hija. La siguiente generación entró a la tierra prometida, y en un momento de crisis que vivieron, fue Otoniel el juez que llevó a Israel a su liberación.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Muchos de nosotros estudiamos o trabajamos en ámbitos académicos, o en la “ciudad del libro”. Hubo guerras intelectuales en el pasado y las habrá mayores en el futuro. No obstante, hoy nos hallamos en la posición de Caleb durante esos 40 años. Estamos enseñando o aprendiendo cómo seguir al Señor de todo nuestro corazón, sin reparar en fortificaciones, gigantes y tribulaciones, con el propósito declarado de llegar donde “el Cordero. . . los pastoreará, y los guiará a fuentes vivas de aguas: y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos” (Apocalipsis 7:17).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> En el libro <em>Primeros escritos</em>, en un punto clave, inmediatamente antes de describir su primera visión, Elena White dejó escrito en la página 14: “He procurado traer un buen informe y algunos racimos de Canaán, por lo cual muchos quisieran apedrearme, como la congregación amenazó hacer con Caleb y Josué por su informe (Núm. 14:10). Pero os declaro, hermanos y hermanas en el Señor, que es una buena tierra, y bien podemos subir y tomar posesión de ella”.</p><p class="bodytext">____________________________________________________________________<br /></p> <p style="text-align: justify;" class="about"><span style="font-size:85%;"><em> Roy Gane (Ph.D., University of California, Berkeley) enseña hebreo bíblico y lenguas muertas del Medio Oriente en el Seminario Adventista de Teología, Universidad Andrews. Su dirección postal es: Andrews University; Berrien Springs, Michigan 49104; EE. UU. </em></span></p>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-6156002769206002962010-09-04T06:29:00.001-07:002010-09-04T07:07:43.255-07:00Las Hernias y el Espiritu<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgnpaElTV4d-36dx2riB_6VT1fSrmGPH0F8W0-xOgR2XDStI415Oyu2omfBrjsGRqUuSpIiLWyiK9lCsAIUsU-ZdCA97tUf5ttXvrJyZKwbFODqkrtdpRi1lNmstFIgGn1zECZIxfGJ5E/s1600/cirujanos.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 360px; height: 232px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgnpaElTV4d-36dx2riB_6VT1fSrmGPH0F8W0-xOgR2XDStI415Oyu2omfBrjsGRqUuSpIiLWyiK9lCsAIUsU-ZdCA97tUf5ttXvrJyZKwbFODqkrtdpRi1lNmstFIgGn1zECZIxfGJ5E/s1600/cirujanos.jpg" alt="" border="0" /></a>Por: Marvin Atchison<br /><br /><span style="font-style: italic;">Como cirujano, mi tarea es curar a las personas.</span><br /><span style="font-style: italic;">Aun así, después de dedicar la mayor parte de mi vida a los estudios y a la exigente servidumbre de la</span><span style="font-style: italic;"> residencia quirúrgica, estas manos supuestamente talentosas pueden lograr poco. No pueden sanar el espíritu ni el alma. De hecho, tampoco pueden sanar el cuerpo</span><br /><br /><span style="font-style: italic;">Lo que aprendí de la salvación en mi labor de cirujano</span><br /><br /><div style="text-align: justify;">Es verdad que puedo cortar y coser con destreza, pero la curación depende de que el cuerpo actúe, incorporando material protésico o produciendo una respuesta inmune después de la extirpación de un apéndice gangrenoso, una vesícula inflamada o un tumor canceroso. Estas intervenciones requieren lo que yo llamo gracia biológica, la asombrosa capacidad dada por Dios al cuerpo de regenerarse y recuperarse.<br /></div><br /><span style="font-size:130%;"><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">No hay justo, ni aun uno</span></span><br /><div style="text-align: justify;">El dicho: «Médico, cúrate a ti mismo» (véase Luc. 4:23) expone una falta fundamental que parece común a todos los médicos. Trabajamos para curar a otros mientras nosotros mismos estamos quebrantados. Esto afecta el cuerpo, ya que somos pobres mayordomos de nuestro propio templo y nuestra expectativa de vida es menor a la del paciente promedio.<br /><br />También puede revelarse en un espíritu de infelicidad, en emociones descontroladas y profundos fracasos en las relaciones humanas. Pero por cierto, por sobre todo se aplica al alma y a nuestra relación con Dios. Necesitamos un Sanador, y cuanto más nos alejamos, más quebrantados terminamos.<br /><br />En un esfuerzo por recuperar esa distancia perdida y redescubrir la realidad y bendición de nuestra esperanza de salvación en Cristo, he retornado a los tesoros de su Palabra y a la luz dada<br /></div>al pueblo adventista. En esta búsqueda, me ha impresionado la naturaleza quirúrgica de la obra del Espíritu Santo: «La santificación del alma por la operación del Espíritu Santo es la implantación de la vida de Cristo en la humanidad»1 Elena White usa aquí términos quirúrgicos.<br /><div style="text-align: justify;"><br />En efecto, los cirujanos llevan a cabo operaciones. Cualquier material ajeno incorporado al cuerpo se llama implante, ya sean mallas protésicas, prótesis metálicas, tejidos donados, etc. La cita me recuerda a las hernias que trato como cirujano, y me lleva a comparar la hernioplastia (cirugía de hernia) con la salvación. Al igual que el pecado, las hernias son comunes a todas las edades, sexos,<br /></div><div style="text-align: justify;">países y habitantes del mundo.<br /><br />Existen numerosos subtipos de hernias, aunque la mayoría se producen en los mismos lugares, en zonas de debilidad congénita o adquirida, como por ejemplo la ingle, el ombligo y las cicatrices quirúrgicas. A pesar de sus diferencias, todas poseen el mismo riesgo potencialmente fatal de transformarse en hernias irreductibles y estranguladas donde, respectivamente, el órgano queda atrapado en la hernia y el suministro de sangre al órgano se ve comprometido<br /></div><span style="font-weight: bold; font-style: italic;"><br /></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Justificados gratuitamente</span> <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">por su gracia</span><br /><div style="text-align: justify;">Los pacientes que sufren de esta grave afección tienen que ser tratados en dos etapas distintas y esenciales: la reducción y la reparación, que se asemejan a los componentes de justificación y santificación de la salvación. La supervivencia del órgano herniado depende de su urgente reducción y regreso a su ubicación anatómica adecuada.<br /><br />La reducción de una hernia es un arte, que se aprende con años de estudio y práctica. A menudo me llaman de emergencias para evaluar pacientes con hernias aparentemente irreductibles, que han resistido los intentos másproblema de fondo: el defecto físico que ha causado la afección. Si solo me limito a reducir la hernia, esta vuelve a formarse y puede estrangularse nuevamente.<br /><br />Por ello, es necesario tratar el problema de fondo. La hernioplastia actual suele requerir la implantación de una malla, que es una lámina tejida y porosa de polipropileno, poliéster o colágeno. Esta es suturada en el lugar, pero la verdadera fuerza del tratamiento se logra semanas después, cuando el cuerpo se incorpora en los intersticios de la malla. De manera similar opera la obra del Espíritu Santo, implantando no solo la malla sino la naturaleza de Cristo.<br /><br />No es esta con la operación puede solucionar el problema. Aunque hiciera ejercicios, estos no logrían sanidad. Se puede recurrir, en el mejor de los casos, a un braguero inguinal, una faja que meramente presiona el lugar de la hernia para reducir la incomodidad y hacer menos visible la protrusión. Pero se necesita al Gran Cirujano, el único que puede curar. <span style="font-weight: bold; font-style: italic;"></span><br /></div><span style="font-weight: bold; font-style: italic;"></span></div><span style="font-weight: bold; font-style: italic;"><br />Solamente por su gracia</span><br /><div style="text-align: justify;">Aunque las analogías eventualmente fallan, permítame concluir con un paso más, mirando más allá de nosotros a los hijos perdidos de Dios. En lugar de juzgar y condenar desde el<br /></div><div style="text-align: center; font-style: italic;"><br /><span style="font-size:180%;">Santo</span>. Todos moriremos espiritual y<br />eternamente a menos que seamos tocados<br />por un par de manos calificadas.<br /><br /><div style="text-align: left;"><div style="text-align: justify;">deliberados del personal de emergencias. ¿Por qué me llaman? Porque en esto, mis manos son más hábiles. Han pasado por el fuego de la residencia quirúrgica; han conquistado una legión de hernias, reduciéndolas y reparándolas definitivamente. De la misma manera, todos moriremos espiritual y eternamente a menos que seamos tocados por un par de manos calificadas. No son las mías, sino manos que fueron traspasadas. Solo el dueño de esas manos puede socorrer, salvar y justificar el alma humana. <span style="font-weight: bold;"></span><br /><span style="font-weight: bold;"></span></div><span style="font-weight: bold;"><br />La voluntad de Dios, que alcancemos la santificación</span><br /><div style="text-align: justify;">Si bien la reducción de la hernia resuelve urgentemente el problema restaurando la posición anatómica y permitiendo el flujo de sangre, nada hace para ocuparse del una prótesis inanimada sino un injerto viviente, parte misma del cuerpo. «Permaneced en mí, y yo en vosotros», dijo Jesús (Juan 15:4). Cuando la naturaleza de Cristo es implantada en mí, cuando mediante el proceso diario y a veces doloroso crezco en él y él en mí, entonces llego a ser parte suya, y él llega a ser parte mía. <span style="font-weight: bold;"></span><br /><span style="font-weight: bold;"></span></div><span style="font-weight: bold;"><br />No por obras, para que nadie se gloríe</span><br /><div style="text-align: justify;">Periódicamente, los pacientes me preguntan qué ejercicios hacer para mejorar. Piensan que el problema es la debilidad del músculo, y que esto puede curarse con entrenamiento. Pero la deficiencia no está en el músculo, sino en la membrana conjuntiva llamada fascia, que es lo que da fuerza a la pared abdominal.<br /><br />Una vez que esta se abre, el cuerpo no tiene otra solución quela intervención de un cirujano, que pedestal de los justos, acerquémonos a los pecadores como lo haríamos con nuestros amados que sufren una hernia. «Debemos enfrentar el pecado como enfrentamos las enfermedades, mostrando nuestra ternura y compasión con los enfermos».2 Entonces podremos ser emisarios de gracia en beneficio de los caídos, llevándolos hasta el Gran Cirujano.<br /></div><span style="font-size:78%;"><br /></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-size:78%;">1 Ellen G. White, Mensajes selectos, vol. 3, p. 225, cf. The Advent Review and Sabbath Herald, 4 de diciembre de 1894, y The Advent Review and Sabbath Herald, 9 de abril de 1895.</span><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size:78%;">2 William Law en A Serious Call to a Devout and Holy Life. (Londres, impreso por William Innys, 1729). Capítulo XX. Ver www.anglicanlibrary.org/law/serious/</span><br /></div><br />Marvin Atchison es médico y vive en el condado de Orange, California.<br /><br />Fuente: <a href="http://spanish.adventistworld.org/">Adventist World</a>. <a href="http://spanish.adventistworld.org/index.php?option=com_content&view=article&id=619"><span style="font-size:85%;">Agosto 2010</span></a><br /></div></div>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-11761568101586450762010-09-03T16:08:00.001-07:002010-09-03T16:41:30.224-07:00El síndrome de Agar<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHNM67QyWKSGLCoEhbwPdrpZ50gBwt0AgLc2cBAwkGrveuPaALgcZjOQDaGsT52zO8Ar_3FxwqkpWdqrFpiwIVp3NF6V4DTNad5SpxOhIO_6YC0m-dbT8ekTQxT2TljGgvlDbrKvIpDHY/s1600/index.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 224px; height: 155px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHNM67QyWKSGLCoEhbwPdrpZ50gBwt0AgLc2cBAwkGrveuPaALgcZjOQDaGsT52zO8Ar_3FxwqkpWdqrFpiwIVp3NF6V4DTNad5SpxOhIO_6YC0m-dbT8ekTQxT2TljGgvlDbrKvIpDHY/s1600/index.jpg" alt="" border="0" /></a>Por: Roberto Badenas.<br /><br /><span style="font-style: italic;">Reflexiones para solitarios eventuales y crónicos.</span><br /><br /><div style="text-align: justify;">¿<span style="font-size: 180%;">Q</span>uién es esta joven que se esconde junto al pozo? El texto la llama “Agar”, un extraño nombre cargado de misterio. Porque no es egipcio, como ella, ni hebreo como sus amos, sino árabe.<br /><br />Y su etimología incierta podría designar tanto un lugar solitario, una montaña (Gál. 4: 25), como un simple apodo: “la extranjera”, “la forastera”, o la “fugitiva”. ¿Qué hace Agar al borde del pozo sola y encinta, en pleno desierto? Llorar de miedo y de rabia.<br /><br />Agar es una pobre esclava egipcia evadida del clan de un rico beduino iraquí, perdida a la deriva en un mundo cruel. Agar ha cometido errores. Ha ofendido a su dueña faltándole al respeto en público. Pero ella también se ha sentido usada y abusada por sus dueños, el rico Abrahán y su esposa, esa hermosa dama a la que todos se dirigen sin nombrarla con el tratamiento de Sarai, “Mi princesa”… Abrahán no tendría que haber consentido que Sarai maltratase a su criada.<br /><br />Agar había sido contratada como madre de alquiler… La primera en la historia de la que sepamos el nombre. Pero ahora se arrepentía de ello y no estaba dispuesta a cumplir su contrato. Por eso huye, en medio de la noche, dolida por el resentimiento, espantada por el miedo y cegada por sus lágrimas.<br /><br />Agar huye por el camino de Shur rumbo a Egipto, su presunta patria. Pero no sabe dónde va ni qué va a ser de ella. Agar espera, como todos cuando algo va mal, poder contar al menos con el apoyo de los suyos. Necesita con urgencia un lugar donde acogerse, alguien que la escuche y la ayude a salir del atolladero en el que se ha metido. Pero Agar no tiene hogar. Está sola en el mundo. No tiene nada más que un bebé en gestación, demasiado pequeño para hacerle compañía, y una pena demasiado grande para llevarla sola.<br /><br /><span style="font-size:130%;"><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">El sueño</span></span><br />Las cosas, sin embargo, hubieran podido ser diferentes. Agar había soñado cambiar su triste suerte de esclava por la de princesa. Sí, princesa ella también, como su detestada ama. Su vida de<br />sirvienta en el clan de Abrahán no había sido tan dura desde el día en que fue ofrecida en Egipto como regalo a sus dueños (Gén. 12: 16). Qué había pasado en Egipto entre el Faraón y la bellísima Sara nadie lo tenía claro (cf. Gen. 12: 10-20). Ni siquiera Abrahán.<br /><br />En el campamento, circulaban rumores que Agar no llegaba a entender. Lo único seguro es que era esclava de Sara, y que su dueña no tenía otra obsesión que darle un hijo al patriarca. Y así fue como un día el ama le propuso hacerse madre de alquiler. Le había confesado: “Dios nos ha prometido una gran descendencia. Como la arena del mar. Como las estrellas del cielo. Pero yo ya soy mayor para ser madre. Tú nos gestarás nuestro hijo a cambio de lo que quieras, y ese niño será el heredero del clan y de las promesas divinas”. Y así fue como Agar se convirtió, en realidad, en madre de alquiler y, en apariencia, en la concubina del jefe.<br /><br />Cuando vino el esperado embarazo, Agar pasó, de la noche a la mañana, de la condición de esclava a la de futura madre del heredero del clan. Un sueño demasiado grande para una sirvienta como ella. Convertirse en la esposa del jefe era algo tan inimaginable que empezó a marearla. Quizá por eso los delirios de grandeza le hicieron envanecerse. Porque –pensaba la joven– el día en que la vieja Sara se muriera, ella, Agar, ocuparía el puesto de reina madre. Y el hijo que llevaba en su seno –y ella deseaba por encima de todo que fuera un varón– se convertiría, a su tiempo, en el jefe de la tribu. Pero ese hermoso sueño acabó en pesadilla.<br /><br /><span style="font-weight: bold; font-style: italic;font-size:130%;" >La pesadilla </span><br />Agar se equivoca en sus ilusiones de destronar a Sara del corazón de Abrahán. Ni su juventud, ni su belleza exótica, ni siquiera su fertilidad le bastan para seducir al jefe. Y la vieja princesa estéril está cada vez más celosa de su sirvienta encinta y soporta peor sus desprecios. La esclava se equivoca de táctica. Ofender públicamente a su dueña no hace más que precipitar los acontecimientos. Así que, en lugar de la gran promoción esperada, Agar cosecha maltratos y vejaciones.<br /><br />Por eso, antes de que llegue el despido, hace lo que hacemos también nosotros cuando nos sentimos mal con nosotros mismos o con nuestro entorno a causa de nuestros errores: huir. Agar huye llevándose con ella todo lo que tiene en el mundo: un fardo a las espaldas y un bebé en sus entrañas. Su hijo será para ella sola. Nadie la obligará a cumplir su contrato. La ruta hacia Shur, entre Cadesh y Bared, es un camino polvoriento y solitario a través del desierto. Pero la soledad es allí preferible para Agar que cualquier encuentro.<br /><br />Porque una esclava sin dueño, una mujer encinta sin marido, una muchacha sin familia en tierra extranjera, es alguien a disposición del primer desaprensivo que se lo proponga. Agotada por el cansancio, angustiada por el miedo, Agar no puede más y se detiene a beber un poco de agua en ese manantial sin nombre. Quisiera poder descansar, pero sabe que en cuanto amanezca será muy fácil descubrirla. Agar contempla su indecisa imagen en el fondo del pozo y se ve a sí misma en el fondo de un abismo.<br /><br />De pronto, una voz desconocida a sus espaldas la sobresalta: “Agar, sierva de Sara”. Alguien la ha reconocido. Agar no ve a nadie y se pone a temblar de pánico ante el visitante invisible que parece haberla seguido y que el texto identifica con “el ángel del Eterno”. Éste le dirige sin más preámbulos dos preguntas irritantes: “¿De dónde vienes y adónde vas?” (vers. 8). Preguntas que también nos molestan a nosotros cada vez que nos encontramos en una situación parecida. Es decir: “¿Qué has hecho?” y “¿Qué piensas hacer ahora?” Agar sabe muy bien de dónde viene.<br /><br />Pero, en rea - lidad, no sabe adónde va. Como intuye que no se puede engañar a los ángeles, la fugitiva responde a la primera pregunta con toda franqueza: “Me he fugado lejos de Sara, mi dueña… No podía más” (vers. 8). Inesperadamente, Agar se encuentra frente a alguien con quien puede compartir sus problemas. Después de una conversación de la que ignoramos casi todo, el ángel anima a la asustada joven a hacer precisamente las dos últimas cosas que quisiera hacer en ese momento: “Regresa a casa de tu dueña y sométete a ella”. Es decir, sé realista. Cumple tu contrato. Vuelve a donde perteneces y haz las paces. No te pierdas huyendo. Atrévete a resolver tus conflictos y no te autodestruyas.<br /><br />A renglón seguido, en un lenguaje bíblico al que Agar no está acostumbrada, el ángel le promete a ella, la esclava, lo mismo que le había prometido a su amo: «Multiplicaré tu descendencia, y ésta será tan numerosa que no la podrás contar. Tu bebé es un niño y lo vas a llamar Ismael, que significa “Dios escucha”, puesto que el Señor ha escuchado tu aflicción. Ismael será como un asno salvaje, obstinado y luchador. Se peleará contra todos y todos se volverán contra él. Y habitará en frente de todos sus hermanos» (vers. 10-12). Promesa increíble. La pesadilla de Agar tendrá, a pesar de todo, un final feliz. <span style="font-weight: bold; font-style: italic;font-size:130%;" ><br /><br />El despertar</span><br />Allí comienza para Agar una nueva etapa de su vida. Deslumbrada por la revelación del ángel, Agar descubre que el Dios de su dueño hebreo es también el de las esclavas egipcias. Y que este Dios que ha prometido a sus amos un porvenir increíble, también reserva para ella y su hijo un futuro insospechado. Si Abrahán será un día el gran patriarca de los hebreos, Agar será, a su vez, la gran matriarca de los ismaelitas.<br /><br />Porque ese Dios sorprendente que Agar empieza a descubrir, está por encima de religiones, fronteras y prejuicios humanos. Entonces Agar, sorprendida por la gracia divina, se inventa un nombre nuevo para ese Dios al que apenas conoce: “El Dios que me ve”, (Atta-El-Roi, vers. 13). Y con él le da nombre al pozo de Lachai- Roi, que está todavía entre Kades y Bared. En medio de su soledad, en medio de sus frustraciones, Dios sale al encuentro de Agar para ofrecerle el regalo de su gracia, aportándole lo que más necesitaba en ese momento: sentir que Alguien ve y acepta cuando otros ignoran y rechazan.<br /><br />El Dios que todo lo ve, cercano y salvador, la ha visto huir hacia su ruina y le ha salido al paso con un mensaje de esperanza. Y es así como Agar recupera de pronto la fuerza de seguir viviendo, la fuerza de hacer frente a las dificultades de su situación y de volver a empezar una vida que no es como ella había soñado. Con la diferencia de que ya no vuelve al clan como concubina de Abrahán, sino como sierva de Sara. No. Su familia no será como ella hubiese querido. Simple madre de alquiler, Agar vuelve resignada a cumplir su difícil contrato y darles a sus dueños el hijo que lleva en sus entrañas.<br /><br />Porque Agar sabe ahora que Dios tiene un plan para ella y que puede confiar en él. Pero lo que Agar no sabe todavía es que, finalmente, su hijo, entregado temporalmente a sus jefes, acabará quedándoselo ella. Ismael crecerá y se hará fuerte e independiente. Un día abandonarán ambos el clan de Abrahán, y Agar se convertirá en la madre del gran pueblo árabe. <span style="font-weight: bold; font-style: italic;font-size:130%;" ><br /><br />Un mensaje para Agar y compañía</span><br />Querido lector, ¿de dónde vienes tú y adónde vas? Nos pregunta el ángel a ti y a mí. ¿Huyes tú también de tus responsabilidades? ¿Has echado a perder tu situación, tu familia o alguno de tus sueños? ¿Te sientes tú también solo, incomprendido, decepcionado, maltratado, despreciado, ignorado, injustamente tratado? ¿Por tu culpa o por la de los demás, qué importa, tus proyectos de vida, tus sueños de futuro, se han desvanecido por la razón que sea y te encuentras de pronto en pleno desierto? Has perdido la esperanza de realizar tu vida tal como te hubiera gustado y ahora te has metido en un camino que no lleva a ninguna parte.<br /><br />¿Cómo piensas cruzar tu desierto? ¿Hacia qué porvenir incierto te diriges por ahí? Si en este momento estás huyendo de algo, quizá estés sufriendo tú también el “síndrome de Agar”. Detente entonces en “la fuente de Quien te ve”. Déjale poner su mirada sobre ti. Déjale extender el bálsamo de su gracia sobre tus heridas del alma. Déjate impregnar por el alivio de su presencia bienhechora y presta atención a la voz del ángel. Déjalo hablar y escucha lo que te diga. Desde pequeño, recuerdo haberme devanado los sesos intentando comprender cómo Dios puede verme y escucharme a la vez que ve y escucha a los demás millones de seres humanos. ¿Cómo puede Dios ocuparse de todos sus hijos a la vez? El libro de Philip Yancey y Paul Brand,<br /><br />A su imagen (Editorial Vida, 2006), me ayudaría con el tiempo a encontrar esta idea menos inverosímil. Estos autores comparan lo que ocurre entre Dios y nosotros con lo que ocurre entre las diferentes células de nuestro cuerpo y nuestro propio cerebro. Éste es capaz de realizar millones de operaciones por segundo, coordinando a la vez nuestros diferentes sentidos y todas las demás funciones vitales: reflexio nes cerebrales, funciones musculares, procesos digestivos e innumerables reacciones químicas de las que ignoro hasta el nombre.<br /><br />Según los expertos, parece que se necesitan miles de computaciones sólo para reconocer una melodía, un perfume o una imagen, en fracciones de segundo. Nuestros ojos son capaces de ver en un segundo cientos de imágenes, y procesarlas a una velocidad que desafía la imaginación de los evolucionistas, porque ningún evolucionista ha conseguido explicar todavía cómo el proyecto de un ojo capaz de ver y de un oído capaz de oír ha podido evolucionar de la materia inerte, poco a poco, al azar y por error, millones de años antes de convertirse en un ojo o en una oreja completa, capaz de servir para algo. He leído que apenas unos gramos de tejido cerebral pueden contener millones de conexiones y sinapsis. Como resultado de ello cada célula –y cada organismo humano tiene más células nerviosas que habitantes la tierra– puede comunicar con las otras y con el cerebro a una velocidad casi instantánea.<br /><br />Entonces, deduzco yo, si un cerebro tan medianito como el mío puede ver y escuchar tantas solicitaciones a la vez, ¿por qué el diseñador de ese sistema, que nos ha creado a su imagen, no va a poder vernos y escucharnos con la misma aparente facilidad con la que funciona su sistema a nivel humano? La respuesta es, obviamente, un misterio. Pero es un misterio en el que podemos confiar, como Agar. Un misterio al que podemos llamar como ella, “el misterio de Aquél que nos ve”.<br /><br />Si te ocurre sufrir alguna vez de lo que yo llamo “el síndrome de Agar”, si en tu soledad –eventual o crónica– te ves a ti mismo huyendo de tus compromisos o de tus problemas, desorientado, vagando a la deriva en pleno desierto espiritual; víctima, autor o cómplice de una ruptura sentimental, personal o familiar; si crees haber perdido toda esperanza de ser aceptado o comprendido, con tus aciertos y errores, o simplemente visto por la persona o personas que quisieras. Si ésta(s) te ignora(n), te descarta(n) de su vida, incluso definitivamente, permíteme que te recuerde que, como a Agar, el ángel del Eterno te ve, y tiene para ti un mensaje de esperanza. Como lo tuvo para Agar al borde del pozo en Shur.<br /><br />Como lo tuvo Jesús para la mujer samaritana junto al pozo de Sicar (Juan 4: 4-42). Quizá el Ángel te pregunte también “¿De dónde vienes y adónde vas?”, sabiendo de antemano las respuestas. Es como si quisiera darnos el derecho, que quizá se nos ha negado, de decir las cosas tal como nosotros las vemos y sentimos. Quizá sea porque sabe que nos hace bien decir nuestro dolor y contar nuestras penas a alguien que comprende y que, una vez libres de nuestra carga, podemos escuchar mejor lo que él tiene que decirnos.<br /><br />Entonces podemos saciar nuestra sed con el agua viva del manantial de Quien nos ve. Un Dios que nos busca cuando le huimos, que nos sigue amando cuando no somos amables, que nos acepta cuando somos inaceptables y que nos soporta aún cuando somos insoportables. Quien rescató a Agar de la muerte aquella noche oscura en el desierto, te sale al encuentro a ti en el tuyo. “El que te ve” te escucha, te comprende, conoce bien tu caso. Te acepta y te propone empezar de nuevo a construir –o reconstruir– con su ayuda un nuevo futuro para ti y los tuyos.<br /></div><br />Fuente: <a href="http://www.publicacionesadventistas.com/index.php?pagweb=ra_online.php">Publicaciones Adventistas.</a> <span style="font-size:85%;">Revista Adventista de <a href="http://www.publicacionesadventistas.com/htms/ra_online/pdfs/ra1001.pdf">Enero 2010</a></span>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-33296511480978712052010-08-28T08:06:00.000-07:002010-08-28T08:15:00.802-07:00Aprende a perdonar<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqj-0oqAVyaLkEBkeJX72yGYM5uFJn4IBXPWkon_xkCThYnZV1O_HgXvNmtCjwspMxaz5pi7OsrP4BkgP__bq49Ek4X-91rQf4TAax0lNIv0t7pptgTQ_WD7IJmcE-6OJISWk0D7FNBFY/s1600/forgiveness2.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 324px; height: 243px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqj-0oqAVyaLkEBkeJX72yGYM5uFJn4IBXPWkon_xkCThYnZV1O_HgXvNmtCjwspMxaz5pi7OsrP4BkgP__bq49Ek4X-91rQf4TAax0lNIv0t7pptgTQ_WD7IJmcE-6OJISWk0D7FNBFY/s1600/forgiveness2.jpg" alt="" border="0" /></a>Por: <em>Lourdes E. Morales-Gudmundsson<br /><br /></em><p style="text-align: justify;">La doctora Val Shean, una veterinaria cristiana que puso su clínica en Uganda, África, ha logrado abrir puertas para el evangelio por cuidar el ganado de la tribu de los Karamajong. Pero no solo para el evangelio, sino para la reconciliación entre facciones dentro de esta tribu que ha tenido un largo historial de conflictos.</p> <p style="text-align: justify;">Poco después de poner su clínica, un miembro del personal desfalcó miles de dólares de la cuenta de la clínica. Este hombre supuso que sería despedido, pero tal no fue el caso. La Dra. Shean pensó así: “Vine a África para compartir el amor de Cristo, no para proteger una cuenta bancaria.” Así fue cómo la médica enfrentó a este hombre, que confesó la malversación de fondos. ¿La respuesta de ella? “Te perdono. Ahora bien, vamos a hacer un plan para que devuelvas el dinero en pagos mensuales y… ¡volvamos ya a trabajar!” El perdón de esta cristiana impactó tanto a este señor, que le abrió el corazón al evangelio y se entregó a Cristo. Diez años después, este señor sigue siendo uno de los miembros más fieles del equipo de la doctora Shean.*</p> <p style="text-align: justify;">No hay duda alguna de que el perdón tiene un poder transformador para la vida humana. La filósofa Hannah Arendt señala que si no fuera por el perdón, los seres humanos seríamos condenados a cargar la acumulación de ofensas de toda una vida… ¡hasta la tumba! Mirado exclusivamente desde una perspectiva humana, la filósofa tiene toda la razón. ¡Qué destino más espantoso!</p> <p style="text-align: justify;">Por eso los cristianos tenemos un privilegio tan inmenso al contar con el perdón de Dios. Por la fe nos asimos de ese perdón para ir dejando atrás las cargas emocionales del pasado, y para entrar con la frente en alto en una dimensión que nos permite perdonar a los demás.</p> <p style="text-align: justify;">Debbie Cuevas Morris fue víctima de una violación por el hombre que se hizo famoso a causa de la película <em>Dead Man Walking</em> [El muerto que camina]. Por la gracia de Dios, ella no murió a manos de este criminal, como murieron otras víctimas; pero la vida de Debbie se convirtió de ahí en más en una tortura de miedos y rabia: Miedo porque el hombre saliera de la cárcel y la matara, tal como él se la había asegurado, y rabia por sentirse inútil y marginada frente a la atención que la monja Helen Prejean y la prensa le prestaban al violador y no a ella, la víctima.</p> <p style="text-align: justify;">Un día le llegó la noticia de que su agresor había recibido la pena de muerte. Pero ni esto la tranquilizó. Un día, sentada en la iglesia, se dio cuenta de que lo que le faltaba para poder desligarse de una vez por todas de la carga de dolor que la embargaba era perdonar a Robert Willie, su agresor. Allí mismo hizo la decisión de entregar a este hombre en las manos de Dios, y como resultado sintió que se le había quitado de encima una carga abrumadora. Con esa decisión, empezó su nueva vida de fe y confianza en el Señor y en los demás.</p> <p style="text-align: justify;"><b><em>¿Qué ocurre en nuestras mentes cuando alguien comete una ofensa grave contra nuestra persona?</em></b><br /></p><p style="text-align: justify;">Por ejemplo, cuando somos víctimas de una traición, empezamos a dudar de que el mundo sea un lugar seguro o benevolente. Más aún, empezamos a dudar de nuestro propio valor como seres humanos, y nos preguntamos: “¿Será cierto que yo no valgo nada y que merezco lo que me hicieron?” Y si hemos sido los agresores, con más razón dudamos de nuestro propio valor intrínseco. Estas dudas nos hunden en un sumidero de incertidumbres, en el cual el enemigo de nuestras almas quiere que nos quedemos atascados, paralizados. Pero Jesús nos invita a mirar más arriba, para verlo colgado en una cruz, rogando por el perdón de los que lo crucificaban. Esa invitación es para que recapacitemos y veamos que Alguien ya pagó la deuda de nuestro pecado y del pecado ajeno. Solo queda que tú ejerzas la fe en el perdón divino y pongas en práctica ese mismo perdón para con los que te hayan ofendido. ¿Por qué? Porque <em>somos los perdonados.</em></p> <p style="text-align: justify;">El modelo divino del Dios amoroso y perdonador en el centro de nuestra fe te servirá frente cualquier ofensa. Para poner ese modelo en marcha, debes entender que la muerte de Jesús le abrió la puerta de la gracia y el perdón a toda la humanidad. Esa muerte fue valedera para la salvación de “todo aquel que en él cree” (S. Juan 3:16). Pero no todos creerán ni aceptarán la muerte expiatoria de Cristo. Asimismo, tú podrás perdonar a tu ofensor, pero no siempre podrás reconciliarte con él.</p> <p style="text-align: justify;"><b><em>¿Cuál es la diferencia entre el perdón y la reconciliación?</em></b><br /></p><p style="text-align: justify;">El perdón es como una calle de un sentido. Sale de la persona ofendida y se dirige hacia su ofensor. Cuando llega al ofensor, éste puede o no aceptar el regalo que su víctima le extiende generosamente. Si lo acepta, habrá un arrepentimiento acompañado por una disculpa sincera. Esta disculpa le abrirá paso a la reconciliación. Si el ofensor no acepta el regalo, entonces cerró la puerta de la reconciliación. Por lo tanto, la reconciliación debe entenderse como una avenida de dos sentidos: Por una vía pasa el perdón inmerecido de parte de la persona ofendida hacia su ofensor y, en sentido contrario, la confesión y el arrepentimiento del ofensor hacia la víctima.</p> <p style="text-align: justify;"><b><em>¿Se puede perdonar al ofensor que no se arrepiente?</em></b><br /></p><p style="text-align: justify;"> Sí, puesto que perdonar beneficia, más que a nadie, a la persona ofendida. David Pelzer fue abusado cruelmente por su madre cuando era niño; el peor caso de abuso de un niño en la historia de California hasta esa fecha. La madre tenía otros hijos pero, por alguna razón, dirigió todo su odio hacia David. Tanto sus hermanos como su propio padre guardaban un silencio cómplice para no despertar la furia de esta mujer. En su libro <em>A Boy Called “It” </em>[Un niño llamado “Cosa”], Pelzer cuenta cómo la inquina de su madre era tal que no era capaz de llamarlo por su nombre. Por fin, una maestra se fijó en los moretones que el niño tenía en la cara y en los brazos, y se ocupó de informar el caso a las autoridades.</p> <p style="text-align: justify;">Gracias a la intervención de personas caritativas y de agencias del Estado, David se educó y ha dedicado su vida a prevenir el abuso de los niños. En un segundo libro, <em>A Man Named David</em> [Un hombre llamado David], relata cómo ha logrado perdonar a su madre y cuántas veces ha intentado, sin éxito, reconciliarse con ella. Aunque ella lo sigue despreciando, Pelzer insiste en que no dejará de perdonarla, y añora el día cuando ella reconozca el error de su comportamiento para con él. Pero si ese día nunca llega, él queda conforme consigo mismo porque la pudo perdonar.</p> <p style="text-align: justify;"><b><em>¿Qué quiere decir perdonar, si no es reconciliarse?</em></b><br /></p><p style="text-align: justify;">Perdonar quiere decir que se intensifica en ti el deseo de abandonar los sentimientos justificados de encono contra una persona que te ha hecho un daño. Este deseo puede nacer de una convicción religiosa, de un deseo de reentablar una relación con la persona ofensora, o ¡simplemente de sentirte hastiado de cargar a esa persona en tu alma! O sea, cuando el negativismo de cargar resentimientos empieza a enfermarte, esto también puede ser un motivo para perdonar. El asunto es que hay algo que Dios ha puesto en cada uno de nosotros que pide perdonar y ser perdonados. Es la única forma de volver a una vida equilibrada y saludable, enraizada en un presente esperanzado, y no en un pasado oscuro y sin esperanzas de cambiar. De hecho, no hay nada que pueda cambiar el pasado; ni perdonar ni dejar de perdonar. Sin embargo, el perdón nos alivia.</p> <p style="text-align: justify;">Al perdonar, no aprobamos el mal que se nos hizo sino que nos libramos de la carga de malestar que nos dejó aquella ofensa. Es un favor que la víctima se hace a sí misma; y si el ofensor acepta el perdón, también se favorece. Al perdonar, no aspiramos cambiar nada más que el presente y nuestras actitudes hacia los demás. Lo ha dicho todo el poeta José Martí:</p> <p align="center">Cultivo una rosa blanca<br />en junio como en enero<br />para el amigo sincero<br />que me da su mano franca.<br />Y para el cruel que me arranca<br />el corazón con que vivo,<br />cardo ni ortiga cultivo;<br />cultivo la rosa blanca.</p> <p style="text-align: justify;">El perdón puede ir más allá de una decisión, para convertirse en un estilo de vida, una manera de responder a las injurias con un espíritu noble y paciente. Esto no quiere decir que el perdón impida que se busque la justicia. De ser necesario, se pueden utilizar los medios disponibles por las leyes de un país para conseguir un fallo que ayude a equilibrar la balanza de la justicia. Pero solo el perdón te dará la tranquilidad de espíritu para recoger el hilo de tu vida y recobrar el gozo y la paz, y tal vez inclusive la salud.</p> <p style="text-align: justify;" class="footnote"><span style="font-size:85%;">* Ken Sande, “Embezzlement, Murder, and Forgiveness” <em>Reconciled: Online Version</em> (A Communication of Peacemaker Ministries), abril, 2010.</span></p> <hr /><div style="text-align: justify;"> <span style="font-size:85%;">La doctora Lourdes Morales Gudmundsson es profesora de Lengua y Literatura Española en la Universidad de La Sierra, en Riverside, California. Es autora de varios libros, incluyendo el conocido libro “<em>Te perdono, pero</em>”. Consiga información en www.libreriaadventista.com<br /><br />Fuente: Revista <a href="http://www.elcentinela.com/?p=article&a=40072032400.645"><span style="color: rgb(204, 0, 0);">El Centinela</span></a>, Agosto 2010<br /></span></div>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-32052058221328512832010-07-31T13:41:00.000-07:002010-07-31T14:00:13.770-07:00Cuando la fe y la razón están en tensión<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcpUfRKnHXhlHvwsNNoGpkznPcesdevitw81goaAcO0WxeIibwitlUDXuuxHtVJFejPRXHYFanJaQK9b5Jm4A7XxwJHF15OcLjUMjJ_P3bGtVdAWmmZkIKWiHzC1tCTF0xjmGsjrw9ntg/s1600/suferazon.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 250px; height: 296px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcpUfRKnHXhlHvwsNNoGpkznPcesdevitw81goaAcO0WxeIibwitlUDXuuxHtVJFejPRXHYFanJaQK9b5Jm4A7XxwJHF15OcLjUMjJ_P3bGtVdAWmmZkIKWiHzC1tCTF0xjmGsjrw9ntg/s1600/suferazon.jpg" alt="" border="0" /></a>Por: L. James Gibson<br /><br /><div style="text-align: justify;">La experiencia y la revelación son medios por los que los cristianos obtienen conocimiento. La experiencia conduce al conocimiento a través de la razón, en un proceso de descubrimiento. Tendemos a aceptar la razón como verdadera cuando podemos confirmarla con experiencias adicionales. La revelación, por otra parte, puede proporcionarnos conocimientos más allá de nuestra capacidad de descubrir, relacionados a asuntos fuera del alcance de nuestra experiencia. No siempre podemos probar revelaciones por la experiencia. En lugar de ello, nuestra evaluación de la revelación depende de nuestra evaluación respecto a la confiabilidad de la fuente de la revelación. Este análisis requiere el uso de la razón, probando que ésta es indispensable incluso para recibir la revelación. La aceptación de la revelación como verdad se basa en la confianza en el Revelador: una condición llamada fe. El cristiano considera a ambas, como regalos de Dios. </div><p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Siendo que tanto la razón<span class="superscript">1</span> como la revelación provienen de Dios, deberían estar en armonía completa; sin embargo parecen estar en conflicto cuando procuramos comprender el mundo que nos rodea. Este artículo discute algunos factores que contribuyen al conflicto entre ciencia y fe y sugiere formas en que los cristianos pueden manejar el conflicto.</p> <p style="font-weight: bold; font-style: italic;" class="articleSection"> ¿Por qué a veces fe y ciencia se enfrentan? </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Existen al menos dos factores que contribuyen a un potencial choque entre ambas. Primero, falta de información. Si conociésemos todo sobre la revelación y la razón, podríamos saber donde está la verdad. Pero no sabemos todo y por lo tanto, el conflicto es posible. Además, parte de lo que consideramos conocimiento, es falso. Los cristianos sinceros con frecuencia discrepan sobre un mismo punto de la revelación; no se debe a diferencias en la revelación, sino a diferencias en interpretación. Asimismo, los científicos discrepan respecto a cómo interpretar datos, y la historia de revoluciones científicas nos recuerda que el consenso no es ninguna protección en cuanto a futuras reinterpretaciones.<span class="superscript">2</span> </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> En segundo lugar está el orgullo humano. Éste puede manifestarse de diversas maneras: orgullo sobre la opinión es una de ellas. Una vez que tenemos una postura es difícil admitir que nos equivocamos y cambiar nuestra opinión, especialmente si el proceso es público. Tanto los científicos como los estudiosos de la Biblia pueden sentir que es difícil retractarse de creencias que han expresado. El orgullo de nuestra autosuficiencia también puede dificultar la aceptación de la revelación. Preferimos aprender algo por esfuerzo propio, a que alguien nos dé la respuesta esperando que la aceptemos. Esto es especialmente difícil si la relación entre el que brinda la revelación y el receptor no es estrecha. Otro problema del orgullo es que la revelación bíblica a menudo es desagradable. La Biblia revela que los seres humanos son fáciles de engañar, están propensos al error y son incapaces de discernir la verdad acerca de Dios. Incluso los seres humanos pueden a veces ser suficientemente perversos como para rechazar deliberadamente la revelación, incluso aunque vaya contra la razón (Romanos 1:18-25).</p> <p style="text-align: center;" class="articleSection"> <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Respuestas para el conflicto entre fe y ciencia</span></p> <p style="font-style: italic; text-align: center;" class="bodytext"> Se han propuesto varias respuestas para manejar el aparente conflicto entre fe y ciencia.<span class="superscript">3</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Negación del conflicto. Algunos eruditos procuran negar cualquier conflicto. Lo que parece ser un conflicto puede en realidad ser verdad en un cierto sentido que todavía no entendemos (“complementariedad”). Ambas pueden ser entendidas como entidades que se ocupan de distintas esferas (“disociación”) y el conflicto puede ser el resultado de aplicar mal una u otra fuente del conocimiento a preguntas fuera de su esfera legítima. Una forma de esta discusión es la postura “Magisteria sin traslapo”<span class="superscript">4</span> impulsada por el ya fallecido Stephen Gould. Según él, la ciencia se ocupa del mundo material mientras que la Escritura se ocupa de conceptos abstractos, tales como Dios, valores, moral, etc. Si esta postura fuese cierta, no deberíamos estar analizando este asunto. Tales puntos de vista son claramente incorrectos. Tanto la ciencia como la Escritura se ocupan claramente de asuntos en común. Quizás el más importante es el origen y naturaleza de los seres humanos.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Admitir el conflicto pero negar la resolución. Otra posibilidad es reconocer el conflicto pero considerarlo insuperable. Se puede mantener el aislamiento entre ciencia y fe sin permitir que interactúen (“compartimentalización”), o admitir el conflicto, pero adoptar la postura que es imposible saber cuál es la verdad (“agnosticismo”). Algunos, como alternativa, prefieren aceptar una fuente y rechazar la otra (“truncamiento”). Muchos cristianos simplemente rechazan la ciencia bajo la premisa que es trabajo del Diablo, mientras que muchos secularistas rechazan la Biblia como una obra de ficción. Tales posturas pueden ser utilizadas para evadir el duro trabajo de ocuparse de estos asuntos, pero a la vez, impiden cualquier acercamiento y dejan al individuo en un limbo intelectual. </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Integración priorizada. Esta postura intenta integrar fe y ciencia en una cosmovisión globalizada; es una tarea ardua, pero a fin de cuentas es la opción más satisfactoria. Requiere que uno identifique puntos de conflicto, evalúe la evidencia pertinente tanto de la ciencia como de la Biblia y estime la probabilidad de cada propuesta. Por ejemplo, al evaluar las posturas enfrentadas respecto al origen de los seres humanos, uno puede considerar si es más plausible que hayan sido creados directamente por intervención divina o por medio de procesos que se pueden observar en la naturaleza.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La integración priorizada es compatible con la razón y con la revelación. La razón se utiliza para examinar las evidencias científicas así como también las bíblicas y para evaluar el grado de verdad de cada postura. Es consistente con la revelación porque los escritores bíblicos se refieren en forma positiva, aunque a veces con precaución, a ambas fuentes de conocimiento. Muchos de ellos apoyan la razón, la sabiduría o conceptos similares (Hechos 18:4; Isaías 1:18; 1 Pedro 3:15; Proverbios 3:13-15; 1 Juan 4:1). En la Biblia también se habla en forma positiva de la revelación (Juan 17:17; 1 Pedro 1:25; Deuteronomio 29:29; Amós 3:7). </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Los autores bíblicos afirman que la razón y la revelación son fuentes de conocimiento acerca del mundo, pero no les atribuyen igual confiabilidad a ambas fuentes. La Palabra de Dios se presenta como absolutamente verdadera y vinculante. La razón humana es engañosa y ocasionalmente debe ser corregida por revelación divina (1 Corintios 1:19, 20; Romanos 1:21, 22; Eclesiastés 8:17; Isaías 40:25, 26). Aunque los cristianos tienen mucho respeto por la razón y la revelación, en caso de conflicto le dan prioridad a la revelación. Algunos cristianos sostienen que puesto que la revelación es más confiable, se puede hacer caso omiso de la razón en áreas de conflicto. Desafortunadamente, la situación no es tan simple e incluso la Biblia puede ser utilizada incorrectamente (2 Pedro 3:16; Mateos 4:5, 6; Juan 5:39, 40). Los seres humanos también pueden malinterpretar la revelación divina; así que es preciso ser cauteloso. La razón debe ser usada para evaluarse correctamente a sí misma, y ésta puede ser una fuente de dificultad al intentar resolver aparentes conflictos entre la revelación y la razón.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Puede ser que en ciertos casos haya que suspender un fallo, y en todos los casos debemos reconocer la falibilidad de nuestros propios juicios y opiniones. Sin embargo, esto no significa que debemos refugiarnos en el agnosticismo. Podemos utilizar nuestra razón para tomar la decisión de ejercitar la fe, mientras reconocemos que la fe es una opción que no está basada en la demostración de nuestra creencia. </p> <p style="text-align: center;" class="articleSection"> <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Cuatro puntos de conflicto acerca de los orígenes</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Las posturas sobre los orígenes se diferencian en un sinfín de detalles, pero la mayor parte de éstos surgen de algunos puntos centrales que incluyen los siguientes pares de asuntos contrastantes.</p> <p class="bodytext"><strong> 1. Dios y naturaleza.</strong></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> 1.A. Creación: Dios actúa en la naturaleza. Su accionar incluye actividades regulares de mantenimiento, consideradas como leyes naturales y también hechos específicos que consideramos singulares o milagrosos.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> 1.B. Evolución: Todos los acontecimientos en la naturaleza ocurren de acuerdo a leyes naturales. Aunque Dios existiera, podría ser o no ser, que haya originado el universo con el Big Bang; pero en cualquier caso, no interviene en acontecimientos naturales ni lo ha hecho en el pasado.</p> <p class="bodytext"><strong> 2. Dios y los seres humanos.</strong></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> 2.A. Creación: Dios creó una gran diversidad de vida desde el principio. Los seres humanos son resultado de una creación especial, dotados con cualidades según la imagen de Dios.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> 2.B. Evolución: La vida surgió como resultado de leyes naturales y se ha desarrollado a partir de un ancestro común hasta llegar a la gran diversidad actual. Los seres humanos fueron parte de ese proceso y son básicamente animales con cerebros altamente desarrollados. </p> <p class="bodytext"><strong> 3. Dios y el tiempo.</strong></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> 3.A. Creación: La creación no requirió períodos de tiempo prolongados. El universo fue creado ex nihilo, por la palabra de Dios. Las condiciones necesarias para la vida en nuestro planeta y la vida en sí misma, fueron creadas en un corto período semanal. La creación del mundo ocurrió en algún momento pasado que puede medirse en miles de años, aunque otros mundos pudieron haber sido creados con anterioridad.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> 3.B. Evolución: La producción de organismos vivos y sus medioambientes ocurrió a través de procesos naturales y graduales que requieren períodos de tiempo que se miden en centenares a miles de millones de años. Nuestro planeta es apto para la vida porque por casualidad tenía las características necesarias para su desarrollo.</p> <p class="bodytext"><strong> 4. Dios y el mal natural.</strong></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> 4.A. Creación: El mal natural no existía en la creación original. A Adán y Eva, se les dio la responsabilidad de cuidar el planeta y sus organismos vivos. Por la caída en el pecado, Satanás se apoderó del planeta provocando la existencia del mal natural, muerte, enfermedad, destrucción, etc. A través de Jesucristo, el dominio será restaurado a los seres humanos.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> 4.B. Evolución: El mal natural es el resultado lamentable del funcionamiento de las leyes naturales. No hay Diablo, ni Adán, ni caída ni ninguna restauración futura. </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La mayor parte de los detalles de interpretación que distinguen la creación de la evolución están ligados a estos cuatro pares de alegatos discrepantes. La primera postura, que plantea la relación de Dios y la naturaleza, constituye la base para los otros dilemas. La manera en que cada uno responde a estas cuestiones va a influir sobre el modelo de los orígenes que se favorece. A continuación se detallan algunos ejemplos.</p> <p class="articleSection"> <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Tentativas de reconciliar ideas sobre los orígenes</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Se han realizado numerosos esfuerzos para combinar ideas de la ciencia y la fe en Dios. A continuación se considerarán sólo las más populares. Una discusión más extensa está disponible en otras fuentes.<span class="superscript">5</span> </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La evolución teísta acepta las conclusiones científicas basadas en la filosofía naturalista, pero intenta incluir cierta influencia divina para justificar la idea que la creación de los seres humanos fue intencional y no accidental. Es un modelo muy popular, probablemente porque parece estar basado en la ciencia pero no excluye a Dios. Sin embargo, hay una inconsistencia lógica al intentar construir una visión de la actividad divina sobre la base filosófica del naturalismo que niega la acción de Dios en la naturaleza. La parte teísta de la evolución teísta contradice la base filosófica de la postura científica actual que separa a Dios de la naturaleza. La parte evolutiva contradice la posición bíblica de una creación especial. Teológicamente, la evolución teísta parece ser la peor propuesta disponible. El dios de la evolución termina siendo peor que la ausencia de un dios. Científicamente, los modelos evolutivos son refutados por la evidencia que sugiere la falta de procesos naturales para generar nuevas formas morfológicas o la información que regula su desarrollo. En última instancia, la evolución teísta no logra reconciliar la ciencia y la Biblia porque somete la Biblia a deducciones científicas basadas en naturalismo filosófico, y también porque no proporciona explicaciones satisfactorias sobre fenómenos de la naturaleza, tales como el origen de la vida, nuevas formas moleculares, etc.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La creación progresiva sugiere que Dios creó diversas clases de organismos, destacándose los seres humanos, pero lo hizo durante mucho tiempo. Entre las creaciones sucesivas existieron largos períodos durante los cuales ocurrieron procesos ordinarios de selección natural que originaron diversificación y evolución en pequeña escala. Este modelo deja abierta la posibilidad de que los seres humanos pudieron haber sido creados en una creación especial reciente, quizás la creación descrita en Génesis. Científicamente, este modelo tiene la particularidad objetable de plantear una creación especial siempre que fuese conveniente, como si Dios interviniese para llenar huecos. Además, la secuencia de los supuestos acontecimientos de la creación en el registro fósil difiere de la secuencia del Génesis. Teológicamente, el modelo no puede explicar la causa de la muerte, puesto que implica que ya estaba presente mucho antes que existiera cualquier ser humano. Asimismo, invalida la idea de una caída en pecado, puesto que el registro fósil no indica ningún cambio en la naturaleza luego de la aparición de los fósiles humanos. Esto elimina la base lógica para la historia de la salvación. Aunque la creación progresiva es mejor que la evolución teísta, no logra reconciliar la ciencia y la Biblia porque viola normas del pensamiento científico al introducir a Dios, siempre que un “hueco” lo requiere, y destruye la lógica sobre la que se basa el tema central de la salvación bíblica.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La creación en dos etapas de Génesis<span class="superscript">6</span> es una teoría basada en Génesis 1:1 que hace referencia a una creación original del universo que dejó la tierra en condiciones inhabitables. Esto puede haber durado algunos momentos o un largo período de tiempo. Mientras la tierra estaba en esta condición oscura, húmeda, inadecuada para la vida, Dios, en una semana, creó una variedad de habitats y los pobló con organismos vivos. Al comienzo de la creación todo era inmaculado, pero el pecado de Adán acarreó el dominio de Satanás sobre la tierra, lo cual introdujo enfermedad y muerte. A su debido momento Dios volverá a crear y restaurar un mundo sin fallas, pero siempre respetando la libertad de elección humana. Teológicamente, esta teoría es por lejos superior a cualquier otra propuesta anterior. Científicamente, plantea algunas preguntas que merecen ser discutidas.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> El registro de la creación de Génesis introduce una pregunta en relación a los acontecimientos del primer y cuarto día de la creación. La tierra se ilumina el primer día, pero el sol no se menciona hasta el cuarto día. ¿Cómo se produjeron los primeros tres días y noches? Se han propuesto tres soluciones: (1) La luz de los primeros tres días pudo haber sido producida por algo distinto al sol. La presencia de Dios pudo haber sido la fuente de la luz. O quizás una supernova iluminó la tierra en aquel momento. Entonces el sol podría haber sido creado en el cuarto día. (2) El sol ya existía en el primer día, pero no era visible como objeto distinto, quizás debido a una cubierta de nubes que tornaba la luz difusa. En el cuarto día la cubierta de nubes se disipó y el sol se pudo ver. (3) El sol estaba presente y visible a partir del primer día, pero en el cuarto fue designado para “gobernar” el día y señalizar las estaciones. Nuestra inseguridad en relación a cuál es la posibilidad correcta no significa que la pregunta no tenga solución; simplemente significa que no la conocemos.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> El modelo de la creación en dos etapas también tiene algunos problemas a nivel científico. Los más conocidos son la determinación de la antigüedad por medio de radioisótopos y la secuencia fósil. Ciertas rocas contienen productos de decaimiento radiactivo que requerirían cientos de millones de años para acumularse a través de procesos naturales. El modelo de creación en dos etapas contempla la posibilidad que algunas rocas puedan ser muy antiguas, pero no explica por qué debería haber una progresión de fechas de lo más antiguo a lo más reciente. La existencia de un registro fósil se clarifica fácilmente en el modelo de creación en dos etapas como resultado de una catástrofe global conocida como Diluvio. Sin embargo, el modelo no explica por qué los fósiles aparecen en una secuencia ordenada de modo que organismos de clases similares se encuentran en estratos geológicos sucesivos y generalmente esto se puede observar en áreas muy amplias del mundo. ¿Cómo es posible que una catástrofe global crease una secuencia fósil ordenada en lugar de un desorden caótico? Quizás el mundo pre-diluviano estaba muy ordenado y la catástrofe mundial ocurrió muy ordenadamente siguiendo una secuencia de etapas. Aunque esta explicación es aceptable dentro del modelo bíblico de creación en dos etapas, es una adición ad hoc al modelo.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Aunque el modelo bíblico de creación en dos etapas no proporciona una explicación para todas nuestras preguntas, parece ser el mejor modelo disponible. Otorga el reconocimiento apropiado al registro bíblico a la vez que acepta tantos argumentos científicos como es posible para ser coherente con las enseñanzas de las escrituras. Una ventaja de esta teoría en comparación con las otras, es que propone la existencia de un Creador omnisapiente y omnipotente que tiene el poder y capacidad de realizar cualquier fenómeno en la naturaleza. Sin embargo, el hecho de que restan preguntas para las cuales el modelo no proporciona ninguna respuesta indica que tenemos más para aprender en esta área.</p><p class="bodytext"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoX8Mq5ZtEjOJuWe7Lzd0Umnw5u1z0LOH2y0ET3-oaNjOcZy82YefZ1PxVn6Ng7se0luRyyHjkiwlFlLOG-xzOku9Vsd0UguwC-qzFyZuVRRdoHNai1yiC06VJmTuBSpUm5tpikzEWVNPV/s1600/19_2_gibson_s_g1.gif"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 192px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoX8Mq5ZtEjOJuWe7Lzd0Umnw5u1z0LOH2y0ET3-oaNjOcZy82YefZ1PxVn6Ng7se0luRyyHjkiwlFlLOG-xzOku9Vsd0UguwC-qzFyZuVRRdoHNai1yiC06VJmTuBSpUm5tpikzEWVNPV/s320/19_2_gibson_s_g1.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5500174527549224914" border="0" /></a></p><p style="font-weight: bold; font-style: italic;" class="bodytext">Fe y razón: viviendo con la tensión </p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Habiendo comprendido la tensión existente entre fe y razón, resta preguntarnos ¿cuál es la respuesta apropiada para nosotros mismos y qué podemos hacer por aquellos que nos pidan ayuda para entender estos temas?<span class="superscript">7</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Primero, podemos contribuir explicando la naturaleza y limitaciones de la ciencia. El éxito de la tecnología y de la ciencia experimental es tan grande que muchos se dejan influenciar por declaraciones de científicos, incluso en áreas que están fuera del ámbito científico. Es necesario explicar las diferencias entre la ciencia experimental e histórica. Para la persona inexperta quizás no sean muy obvias las dificultades resultantes de intentar contestar las preguntas y puntos específicos de todo lo relacionado a los orígenes. Sin embargo, hacerlo es crucial para entender porqué la ciencia puede ser tan exitosa en ciertas áreas y tan especulativa en otras. La figura 1 presenta un esquema que puede ayudar a lograr esto.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> En segundo lugar, podemos compartir la realidad de que no podemos probar nuestras creencias. No podemos probar ninguna cosa sin hacer suposiciones y son nuestras suposiciones las que determinan lo que podemos probar. Recién cuando se tienen suposiciones en común uno puede probarse mutuamente un asunto. Las personas seculares usualmente hacen suposiciones que son incompatibles con las suposiciones de los cristianos. Por ello no es llamativo que los conflictos queden sin resolver. Nunca podremos probar que la creación existió; tampoco podemos usar argumentos basados en la ciencia naturalista para demostrar que la teoría de la evolución está errada, aunque sí podemos mostrar que tiene ciertos problemas. Debemos aprender a vivir tranquilos a pesar de la falta de pruebas, mientras continuamos buscando una comprensión más profunda de la verdad.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Tercero, podemos ayudar desarrollando el pensamiento crítico. Debemos animar a otros que sean cautelosos respecto a lo que oyen; que aprendan a distinguir entre buenos y malos argumentos y entre datos e interpretaciones. Las personas que creen en la creación son propensas a aceptar malos argumentos. Por ejemplo, en cierto momento los creacionistas hicieron saber que habían hallado huellas de dinosaurio y humanas mezcladas, en el lecho calizo del río de Paluxy de Tejas. Esto ha sido repetido centenares de veces, aun cuando los responsables se hayan retractado de su “descubrimiento”.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Otro argumento pobre es que la tierra no puede ser muy antigua porque la población humana ha estado aumentando demasiado rápido. Serían necesarios apenas algunos miles de años para producir el número de personas que viven actualmente. Sin embargo, la población humana no podría multiplicarse a la velocidad actual si no fuese por el desarrollo de la agricultura, la producción de metales, la introducción de la escritura y las mejoras en el área de la salud. Estos inventos aumentaron la capacidad de carga del medioambiente para beneficio de poblaciones más numerosas. Sin éstos y otros inventos, Norteamérica aún tendría una población de unos pocos millones de personas, semejante a la de hace 500 años.<span class="superscript">8</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Los evolucionistas también presentan malos argumentos. Por ejemplo, a veces afirman que la historia de la arca de Noé no podría ser real porque tendría que tener capacidad para todas las especies conocidas actualmente, incluyendo millones de tipos de insectos. Pero los creacionistas no creen esto. El arca fue construida para los vertebrados terrestres y desde el diluvio ha ocurrido diversificación. </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Cuarto, con nuestro ejemplo podemos mostrar a otros que podemos creer aun siendo concientes de que hay dificultades para integrar la razón y la fe. Nuestra fe no necesita ser desestabilizada por aceptar la realidad que hay preguntas para las cuales no podemos proporcionar respuestas empíricas. Podemos fortalecernos observando la actitud de quienes se dan cuenta de los problemas y sin embargo han tomado una decisión consciente de aceptar el registro bíblico como un acto de fe que no está enfrentado a la razón, sino que se elige a través de un acto de la razón.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Finalmente lo más importante es que debemos desarrollar la capacidad de pensar y actuar desde una perspectiva cristiana y más específicamente creacionista. Esto requiere disciplina mental y perspicacia para reconocer las implicancias de ciertas ideas y la necesidad de reinterpretación. También requiere tener en claro la diferencia entre datos e interpretación. Debe recalcarse la necesidad de realizar con mucho cuidado la recolección de datos, de analizarlos aplicando análisis crítico y de colaborar con colegas con el fin de elaborar interpretaciones basadas en supuestos cristianos.</p> <p> </p> <p style="text-align: justify;" class="about"><em>L. James Gibson (Ph.D., Loma Linda University) es el director del Geoscience Research Institute. Su dirección es: 11060 Campus Street; Loma Linda, California 92350; EE.UU. Página de Internet: www.grisda.org.</em></p> <p class="articleSection">REFERENCIAS</p> <p style="text-align: justify;" class="articleReference"> <span style="font-size:85%;">1. Aquí y en el resto del artículo, la “razón” se utiliza para indicar razonamiento humano basado en la experiencia y observación, independientemente de revelación divina, especialmente en ciencia. </span></p> <p class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 2. T. S. Kuhn, <em>The Structure of Scientific Revolutions</em>, 2nd ed. (Chicago: University of Chicago Press, 1970).</span></p> <p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 3. E.g., ver Ian G.Barbour, <em>Religion and Science: Historical and Contemporary Issues</em> (San Francisco: Harper, 1997); J. F. Haught, <em>Science and Religion: From Conflict to Conversation</em><em>Origins</em> 59 (2006):6-42.</span> (Mahwah, NJ: Paulist Press, 1995); L. R. Brand, “A biblical perspective on the philosophy of science,” </p> <p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 4. S. J. Gould, Rocks of Ages: Science and Religion In the Fullness of Life (Nueva York: Ballantine Books, 2002). Otro biólogo evolucionista ha señalado la “duplicidad” de planteamiento de Gould; ver K. R. Miller, <em>Finding Darwin’s God</em> (Nueva York: HarperCollins Perennial edition, 1999, 2002), p. 170.</span></p> <p class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 5. J. Gibson, “Issues in ‘Intermediate’ models of origins,” <em>Journal of the Adventist Theological Society</em> 14 (2004)2:71-92.</span></p> <p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 6. Esta idea básica es ampliamente aceptada por los creacionistas, aunque existen diferentes opiniones respecto a la duración del tiempo durante el cual la tierra estuvo deshabitada. </span></p> <p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 7. Ver A. Plantinga, “When faith and reason clash: Evolution and the Bible,” <em>Christian Scholar’s Review</em> 21 (1991):8-32.</span></p> <p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"> 8. Recientemente Jared Diamond informó que se estima que llegarían a ser hasta veinte millones; los cálculos anteriores estimaban en torno a un millón. J. Diamond,<em> Guns, Germs, and Steel: The Fates of Human Societies</em> (New York: W.W. Norton, 1997, 1999).</span></p><p class="bodytext">Fuente: <img src="file:///C:/Users/mauro/AppData/Local/Temp/moz-screenshot-6.png" alt="" /><a href="http://dialogue.adventist.org/">Dialogo Adventista.</a> <span style="font-size:85%;">Vol. 19, <a href="http://dialogue.adventist.org/numbers/19.2_Spanish.pdf" target="_blank">No. 2-3</a> (2007)</span></p>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-8543995470563939072010-07-28T09:29:00.000-07:002010-07-28T09:48:36.491-07:00¿Qué tipo de influencia ejercemos?<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7zSWfK2yp3QId2EpWtOeg79w1EunR_TrmGInsPW0rGgYLsf6DkShMlhOc3guIjTgLE2-hadqDpav1SMbAVJ5pyDzTWVNma9bZFyt_TB8IOytIWB5KhCElFqj7JqMDB4x_zW6IewHJ7Dg/s1600/influencia-twitter.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 300px; height: 240px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7zSWfK2yp3QId2EpWtOeg79w1EunR_TrmGInsPW0rGgYLsf6DkShMlhOc3guIjTgLE2-hadqDpav1SMbAVJ5pyDzTWVNma9bZFyt_TB8IOytIWB5KhCElFqj7JqMDB4x_zW6IewHJ7Dg/s1600/influencia-twitter.jpg" alt="" border="0" /></a>Por: Halvard B. Thomsen<br /><br /><p style="text-align: justify;" class="indent"><em>“Partió David de allí y se refugió en la cueva de Adulam; cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, fueron allí a reunirse con él. Además se le unieron todos los afligidos, todos los que estaban endeudados y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y llegó a ser su jefe. Había con él como cuatrocientos hombres (1 Samuel 22:1, 2).</em></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext">Mi recuerdo más remoto sobre este pasaje bíblico es en el contexto de la formación de una nueva congregación. Yo era un joven estudiante de teología, cuando un grupo de miembros de una iglesia que mi padre había pastoreado recientemente, formó una nueva iglesia en un pueblo cercano. Mi padre se refería a la nueva congregación como una “cueva de Adulam”. Él explicaba este término al describir las actitudes y circunstancias de muchos de los miembros fundadores.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> En el pasado, era más común que las nuevas iglesias surgieran separándose de una congregación ya existente. Cada vez que yo escuchaba acerca de la formación de una iglesia, me recordaba de las palabras de mi padre y la cueva de Adulam. Hace poco leí comentarios de este pasaje hechos por el experto en liderazgo John Maxwell, que me dejaron pensando. </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Luego de decapitar a Goliat, David fue invitado al palacio de Saúl en donde aprendió mucho acerca de cómo gobernar el reino de Israel, incluyendo el arte de la guerra. Desafortunada-mente los celos de Saúl empujaron a David al exilio. Es en este punto de la vida de David, que encontramos la historia de este pasaje. Trata de imaginarte las personas que se reunieron a su alrededor. Todos los que se encontraban preocupados. Todos los endeudados. Todos los descontentos. O en las mismas palabras de David: “Mi vida está entre leones; estoy echado entre hijos de hombres que vomitan llamas; sus dientes son lanzas y saetas, y su lengua espada aguda” (Salmos 57:4).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> ¿Qué debía hacer David con estas personas? ¿Eran este tipo de personas los que resistirían al rey Saúl? ¿Era este grupo con el que David debería lanzar una revolución? ¿Qué tipo de líderes o guerreros llegarían a ser los descontentos y preocupados? David cuenta cómo se relacionó con esta circunstancia: “Listo está mi corazón, Dios, mi corazón está dispuesto: cantaré y entonaré salmos. ¡Despierta, alma mía! ¡Despertad, salterio y arpa! ¡Me levantaré de mañana! Te alabaré entre los pueblos, Señor; cantaré de ti entre las naciones, porque grande es hasta los cielos tu misericordia”. (Salmos 57:7-10).</p> <p class="articleSection"> <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">¿Qué sucede con los descontentos?</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Al colocarnos en las sandalias de David, nota qué sucedió con sus seguidores descontentos y preocupados. “Entonces David consultó a Jehová diciendo: ‘¿Iré a atacar a estos filisteos?’ Jehová respondió a David, ‘Ve, ataca a los filisteos, y libra a Keila’. Pero los que estaban con David le dijeron: ‘Mira, nosotros aquí en Judá estamos con miedo; ¿cuánto más si vamos a Keila contra el ejército de los filisteos?’ David volvió a consultar a Jehová. Y Jehová le respondió: ‘Levántate, desciende a Keila, pues yo entregaré en tus manos a los filisteos´. Fue, pues, David con sus hombres a Keila, y peleó contra los filisteos, se llevó sus ganados, les causó gran derrota y libró David a los de Keila” (1 Samuel 23:1-5).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La fortaleza y el valor de aquellos que siguieron a David a Adulam perseveró; siguieron conquistando las naciones de Canaán, aniquilando a los gesuritas, gezritas y amalecitas.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> También tuvieron éxito al eludir al rey Saúl.“David se quedó en el desierto en lugares fuertes, y habitaba en un monte en el desierto de Zif; y lo buscaba Saúl todos los días, pero Dios no lo entregó en sus manos” (1 Samuel 23:14).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> A medida que la historia continúa, el grupo de David se incrementa de cuatrocientas a seiscientas personas (1 Samuel 23:13). Cuando David escapó a la cueva, atrajo a los descontentos y preocupados. Pero al desarrollar su dependencia de Dios, transformó a sus hombres en guerreros y líderes eficaces. Cuando David subió al trono, ellos estaban preparados para llevar a cabo un liderazgo para la nación.</p> <p class="articleSection"> <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Dos preguntas</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> La experiencia de David nos confronta con dos preguntas: ¿Qué clase de personas atraemos? ¿Qué les ocurre a esas personas al asociarse con nosotros?</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Revisa tu vida. Piensa en los que gravitan hacia ti como amigos, socios o seguidores. ¿Qué clase de personas son? ¿Son visionarios, triunfadores? ¿O son rezongones y quejosos? ¿Has notado que las personas tienden a juzgarnos no solo por los amigos que escogemos, sino también por las personas que atraemos como colegas o que elegimos como empleados?</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Implícita en esta pregunta hay otra: ¿Qué clase de personas somos nosotros? Nunca vamos a atraer a los optimistas si somos sombríos y pesimistas; nunca vamos a atraer a los visionarios, si no vemos esperanza; nunca vamos a capturar la imaginación y el entusiasmo de las personas que nos rodean, si ignoramos las oportunidades y nos enfocamos en los problemas.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Luego viene la segunda pregunta: ¿Qué ocurre con las personas que se relacionan con nosotros? Nuestros padres nos dijeron que fuéramos cuidadosos al escoger nuestros amigos, debido a la influencia que ellos llegarían a ejercer sobre nosotros. Pero esta historia también nos desafía a pensar en cómo influenciamos nosotros a las personas. Como vemos en el ejemplo de David, incluso los descontentos y preocupados pueden salir de su encierro. ¡Nosotros podemos influenciarlos positivamente! En algunas oportunidades me pregunto si prestamos poca atención a la influencia de la asociación. Si es tal como lo que dijo el apóstol Pablo (2 Corintios 3:18), nos transformamos en lo que admiramos, entonces ¡ciertamente influiremos a las personas que nos admiran!</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> “Si no juntamos con Cristo, desparra-mamos.Todos ejercemos influencia, y esta influencia es decisiva en el destino de los demás para su bien presente y futuro, o para su eterna perdición”.<span class="superscript">1</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> “Cada acto de nuestra vida afecta a otros para bien o mal. Nuestra influencia tiende a elevar o a degradar; es sentida por otros, hace que los demás obren impulsados por ella y en un grado mayor o menor es reproducida por otros. Si mediante nuestro ejemplo ayudamos a otros a desarrollar buenos principios, les damos poder para el bien. A su vez ellos ejercen la misma influencia benéfica sobre otras personas y en esa forma cientos y miles son afectados por nuestra influencia inconsciente”.<span class="superscript">2</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> ¿Contagiamos optimismo, visión, imaginación y fe? Las personas que se relacionan con nosotros, ¿se vuelven más dependientes del Señor Jesús o más olvidadizos de lo que él nos pide? ¿Están descansando más en su bondad y gracia y muestran más decisión en querer seguir su voluntad? ¿Están más ansiosos de construir su reino?</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> “Es probable que nunca sepáis el resultado de vuestra influencia diaria, pero debéis tener la seguridad de que la ejercéis para el bien o para el mal… Si lanzamos una piedra en un lago, se formará una multitud de ondas concéntricas y a medida que aumentan, el círculo se amplía hasta que llega a todas las márgenes. También nuestra influencia, aunque aparentemente sea insignificante, puede continuar extendiéndose mucho más allá de nuestro conocimiento o control”.<span class="superscript">3</span></p> <p class="bodytext"> ¿Qué tipo de personas atraemos?</p> <p class="bodytext"> ¿Qué les ocurre a esas personas cuando se asocian con nosotros? </p> <p style="text-align: justify;" class="about"><em>Halvard B. Thomsen (D.Min., Andrews University), es asistente del presidente de la División Norteamricana de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Silver Spring, Maryland, EE. UU. E-mail: halvard.thomsen@nad.adventist.org</em></p> <p><span class="articleSection">REFERENCIAS:</span> </p> <p class="articleReference"> 1. Cada Día con Dios. Amar es servir. Review and Herald, del 22 de Junio, de 1886.</p> <p style="text-align: justify;" class="articleReference"> 2. Consejos sobre la Salud e Instrucciones para obreros médicos misioneros. Sección VIII. Las enfermeras y los auxiliares. Nuestra Influencia, p. 419.</p> <p class="articleReference"> 3. <em>Ibíd</em>., pp. 411 y 412</p>____________________________________________________________________<br />Fuente: <a href="http://dialogue.adventist.org/"><img style="width: 35px; height: 29px;" src="http://dialogue.adventist.org/graphics/amicus_logo.jpg" class="graphicRL" /></a> <a href="http://dialogue.adventist.org/indexes/issue_s.htm#21_1">Dialogo Universitario </a>Vol. 21, <a href="http://dialogue.adventist.org/articles/21_1_thomsen_s.htm" target="_blank">No. 1</a> (2009)Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-32151208775717040832010-06-24T09:15:00.001-07:002010-06-24T10:05:57.250-07:00¿Por qué se van?<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2o0Lm7r87U3KyWC59MG3gckGjAW022bKQ3Q3cMeWnKUhQxtqFsY1OXJoqxTvdFxmF6UlTcRH2HFpyLdJDUvHgUrAXrrFWIXCT6Twp57NNktj-uTPiCz82n1jpqnpC9-mnnKciu6jThzI/s1600/paulsen.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 200px; height: 301px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2o0Lm7r87U3KyWC59MG3gckGjAW022bKQ3Q3cMeWnKUhQxtqFsY1OXJoqxTvdFxmF6UlTcRH2HFpyLdJDUvHgUrAXrrFWIXCT6Twp57NNktj-uTPiCz82n1jpqnpC9-mnnKciu6jThzI/s1600/paulsen.jpg" alt="" border="0" /></a><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Por: Jan Paulsen</span>.<br /><br />Una de nuestra mayores prioridades tiene que ser que los adolescentes y jóvenes sean parte real de la iglesia<br /><br /><div style="text-align: justify;">Cuando recordamos el curso que ha tomado nuestra vida, es fácil pensar en cierto tipo de “inevitabilidad”; es decir, los estudios y el trabajo que hemos elegido, el cónyuge, la familia. Sin embargo, este sentido de inevitabilidad es ilusorio. En esa fase temprana de toma de decisiones –en la adolescencia y años juveniles– cuando tantas elecciones conllevan consecuencias duraderas y acaso desconocidas, lejos estamos de anticipar el futuro.<br /><br />Éste se debate precariamente entre una multitud de variables, que pueden llevarnos hacia uno u otro lado según las circunstancias o posibilidad de escoger. Al pensar en mi adolescencia digo: ¡Qué reducidos eran los márgenes! ¡Con qué facilidad una decisión apresurada o diversas circunstancias podrían haberme llevado por un camino diferente! Y pienso en los menores de 35 años de nuestra iglesia, que se hallan en proceso de tomar las mismas decisiones.<br /><br />Ya no se limitan a reflejar las actitudes y creencias de sus padres o maestros. Están probando estos valores por sí mismos, decidiendo si los conservarán, modificarán o reemplazarán por algo totalmente diferente. Pienso entonces en el éxodo de jóvenes de nuestras iglesias, y esto me aflige profundamente. ¿Por qué tantos se marchan? Aun a riesgo de simplificar exageradamente algo de gran importancia para la iglesia, me gustaría ofrecer unas pocas reflexiones que he acumulado a lo largo del tiempo, pero que en años recientes han alcanzado un creciente sentido de urgencia.<br /><br />Al hablar de esto, tenemos que diferenciar dos grandes grupos: los adolescentes y los jóvenes profesionales. Si bien algunos temas se repiten en ambos, sus luchas y experiencias son en esencia diferentes y, por lo tanto, también serán diferentes sus razones para abandonar la iglesia.<br /><br /><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Los adolescentes</span><br /><br />Hace muchos años, a un joven muy cercano a mí le sucedió algo. En ése entonces él estaba luchando con diversos problemas y le costaba levantarse cada sábado para ir a adorar. Un sábado por la mañana, llegó tarde a la iglesia vistiendo pantalones vaqueros. El primer anciano que lo recibió le dijo: “No llevas la ropa apropiada. Vuelve a tu casa a cambiarte”. Así es que se fue y jamás regresó. Comenzó entonces una larga travesía por caminos oscuros donde ha pasado mucho, mucho tiempo. De tanto en tanto, abandona esos caminos, pero esto refleja más bien el amor que siente por sus padres y el saber que ellos lo aman incondicionalmente. ¿Fue este incidente la única razón por la que abandonó la iglesia? No, pero fue un momento decisivo para él que la iglesia le dijera: “Tú no encajas en este grupo de adoradores. Vete a tu casa y ponte ropas más adecuadas”. Vete a tu casa y ponte ropas más adecuadas”.<br /><br /><div style="text-align: justify;">Muchos adolescentes deciden abandonar la iglesia básicamente porque se sienten observados y criticados. Se los hace sentir indignos, sin una función útil. Sienten que la iglesia no representa un lugar seguro para analizar los cuestionamientos relacionados con la conducta y las normas que tienen que enfrentar.<br /><br />Podríamos hacer una larga lista de ellas: las actividades sociales, la música y el entretenimiento, las relaciones sociales y la sexualidad, la necesidad de expresar el sentimiento creciente de individualidad e independencia. Hablan de estas cosas entre ellos, pero en voz baja, porque sienten que si alguien los escucha, los condenará. <span style="font-weight: bold;">¿Cómo podemos incluir de manera más efectiva a los adolescentes? </span><br /><br />Hazlo como algo personal. Piensa en tu familia y tus hijos. ¿Les cuesta mucho a tus hijos sentirse “dignos” ante ti? ¡Por supuesto que no! Son sangre de tu sangre. Si dedicáramos tiempo a pensar en cada joven de nuestra congregación como si fuera nuestro propio hijo o hija, nuestra visión experimentaría una gran transformación. Sólo podemos ofrecer orientación y corrección efectiva cuando el adolescente siente la misma calidez de parte de la iglesia que la que siente un niño con sus vínculos familiares más cercanos.<br /><span style="font-weight: bold; font-style: italic;"><br />Tiene que ser algo personal.</span><br />No es una tarea que deba delegarse en el Departamento de Jóvenes, los Exploradores o la Escuela Sabática. Es mi actitud hacia los miembros más jóvenes lo que hace la diferencia. ¿Qué perciben en mis palabras y actitud hacia ellos? 4 · [76] rA abr. 2010. Una de nuestra mayores prioridades tiene que ser que los adolescentes y jóvenes sean parte real de la iglesia. rA abr. 2010 [77] · 5<br /><span style="font-weight: bold;"><br />Sitúalo en el contexto</span>.<br />Los adolescentes hacen y dicen cosas alocadas; así es. Son adolescentes, y es normal que así sea. Está en su naturaleza probar a los mayores tomando decisiones que nos alteran y desestabilizan. Puede deberse a la presión social, a un acto de rebeldía o, simplemente, a que han crecido en un mundo –el mundo adventista– y quieren probar y experimentar “el otro”. Los valores de sus padres no se transmiten genéticamente; el adolescente cuestiona y prueba de manera activa. Es<br />un proceso normal en esa etapa de la vida. Seamos entonces amables y pacientes con ellos, capaces de ver su potencial a largo plazo.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">Recuerda</span>.<br />Todos pasamos por esa etapa, y también cometimos errores. ¡Muchos errores! ¿Recuerdas cuando eras adolescente? Con seguridad te habrás sentido demasiado consciente de cada espinilla en tu rostro, de cada falta cometida, y muy vulnerable respecto de las opiniones de los demás. Una palabra irreflexiva, por parte de un adulto de la congregación, puede tener consecuencias inimaginables para un joven cuya frágil opinión de sí mismo se ve fácilmente destrozada. Por el contrario, unas pocas palabras de afirmación pueden tener un impacto igualmente poderoso y positivo.<br /><span style="font-weight: bold; font-style: italic;"><br />Los jóvenes profesionales</span><br /><br />También están los que pasan la adolescencia y siguen asistiendo a la iglesia, al menos con frecuencia. Están terminando sus estudios, comenzando sus carreras profesionales y estableciendo sus familias. ¿Qué marca la diferencia entre los que desarrollan raíces sólidas y duraderas en la comunidad de creyentes y quienes se alejan paulatinamente de la iglesia? <span style="font-weight: bold;"><br /><br />Relevancia</span>.<br />Hay un grupo de amigos, jóvenes profesionales, que suelen reunirse de vez en cuando. Provienen<br />de diversos países, pero sus carreras los han traído junto con sus familias a la misma ciudad de Europa. Algunos aún poseen sólidos vínculos con el adventismo, mientras que otros los han ido perdiendo, pero todos ellos han pasado por un camino similar en lo que respecta a su educación y experiencias tempranas de vida. A veces hablan de la iglesia, y se preguntan: ¿Cuán relevante es el adventismo? ¿Tiene algo significativo que aportar sobre los temas cotidianos: la justicia social, la pobreza, los derechos humanos, el medio ambiente, la ética, la economía o la comunidad en la que vivimos? ¿Qué diferencia señala en la práctica el nombre “adventista”? Para muchos adultos jóvenes, su percepción del nivel de respuesta de la iglesia a estas preguntas determina que decidan quedarse o abandonarla.<br /><br />Están desencantados con la religión que se dedica exclusivamente al porvenir mientras ignora el presente. No es que hayan dejado de creer en lo que enseña la iglesia, pero han perdido la fe en la capacidad de ésta para hablar de manera significativa de la realidad de todos los días. Los frustra lo que perciben como la falta de voluntad de la iglesia de usar su peso moral y teológico para reaccionar respecto de los temas que más preocupan a la sociedad. <span style="font-weight: bold;"><br /><br />Comunidad.</span><br />Lo que es aún más importante, para algunos de esta franja etaria, la iglesia no les brinda los vínculos comunitarios que ansían. Un joven profesional me dijo hace poco en una carta: «Cuando alguien está luchando, ¿busca inmediatamente la iglesia como el lugar donde sabe que será atendido y cuidado? ¿O es la iglesia el último lugar que elegiría para abrir su corazón y pedir ayuda? A menudo sucede lo segundo». Para generaciones afectadas por el posmodernismo, no alcanza con “tener la razón”. Podemos hablar de la verdad con elocuencia, podemos ser correctos<br />en todos los detalles, podemos citar capítulos y versículos, pero aun así se alejarán si no perciben<br />un profundo sentido de calidez y aceptación. <span style="font-weight: bold;"><br /><br />Funcionamiento y confianza.</span><br />Los jóvenes profesionales también se alejan porque están llenos de ideas y energías, pero no hallan espacio para expresarlas dentro de la iglesia. No es que crean que la iglesia les resulta irrelevante, sino que piensan que ellos carecen de valor para la iglesia. Por ello, aunque permanezcan por un tiempo por razones familiares o sociales, en realidad ya se han alejado.<br /><span style="font-weight: bold;"><br />Un llamado a actuar</span><br />No tengo palabras para expresar mi profunda convicción de que tenemos que dar funciones significativas a los jóvenes en la iglesia. No podemos limitarnos a mantenerlos ocupados, sino que debemos incorporarlos a funciones que conlleven elevados niveles de confianza, incluirlos en la toma de decisiones, buscar su participación para que, de alguna manera, entiendan: Queremos escuchar vuestra voz. Para los adolescentes y jóvenes profesionales, la confianza es la base de todo. No aquélla que dice: “Te voy a dar esta pequeña tarea, y después de un tiempo veremos si aprobamos tu gestión”.<br /><br />Me refiero más bien a una confianza que los libera y capacita para ser socios activos de la adoración y testificación de sus congregaciones; a una confianza que reconoce que no hay que alcanzar un nivel determinado antes de sentir el deseo apasionado de servir a Dios; a una confianza que considera que el amor de ellos por la iglesia es tan profundo como el mío, y que también ellos la han elegido como hogar espiritual. ¿Será diferente la manera que tienen ellos de ver las cosas? Acaso sea así. ¿Entraña esto un riesgo?<br /><br />Puede ser. Pero el peligro de no confiar en nuestros jóvenes es mucho mayor, porque si no aprendemos a confiar en ellos, nos dejarán. <br /></div></div>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-54500124840255616022010-06-15T15:26:00.000-07:002010-06-15T16:03:55.461-07:00En la Imagen de Dios<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3QsSqzUTRpZJs5meryEUhFHlnPum5gQpD7IA61wAucGwvYVyyTzhjtCOWvbw1LdiV3-F6R2CRs0L99M6bVMNSuAdzJYdmrzN9waMCwOC8CFj6cCwGG4jycahDPm3YLm8s0vDFH7N02uY/s1600/2010-1006_issue_header_page12.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 350px; height: 110px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3QsSqzUTRpZJs5meryEUhFHlnPum5gQpD7IA61wAucGwvYVyyTzhjtCOWvbw1LdiV3-F6R2CRs0L99M6bVMNSuAdzJYdmrzN9waMCwOC8CFj6cCwGG4jycahDPm3YLm8s0vDFH7N02uY/s1600/2010-1006_issue_header_page12.jpg" alt="" border="0" /></a><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Por: </span><span style="font-style: italic; font-weight: bold;" class="storyAuthor">Richard Spillman</span><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span class="google-src-text" style="direction: ltr; text-align: left;"><span class="storySubHead"><em><br /><br /></em></span></span></span><div style="text-align: justify;"><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span class="storySubHead"><em>Se hace una gran diferencia para alcanzar nuestro máximo potencial.</em></span><span style="font-weight: bold;" class="storySubHead"><em><br /><br /><br /></em></span></span></div><div> </div><div style="text-align: justify;"><span style="" onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span class="cap"><span style="font-style: italic;font-size:180%;" >E</span>l</span> en el Génesis, Dios revela lo que podría ser la más importante visión individual en la historia revelada en lo que somos.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">La visión de</span><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">fine nuestras fortalezas, revela nuestro propósito, y los marcos de nuestra relación con Dios.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span class="google-src-text" style="direction: ltr; text-align: left;">”</span> Se encuentra en Génesis 1:26: "Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza ... '".</span> </div><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><br /></span><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Durante muchos años, como la mayoría de los creyentes, no tenía ni idea de lo que significa ser creados a imagen de Dios.</span> <span style="" onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Es triste que la chispa en cada uno de nosotros que nos dice cómo somos como Dios pasa inadvertida.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">¿Cómo podemos conocer a Dios si ni siquiera se lo puede ver en nosotros mismos?</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"> Entonces un día, mientras que la preparación para impartir un curso sobre el Génesis, de repente me di cuenta de que no só</span><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">lo yo s</span><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">abía lo que significaba, pero que toda mi vida profesional se había basado en el gran don de Dios.</span><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjerCYOIs0WhZAb-j1WlQrsGXe5yNhIMpZgBR34iy77vSlaJpA-NFFO-KyefRicpOxb3RI8Wq0k74iToYKrQB3MKwF4LyG9mcjISCMEt4Vs56MoRNtaZKYYfShzJ2wHDb9q6Ekj6rM0cNLv/s1600/2010-1006-page12-intext1.jpg"><img style="float: right; margin: 0pt 0pt 10px 10px; cursor: pointer; width: 250px; height: 240px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjerCYOIs0WhZAb-j1WlQrsGXe5yNhIMpZgBR34iy77vSlaJpA-NFFO-KyefRicpOxb3RI8Wq0k74iToYKrQB3MKwF4LyG9mcjISCMEt4Vs56MoRNtaZKYYfShzJ2wHDb9q6Ekj6rM0cNLv/s320/2010-1006-page12-intext1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5483131576276692658" border="0" /></a><br /><span style="font-weight: bold; font-style: italic;" onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span class="storySubHead">De pronto, lo tengo<br /><br /></span></span> <div style="text-align: justify;"> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Mientras me preparaba mis notas de la clase, pensé que la "imagen de Dios" ha de implicar los aspectos de la naturaleza humana que no se comparten con cualquier otra forma de vida en la tierra.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Su significado debe encontrarse en la manera en que Dios se reveló en el primer capítulo del Génesis.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"> La imagen más dominante de Dios en estos primeros versos es el de su poder creador en el trabajo.</span> </div><div> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><br /></span><div style="text-align: justify;"><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Entonces me di cuenta: Ser creado a imagen de Dios significa que se nos dio la capacidad y del proceso de creación.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Entre todos los seres vivos, sólo los humanos tienen esa capacidad.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span class="google-src-text" style="direction: ltr; text-align: left;">.</span> Por supuesto, algunos animales e insectos "hacer" cosas-castores hacen presas, las hormigas hacen grandes nidos, etc Pero estos son fijos, una capacidad limitada que les permiten sobrevivir.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Por cualquier norma, los seres humanos son los únicos seres verdaderamente creativos en la tierra.</span> </div></div><div><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><br /></span><div style="text-align: justify;"><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">No sólo podemos ser creativos, nos impulsa a cr</span><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">ear.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Cada uno de nosotros tiene una chispa de creatividad de algún tipo.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Se puede estar trabajando con nuest</span><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">ras manos, la escritura, la música o el atletismo.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">De los niños que dibujen crayón de sus familias a los arquitectos que por primera vez a pie a través de edificios que alguna vez había existido sólo en su imaginación, todos se sienten orgullosos, la alegría y satisfacción en nuestros esfuerzos creativos.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">No importa cuál sea nuestra habilidad, ganamos goce inmenso de su uso.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"> Si bien una vida de ocio puro sin nada que hacer puede sonar atractivo, la verdad es que tenemos que estar haciendo algo para sentirse satisfechos con su vida.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Estamos perdidos si no tienen un propósito.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">De alguna manera, tenemos que ser creativos.</span> </div></div><div> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><br /></span><div style="text-align: justify;"><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Mediante la capacitación soy un ingeniero eléctrico.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">He enseñado ciencias de la computación y la ingeniería desde hace más de 20 años.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Toda mi vi</span><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">da profe</span><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">sional que había estado utilizando mis conocimientos para traducir mi imaginación en realidad.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"> Tengo un equipo informático diseñado y escrito software innovador.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Durante todo ese tiempo, nunca comprendí que había estado usando la chispa de la creatividad que me había hecho "como" Dios.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">El goce y la satisfacción que sentí con un trabajo bien hecho es un reflejo de la alegría que Dios se experimenta cuando él miró a su creación y lo declaró "bueno".</span> </div></div><div> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><br /><span style="font-weight: bold; font-style: italic;" class="storySubHead">Una historia reveladora<br /><br /></span></span> </div><div><div style="text-align: center;"><div style="text-align: left;"> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Hace poco vi el documental ganador del <em>Oscar,</em> Born <em>l</em></span><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><em>os burdeles en que</em> cuenta la historia de los hijos de prostitutas en Calcuta.</span> <span style="" onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Es una conmovedor</span><span style="" onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">a historia de estos niños perdidos y el intento de una mujer a cambiar sus vidas.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Si bien no es una historia cristiana, ilustra la necesidad de ser creativo.</span><br /></div></div><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><br /></span><div style="text-align: center; font-style: italic; font-weight: bold; color: rgb(255, 0, 0);"><img src="file:///C:/Users/mauro/AppData/Local/Temp/moz-screenshot.png" alt="" /><img src="file:///C:/Users/mauro/AppData/Local/Temp/moz-screenshot-1.png" alt="" /> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span style="" onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiijTxLC_l0-wkDTGZdNCxrcvqzm3xtB42X2C5tMElFDgCiPWNezDjr8EUG6PHVZqgdm5UAdcZ50iCAXcj-GdJ7kJG34CLi0txV8_CnFpy6p2PEfnuD5zcXe30AVKXognQ5ws5CJ5fvMT5E/s1600/intext-top.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 250px; height: 33px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiijTxLC_l0-wkDTGZdNCxrcvqzm3xtB42X2C5tMElFDgCiPWNezDjr8EUG6PHVZqgdm5UAdcZ50iCAXcj-GdJ7kJG34CLi0txV8_CnFpy6p2PEfnuD5zcXe30AVKXognQ5ws5CJ5fvMT5E/s320/intext-top.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5483136759142439122" border="0" /></a></span></span><span style="color: rgb(255, 204, 0);" onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span class="blurbRight">Si voy a honrar a Dios y<br />darle gracias por las<br />destrezas que me dio, tengo<br />que dirigir todas mis<br />habilidades creativas hacia<br />lo que a él le agrada.</span></span><br /></div><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span style="" onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span class="cap"><span style="font-style: italic;font-size:180%;" ><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiciEe1nzh03VfFQ5W6EYF25c8rGkjBf6gFz7nKtRUd8O22d5wGxffT9KYkZvkCWRAy21eDfg_dRGyzAfmVZ3i7lJFS4M_e9Sx9_wIozsSuA795kj7gWk7dvRZ_KN_tjYvaQ4h4HWKoatix/s1600/intext-bottom.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 250px; height: 33px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiciEe1nzh03VfFQ5W6EYF25c8rGkjBf6gFz7nKtRUd8O22d5wGxffT9KYkZvkCWRAy21eDfg_dRGyzAfmVZ3i7lJFS4M_e9Sx9_wIozsSuA795kj7gWk7dvRZ_KN_tjYvaQ4h4HWKoatix/s320/intext-bottom.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5483137241018840754" border="0" /></a></span></span></span></span><br /><div style="text-align: justify;"><span style="" onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">El director de documentales, Zana Briski, trata de ayudar a un pequeño grupo de niños, dándoles cámaras y enseñarles el arte de la fotografía.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Como resultado, se abre un mundo completamente nuevo para estos niños.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"> Por la primera vez que realmente puede ser creativo, y como resultado florecen.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"> Su programa es un éxito precisamente porque se nutre de la dádiva de Dios: su necesidad de ser creativos.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Por primera vez, estos niños se les da un medio por el que pueden ejercer ese don.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Se da sentido y propósito a sus vidas.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Les trae alegría.<br /><br /></span> </div><div><div style="text-align: justify;"> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Sin embargo, los humanos no pueden crear en el mismo sentido que Dios crea.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Sólo Dios puede crear desde la nada.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Se requiere materias primas.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Pero hay una parte de nuestra capacidad creativa que no requiere de materias primas.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Podemos crear en nuestras mentes.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Nuestra imaginación no está restringida por las limitaciones que vienen con la necesidad de materiales.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Podemos imaginar cualquier cosa, incluso cosas que en realidad nunca podría construir.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Quizá de esta manera estamos más cerca de la imagen de Dios.</span><br /></div><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><br /></span> </div><div style="font-weight: bold; font-style: italic;"><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span class="google-src-text" style="direction: ltr; text-align: left;"><span class="storySubHead"></span></span> <span class="storySubHead">Más que intelectual<br /><br /></span></span> </div><div style="text-align: justify;"><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span class="google-src-text" style="direction: ltr; text-align: left;"></span>Entender lo que compartimos con Dios y cómo Él nos creó a su imagen es algo más que un ejercicio intelectual interesante.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span class="google-src-text" style="direction: ltr; text-align: left;"></span>Para mí, una vez que supe que mi impulso creativo fue modelado después de Dios, finalmente entendí por qué es tan importante llevar "cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo" (2 Cor. 10:5).</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span class="google-src-text" style="direction: ltr; text-align: left;"></span>Mi imaginación es un don de Dios.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span class="google-src-text" style="direction: ltr; text-align: left;"></span>Sin embargo, en un mundo caído que puedo usar ese don de crear belleza o para crear suciedad.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span class="google-src-text" style="direction: ltr; text-align: left;"></span>Por desgracia, la humanidad hace un trabajo excelente en ambas.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span class="google-src-text" style="direction: ltr; text-align: left;"></span>Si voy a honrar a Dios y darle gracias por las destrezas que me dio, tengo que dirigir todas mis habilidades creativas hacia lo que a él le agrada.</span> </div><div> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><br /></span><div style="text-align: justify;"><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Tal vez lo más importante, ahora entiendo lo que había sido un trance muy difícil para mí.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Jesús dijo una vez que si vemos a una mujer con lujuria, ya hemos cometido adulterio en nuestra mente (véase Mat. 5:28).</span> <span style="" onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Yo siempre preguntaba por qué imaginar un pecado es tan malo como hacer el pecado.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Pero si mi imaginación creadora no sólo es un regalo de Dios, sino la esencia misma de la imagen y semejanza de Dios, entonces usarlo para contemplar el pecado es llevarlo a un lugar que Dios nunca iría.</span> <span style="" onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Distorsiona y vilipendia a la naturaleza de Dios en nosotros.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Si en el pasado podría haber tolerado e incluso entretenido pensamientos pecaminosos, creyendo que era permisible porque nunca actuaría sobre ellos, ahora los veo por lo que verdaderamente son: oscuros y terribles en sí mismos.<br /><br /></span> </div></div><div style="text-align: justify;"> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span class="google-src-text" style="direction: ltr; text-align: left;"></span>Ahora, cuando escribo un artículo, el diseño de un circuito, o tomar una idea hasta su conclusión natural, experimento algo más que la satisfacción de completar una tarea.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Me dirijo a Dios y decirle: «Padre, mira lo que acabo de hacer, ¿qué le parece?" Me lo imagino sonriendo en mi realización como el orgulloso padre quien últimas entradas de su hijo trabajar en el frigorífico.</span> </div><div> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><br /></span><div style="text-align: justify;"><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Es triste cuando los creyentes no ven la imagen de Dios dentro de sí mismos.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Pero es una alegría para reconocer el gran don que Dios ha dado a todos nosotros.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Es hora de poner de manifiesto la semejanza de Dios en todos los creyentes.</span> <span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()">Es hora de usar nuestros dones creativos para servir a Dios y entre sí.<br /><br />_____________________________________________________________________<br /></span> </div></div><div> <span style="font-style: italic;" onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span class="storyAuthor">Richard Spillman es un escritor y profesor universitario.</span></span><span style="font-style: italic;" onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"> </span><span style="font-style: italic;" onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span class="storyAuthor">Él escribe de Tacoma, Washington, EE.UU</span></span><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><br /><br />Fuente: </span><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span style="font-size:85%;"><span style="font-style: italic;">Edición de Junio 2010</span></span></span><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span style="font-size:85%;"><span style="font-style: italic;"></span></span>. <a style="color: rgb(204, 0, 0);" href="http://www.adventistworld.org/issue.php?issue=2010-1006&page=12"><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Adventist World</span></a></span><a style="color: rgb(204, 0, 0);" href="http://www.adventistworld.org/issue.php?issue=2010-1006&page=12"><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><span style="font-size:85%;"><span style="font-style: italic;"></span></span></span></a><span onmouseover="_tipon(this)" onmouseout="_tipoff()"><a style="color: rgb(204, 0, 0);" href="http://www.adventistworld.org/issue.php?issue=2010-1006&page=12"><span style="font-style: italic; font-weight: bold;"> </span></a></span></div> </div>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-65177829708715477342010-06-11T16:14:00.001-07:002010-06-11T16:27:16.165-07:00Desastres naturales: ¿Obra de Dios o de Satanás?<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjElacgMfkd_7bxRWZGZaPEUlyE3w_v69cO_1zlN1h2WjlSCX1AAqTGdt37Y2vwaIXJDvH8cC_F11DSpTyAtGD5xaevE9gRyvcf6QDpcRTJYmSOibMzQQ5uKzUL_ilLd9rh35SKB8D64n0/s1600/des1.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 230px; height: 240px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjElacgMfkd_7bxRWZGZaPEUlyE3w_v69cO_1zlN1h2WjlSCX1AAqTGdt37Y2vwaIXJDvH8cC_F11DSpTyAtGD5xaevE9gRyvcf6QDpcRTJYmSOibMzQQ5uKzUL_ilLd9rh35SKB8D64n0/s1600/des1.jpg" alt="" border="0" /></a><span style="font-style: italic;">Por: Herbert E. Douglass</span><br /><br /><p style="text-align: justify;" class="bodytext"> En los últimos años, nuestro planeta ha estado sufriendo un número creciente de desastres naturales: terremotos, huracanes, sequías, inundaciones y un tsunami devastador. Algunas de estas crisis, aunque menos dramáticas, tales como el calentamiento global y el consecuente retroceso de los glaciares y del casquete ártico, han planteado interrogantes en muchas mentes al respecto de sus causas.<br /></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext">¿Son estos sucesos resultado de leyes naturales todavía mal comprendidas? ¿Es el maltrato humano del ambiente la verdadera causa? Los creyentes de distintas religiones también se plantean si estas catástrofes no son castigos enviados por una deidad airada. Los creyentes en la Biblia han reflexionado sobre los papeles respectivos que juegan Dios y Satanás como protagonistas de última instancia en un drama cósmico. ¿Será que estas calamidades señalan en dirección a un acontecimiento culminante de la historia humana?</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Al tratar de entender qué papel juega Dios en los desastres naturales, tenemos que evitar caer en la trampa promocionada por Satanás, a saber, que los desastres de los últimos días de la historia provienen de un Dios afrentado y airado. Justamente así es como Satanás ha estado pintando a Dios desde el Edén e incluso antes. Sin embargo, de acuerdo con la Biblia, estamos en medio de las últimas horas de un conflicto cósmico, el Gran Conflicto que ha aquejado al universo desde que hubo “guerra en el cielo” (Apocalipsis 12:7).</p> <p style="text-align: left;" class="articleSection"> <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Un vistazo a la profecía bíblica</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> En el Apocalipsis leemos que hacia el final de la historia humana Dios, por medio de sus ángeles, estará “deteniendo los cuatro vientos de la tierra para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol” (7:1). Antes del tiempo del fin, esta tierra habrá visto todo tipo de aflicciones aquejando los continentes, el mar y la vegetación. Pero no hemos visto todavía nada como lo que ocurrirá cuando los vientos de destrucción sean completamente liberados del poder retentivo de los cuatro ángeles que reciben sus órdenes directamente de Dios mismo.<span style="font-weight: bold;" class="superscript">1</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext">¿Por qué se detiene todavía a los vientos? El pueblo de Dios no ha sido completamente sellado todavía con la aprobación del Señor “escrita en su frente” (Apocalipsis 14:1). El sello divino de aprobación será colocado sobre aquellos que lo puedan representar adecuadamente al mundo, los que digan la verdad acerca de Dios y testifiquen de su poder, que es, de nuevo, lo que Satanás ha estado tratando de impedir por un tiempo muy largo. Aquí hay gente que está ahora lista para permanecer firme en medio de las angustias de los últimos días descritas en los versículos finales de Apocalipsis 6. ¿Y qué decir de estos vientos? Representan la obra maléfica de Satanás que están por ser liberados de la mano restrictiva de Dios. Todo esto puede ser comprendido mejor a la luz del Gran Conflicto. Es la reproducción del libro de Job, pero a escala colosal: fuego que cae del cielo y quema las ovejas de Job y sus siervos, pandillas de bandidos que merodean a su gusto, un gran viento del cielo que destruye una casa y mata a sus hijos (Job 1 y 2). ¡Satanás es increíblemente malvado! Y sigue siendo el mismo hoy como era en días de Job. </p> <p class="articleSection"><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">El papel de Satanás</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext">La bien estudiada estrategia de Satanás siempre ha sido confundir, engañar y destruir la paz del mundo. Ha sido “homicida desde el principio” (Juan 8:44). ¿Por qué? Para eliminar toda esperanza y confianza entre los miles de millones que habitan en la tierra de que Alguien más poderoso, fiel y justo reina sobre el universo Pero, ¿dónde está Dios? Dios, dentro de los propósitos del Gran Conflicto, permite este ataque final de engaño y aflicción, ya no sólo sobre un hombre llamado Job sino ahora sobre todo el planeta. Todo lo que Job llegó finalmente a saber sobre lo que había detrás de las catástrofes que estaban sufriendo él y su familia –incluyendo fuego del cielo y un viento devastador– Dios se lo hizo saber con posterioridad. Pero hasta entonces, fueron tiempos muy amargos. Job supo sólo más tarde que Dios había sido desafiado por Satanás, quien estaba furioso porque Job había sido bendecido con una gran familia y abundante prosperidad. Satanás acusó a Dios de favoritismo, de que la razón por la cual Job era tan fiel en su obediencia religiosa era porque Dios le había puesto un “cerco” alrededor y de esta manera había comprado su obediencia (Job 1:8-12; 2:3-7).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><br /></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext">Y entonces aparecen los teólogos diletantes que vienen a explicar a Job por qué había tenido que experimentar estos terribles desastres (Job 2:11-13). Lo que leemos en los siguientes capítulos del libro son los diferentes razonamientos que mucha gente usa todavía hoy para explicar las terribles calamidades. Es porque Job está escondiendo terribles secretos de malos hábitos y Dios lo está castigando. O porque Dios sólo escucha a los justos y pasa por alto a otros porque es un Dios justo, o es tan santo y justo que sólo descarga su ira contra los malvados, o que Job está recibiendo todavía menos castigo de lo que merece. Oímos muchos ecos de los tres “amigos” de Job hoy, en internet, en los medios masivos de comunicación y en muchos púlpitos. El apóstol Pablo lo dice claramente: Satanás es “el príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora obra en los hijos de desobediencia (Efesios 2:2).<span class="superscript">2</span> ¡Es más que un mito! Es el gran antagonista de Dios, que hace todo lo que puede para distraer, desmoralizar y destruir a hombres y mujeres. Y por razones que sólo Dios sabe, va a retirar gradualmente el poder restrictivo que ha estado ejerciendo hasta ahora sobre los planes homicidas de Satanás.<span class="superscript">3</span></p> <p class="articleSection"><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Jesús describe el futuro</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext">Por supuesto, este planeta siempre tuvo terremotos, tornados, inundaciones, huracanes (tifones) y hambrunas. Algunos de los peores que se conozcan ocurrieron hace mucho tiempo, causando mucho más daño que los que hemos experimentado en los últimos años, si bien hoy hay poblaciones mayores que viven en las mismas zonas. Durante los últimos días del ministerio terreno de Jesús sus seguidores le preguntaron por señales del fin de los tiempos y de su prometido regreso. Entre otros indicadores, Jesús les dijo: “Oiréis de guerras y rumores de guerras, mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca, pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores” (Mateo 24:6-8).</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><br /></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext">En otras palabras, el mundo tendrá siempre guerras, terremotos, pestes y desastres. Pero hay señales específicas que él delineó en Mateo 24 y 25, tales como el evangelio predicado en todo el mundo, y entonces regresará (24:14). Comparó los últimos días del planeta Tierra con los últimos días antes de que Noé entrara en el arca (24:37-39). Ilustró su regreso demorado con la demora de un novio en aparecer en su boda (25:5).</p> <p class="articleSection"><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Detección de diferencias</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext">Al meditar en los desastres de los últimos años, notamos una diferencia con los del pasado. En un cuadro gráfico, el aumento de su frecuencia e intensidad sería una curva exponencial, con una pendiente ascendente de la curva que se levanta rápidamente en contraste con un aumento proyectado que podría esperarse como una línea recta ascendente. ¿Puede alguien negar que huracanes, inundaciones, pestilencias, quiebras, degradación moral, agotamiento de las fuentes acuíferas, consumo desbocado de energía y realidades similares están aumentando con sorprendente velocidad?<span class="superscript">4</span> La mayoría de la gente vive con un sentimiento de que todo está desencajado con respecto al tipo de vida que se hacía aun hace pocas décadas. No parece haber manera de retrasar el reloj. La escalera mecánica, sea la que sube o la que baja, parece ir cada vez más rápido. Y en todos anida una sensación de que no podemos salirnos de esa escalera, que se incrementa cuando las noticias de los últimos desastres son emitidas por los medios globales de comunicación y llegan a nuestras computadoras.<span class="superscript">5</span></p> <p class="articleSection"><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Una perspectiva adventista</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext">Durante más de 150 años, los adventistas del séptimo día han estado proclamando al mundo que la historia humana se acerca rápidamente a su fin, predicho por Dios mismo en las Escrituras. Nos anima ver que millones de otros cristianos también han comenzado a enfocar su atención y esperanza en la pronta venida de Jesús. Además, hay ahora docenas de páginas en la internet que están dedicadas a los acontecimientos de los últimos días. La serie de libros de gran venta y películas “Dejados Atrás” amplifican la sensación de que algo tremendo está por ocurrir. Sin embargo, debido a nuestra comprensión de la profecía bíblica, no creemos que los cristianos serán rescatados en un arrebatamiento (rapto) secreto o que Israel sea protagónico en los acontecimientos de los últimos días. Ni esperamos un Armagedón donde ejércitos modernos luchen en la llanura de Esdraelón.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><br /></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext">Los optimistas están en lo cierto: el mundo no terminará en un quejido ni en una explosión. Las potencias nucleares del mundo no incinerarán la tierra, ni nos asfixiaremos en nuestra propia basura, ni nos desecaremos en una hambruna masiva. Y los pesimistas también están en lo cierto: por más vacunas que almacenemos para los problemas físicos que enfrentamos hoy, no habrá vacuna que nos proteja de la marejada de basura moral que se infiltra por doquier en la vida moderna, especialmente en el “civilizado” occidente. Todos los posicionadores satelitales y automóviles de combustibles limpios no podrán acallar el odio en aumento que infecta las comunidades y las naciones.</p> <p class="articleSection"><span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Conclusión</span></p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext">El entender la interacción precisa entre los factores humanos, naturales y sobrenaturales que producen los desastres que nuestro mundo experimenta en aumento está más allá del conocimiento humano. Para el creyente en la Biblia, sin embargo, algunas cosas son ciertas: Satanás busca destruir a tanta gente como puede con los medios de que dispone. Pero en última instancia, la verdad triunfará y Dios y sus leales quedarán al fin reivindicados. Vivimos en los días finales de la historia de la tierra. Cada día es precioso e irrepetible.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext">“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el Día del Señor vendrá como ladrón en la noche, en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios!” (2 Pedro 3:9-12). ¿Estás listo, estoy yo listo? </p><p style="text-align: justify;" class="about"><em>Herbert E. Douglass (Th.D., Pacific School of Theology) ha actuado como profesor, rector universitario y editor. Es autor de 16 libros, que incluyen Messenger of the Lord, Pacific Press, 1998) y God at Risk (Amazing Facts, 2004). Su dirección electrónica: herbdouglass@sbcglobal.net.</em></p> <p style="font-weight: bold; font-style: italic;" class="articleSection">REFERENCIAS</p> <p style="text-align: justify;" class="articleReference"><span style="font-size:85%;"><span style="font-weight: bold;">1</span>. “Ángeles están circundando el mundo, rechazando las pretensiones de Satanás a la supremacía, las que presenta debido a la gran multitud de sus adeptos. No oímos las voces de esos ángeles, ni vemos con la vista natural la obra de ellos; pero sus manos están unidas alrededor del mundo, y con vigilancia que no duerme mantienen a raya a los ejércitos de Satanás hasta que se cumpla el sellamiento del pueblo de Dios” (<em>Comentario bíblico adventista del séptimo día</em> [Boise, Idaho: Pacific Press Publ. Assoc., 1990], t. 7, p. 978). </span></p> <p style="text-align: justify;" class="articleReference"> <span style="font-size:85%;"><span style="font-weight: bold;">2</span>. “Satanás está obrando en la atmósfera; la está envenenando, y nosotros dependemos de Dios para la protección de nuestras vidas: de nuestra vida actual y eterna. Y por encontrarnos en la posición en que estamos, necesitamos estar bien despiertos, plenamente consagrados, completamente convertidos y cabalmente dedicados a Dios. Pero al parecer permanecemos inactivos como si estuviésemos paralizados. ¡Dios del cielo, despiértanos!” (Elena White, <em>Mensajes selectos</em> ([Mountain View, California: Pacific Press Publ. Assn., 1967], t. 2, p. 59).</span></p> <p style="text-align: justify;" class="articleReference"> <span style="font-size:85%;"><span style="font-weight: bold;">3</span>. “Satanás obra asimismo por medio de los elementos para cosechar muchedumbres de almas aún no preparadas. Tiene estudiados los secretos de los laboratorios de la naturaleza y emplea todo su poder para dirigir los elementos en cuanto Dios se lo permita.… Producirá enfermedades y desastres al punto que ciudades populosas sean reducidas a ruinas y desolación. Ahora mismo está obrando. Ejerce su poder en todos los lugares y bajo mil formas: en desgracias y calamidades del mar y tierra, en las grandes conflagraciones, en los tremendos huracanes y en las terribles tempestades de granizo, en las inundaciones, en los ciclones, en las mareas extraordinarias y en los terremotos. Destruye las mieses casi maduras y a ellos siguen la hambruna y la angustia; propaga por el aire emanaciones mefíticas y miles de seres perecen en la pestilencia. Estas plagas irán menudeando más y más y se harán más y más desastrosas. La destrucción caerá sobre hombres y animales” (Elena White, <em>El conflicto de los siglos</em> [Mountain View, California: Pacific Press Publ. Assn., 1977], pp. 646, 647).</span></p> <p style="text-align: justify;" class="articleReference"> <span style="font-size:85%;"><span style="font-weight: bold;">4</span>. “Se me ha mostrado que el Espíritu del Señor se está retirando de la tierra. Pronto se les negará el poder protector de Dios a todos los que continúan despreciando sus mandamientos.… La iniquidad se está convirtiendo en un asunto tan común que ya no sacude los sentidos como en un tiempo lo hacía” (Elena White, <em>Eventos de los últimos días</em> [Boise, Idaho: Pacific Press Publ. Assn., 1992], p. 28).</span></p> <p class="articleReference"> <span style="font-size:85%;"><span style="font-weight: bold;">5</span>. “Cuando la mano restrictiva de Dios se retire, el destructor comenzará su trabajo” (íd., p. 114).</span></p>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-43542421750366618032010-06-08T04:10:00.000-07:002010-06-08T04:35:21.821-07:00¿Podemos contar siempre con la proteccıon divina?<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0HPOcJNzJDgcF0Qi5CGCdz4BzFhEO-i6cPRyEokPKdOKf_W4Dr6-XnkkKyRwleducQHmmDMgFoUlN0HzCavjtKoEQGYs8nA6PqyFKCuKl0rPU3HH1lFDJ_rCkB-9xuXns97gQHQMrEXM/s1600/proteccion_divina.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 250px; height: 188px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0HPOcJNzJDgcF0Qi5CGCdz4BzFhEO-i6cPRyEokPKdOKf_W4Dr6-XnkkKyRwleducQHmmDMgFoUlN0HzCavjtKoEQGYs8nA6PqyFKCuKl0rPU3HH1lFDJ_rCkB-9xuXns97gQHQMrEXM/s1600/proteccion_divina.jpg" alt="" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span class="cap">E</span>n ocasiones solemos recordar maravillosas promesas bíblicas como el Salmo 91:11, 12: «Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán para que tu pie no tropiece en piedra». No obstante, ¿se ha preguntado alguna vez: DÓNDE ESTUVIERON LOS ÁNGELES? </div> <div> </div> <div><span class="storySubHead"><br /><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Cinco tragedias personales<br /><br /></span></span> </div> <div style="text-align: justify;">Mi querida esposa Betty y yo hemos estado en cinco grandes accidentes de automóvil, y todos nos causaron heridas severas:</div> <div> </div> <div><span class="storySubHead"><br /></span><div style="text-align: justify;"><span class="storySubHead">1. </span>El primero sucedió cuando, arrodillado en la oscuridad, trataba de instalar cadenas a las ruedas de nuestro vehículo, mientras Betty sostenía la luz. De repente, un automóvil patinó, me golpeó y me hizo volar por encima de mi automóvil hasta un montículo. El otro automóvil desapareció, y yo quedé muy golpeado. Mientras estaba en el hospital, no pude sino preguntarme: <i> ¿Por qué no me protegieron los ángeles en esa situación?</i></div></div> <div> </div> <span class="storySubHead"><br /></span><div style="text-align: justify;"><span class="storySubHead">2. </span>En la autopista de Alaska, que entonces era un camino de grava escasamente transitado, nuestro automóvil dio varias vueltas y terminó contra unas rocas. Sufrimos heridas y el vehículo quedó destruido, pero lo que más nos preocupaban eran los niños. Ronald, de tres años, no se quejaba, pero Harvey, de solo uno, estaba herido y no dejaba de gritar. La ayuda médica estaba a más de trescientos kilómetros, y nadie pudo sacarnos de allí durante dos días.<br /></div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: center;"><span class="storySubHead"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUQ3RPCHCbQ_vFagoyXC3rpqmCe_RC6o5hsfWlDjOgwLc1bcH9jdYk_q2ri02gQMgB8DmLupemc5_BOYClH27YGkiYpuMPC6ZDmzES-J5qNYfeUn9CQ_pt5v6A_kbigr9M9ww0JZuoQGbX/s1600/intext-top.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 355px; height: 33px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUQ3RPCHCbQ_vFagoyXC3rpqmCe_RC6o5hsfWlDjOgwLc1bcH9jdYk_q2ri02gQMgB8DmLupemc5_BOYClH27YGkiYpuMPC6ZDmzES-J5qNYfeUn9CQ_pt5v6A_kbigr9M9ww0JZuoQGbX/s320/intext-top.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5480360471380668034" border="0" /></a></span><span style="font-weight: bold;font-size:130%;" ><span style="color: rgb(255, 255, 0); font-style: italic;">Solemos oír grandes historias </span><br /><span style="color: rgb(255, 255, 0); font-style: italic;">en las que Dios sin duda brinda </span><br /><span style="color: rgb(255, 255, 0); font-style: italic;">su protección. Pero en nuestra </span><br /><span style="color: rgb(255, 255, 0); font-style: italic;">vida, esa</span><span style="color: rgb(255, 255, 0); font-style: italic;" class="blurbRight"> protección a<br />menudo pareció </span></span><span style="font-weight: bold;font-size:130%;" ><span style="color: rgb(255, 255, 0); font-style: italic;" class="blurbRight">estar ausente.</span></span><br /></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0aJiXLos6s1G__crd4NeJ742hWLO5AKZOcOkny_BeFYmdTG8yES6_n0oAOqKLuvE4kbhma34STUDRCu2DnDGLyhqAEYBo8x5yNa-XBca5hck-1l-QwDAW6bwzUIdLKUSxwp-Z9237W03D/s1600/intext-bottom.jpg"><img style="display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center; cursor: pointer; width: 355px; height: 33px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0aJiXLos6s1G__crd4NeJ742hWLO5AKZOcOkny_BeFYmdTG8yES6_n0oAOqKLuvE4kbhma34STUDRCu2DnDGLyhqAEYBo8x5yNa-XBca5hck-1l-QwDAW6bwzUIdLKUSxwp-Z9237W03D/s320/intext-bottom.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5480364739474464050" border="0" /></a><span class="storySubHead"><br /></span>¡Esa sí que fue una situación estresante! Pero, ¿y nuestros ángeles?<br /><br /><div style="text-align: justify;"><span class="storySubHead"><span style="font-weight: bold;">3</span>. </span>Avanzábamos por una calle principal cuando de pronto apareció un automóvil que golpeó la puerta de Betty. Nuestro auto quedó destrozado. El otro conductor dijo que el sol lo había cegado. ¡Imagínense las heridas que sufrió mi esposa! Pero, ¿por qué no nos protegieron los ángeles? </div><div> </div> <div style="text-align: justify;"><span class="storySubHead"><span style="font-weight: bold;"><br />4</span>. </span>Regresábamos a casa por un paso montañoso cuando comenzó a caer la primera nevada del año. Al llegar a una zona estrecha, entre una colina y un precipicio, un auto que pasaba patinó y nos chocó de frente. Betty sufrió serias heridas; yo logré salir rengueando para ver a las personas del otro vehículo. Las dos ancianas que estaban allí dijeron que éramos una respuesta a sus oraciones, porque las habíamos salvado de que cayeran al vacío. </div> <div> </div> <div>Pero, ¿por qué los ángeles no nos protegieron también a nosotros?</div> <div> </div> <div style="text-align: justify;"><span class="storySubHead"><span style="font-weight: bold;"><br />5</span>.</span> En este incidente final, una gran camioneta nos chocó del lado del conductor, y tanto Betty como yo sufrimos graves heridas que me impidieron trabajar. Para colmo, la cobertura del seguro del otro conductor era mínima, por lo que tuvimos que usar la mayoría de nuestros ahorros para cubrir los gastos.</div> <div> </div> <div>¿Por qué nos sucedió todo esto? ¿DÓNDE ESTABAN LOS ÁNGELES? </div> <div> </div> <div style="font-weight: bold; font-style: italic;"><span class="storySubHead"><br />Entendamos las promesas</span> </div> <div><div style="text-align: justify;"><br />Solemos oír grandes historias en las que Dios sin duda brinda su protección. Pero en nuestra vida, esa protección a menudo parece estar ausente. ¿Ayudan los ángeles a algunos hijos de Dios más que a otros? ¿Nos protegen solo en algunas ocasiones y lugares?<br /></div><br /><div style="text-align: justify;"> ¿Qué decir de David, el probable autor del salmo citado? David pasó muchos años escapando porque lo querían matar, ¿no es así? ¿Y qué decir de Cristo, que después del bautismo fue llevado al desierto, donde estuvo sin alimentos o agua durante cuarenta días? Resulta irónico que el mismo diablo le citó el Salmo 91: «Si eres hijo de Dios –le dijo–, tírate abajo, pues escrito está: “A sus ángeles mandará acerca de ti”; y: “En sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra”» (Mat. 4:6).<br /></div><br /><div style="text-align: justify;"> Pero notemos lo que el diablo no dijo: «Cuando Satanás citó la promesa: “A sus ángeles mandará acerca de ti”, omitió las palabras: “que te guarden en todos tus caminos”; es decir, en todos los caminos que Dios haya elegido» (Elena White<i>, El Deseado de todas las gentes, p. 101</i>). «Reconócelo en todos tus caminos –dice la Biblia– y él hará derechas tus veredas» (Prov. 3:6).</div></div> <div> </div> <div style="font-weight: bold; font-style: italic;"><span class="storySubHead"><br />La autorización divina</span> </div> <div><div style="text-align: justify;"><br />Los caminos que Dios elige no constituyen una garantía de una vida fácil, pero sí nos garantiza su cuidado protector.<br /></div><br /><div style="text-align: justify;"> Consideremos estas alentadoras palabras: «Cristo vivía rodeado de la presencia del Padre, y nada le aconteció que no fuese permitido por el Amor infinito para bien del mundo. Esto era su fuente de consuelo, y lo es también para nosotros. El que está lleno del Espíritu de Cristo mora en Cristo […].Nada puede tocarlo sin el permiso de nuestro Señor; y “todas las cosas” cuya ocurrencia es permitida, “los ayudan a bien” “a los que aman a Dios” (Romanos 8:28)» (<i>El discurso maestro de Jesucristo, p. 63</i>).<br /></div><br /><div style="text-align: justify;"> Esta autorización divina se hace evidente en la experiencia de Job. Cuando Satanás quiso tentarlo con pruebas, Dios le puso límites. Y así como sucedió con Cristo cuando rogó ser librado en el Getsemaní, Dios nos trata en términos de tiempo y eternidad. Satanás procura siempre nuestra destrucción, y Cristo nos advirtió que las dificultades vendrán. Pero Dios usará cada prueba para desarrollar nuestro carácter.<br /></div><br /><div style="text-align: justify;"> Pablo lo explica en Romanos 5:1-5. No solo deberíamos apreciar la paz y la seguridad que resulta de una relación de fe con Cristo, sino que también deberíamos gloriarnos en las tribulaciones, «sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no nos defrauda, porque el amor de Cristo ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado».<br /></div><br /><div style="text-align: justify;"> Elena White lo expresa así: «El hecho de que somos llamados a soportar pruebas demuestra que el Señor Jesús ve en nosotros algo precioso que quiere desarrollar» (<i>El ministerio de curación, p. 373</i>).<br /></div><div style="text-align: justify;"> Sí, el ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen, y nos defiende de todo daño duradero, según el plan de nuestro amante Dios (véase Sal. 34:7; Jer. 29:11). El eterno Dios es por cierto nuestro refugio «y sus brazos eternos son tu apoyo» (Deut. 33:27).<br /></div><br /><div style="text-align: justify;"> Por ello, cobremos ánimo. Sus promesas de protección y cuidado son ciertas. «Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis» (Jer. 29:11). «No temas porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia» (Isa. 41:10). </div></div> <div> </div> <span class="storyAuthor"><br />_____________________________________________________________________<br /><span style="font-style: italic;">J. Stanley McCluskey es un farmacéutico jubilado. Escribe desde Naches, Washington.</span></span><br /><span class="storySubHead"><br /></span>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-68138989521862740212010-05-05T08:12:00.001-07:002010-05-05T08:23:22.520-07:00El maravilloso plan de Dios para usted y sus familia<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCZ3-350G9NsVbcYCSiKwnZCmIn-wWpWp8ocapLRNtTOvGWTniVfeIoQdrD97uAG8H8T9B9wcuyu_PfATiHkstYf65H2LKSNATl7hEuG3Ps3eEZ06l8QXCHSu-LP6YUB5H-BJ_X415CU0/s1600/famiia_orando.png"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 220px; height: 269px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCZ3-350G9NsVbcYCSiKwnZCmIn-wWpWp8ocapLRNtTOvGWTniVfeIoQdrD97uAG8H8T9B9wcuyu_PfATiHkstYf65H2LKSNATl7hEuG3Ps3eEZ06l8QXCHSu-LP6YUB5H-BJ_X415CU0/s1600/famiia_orando.png" alt="" border="0" /></a><em>Por: Ricardo Bentancur</em><br /><br /><p style="text-align: justify;">Se ha roto la postal del amor. La foto de la felicidad, la pareja abrazada con una amplia sonrisa de ilusiones, duerme amarillenta en algún álbum empolvado del desván. El sueño del hogar feliz se transformó en la pesadilla de padres separados y de hijos que sufren el abandono o el maltrato.<br /></p><p style="text-align: justify;">La familia tradicional, constituida por el padre, la madre y los hijos, está siendo sustituida por la familia monoparental (madre sola o padre solo con sus hijos), la familia ensamblada, o la de <em>Los tuyos, los míos y los nuestros </em>(nueva pareja con hijos de matrimonios anteriores), la familia extendida (quienes viven con parientes u otros integrantes), la pareja con cama afuera, los “desacompañados” o solos, y otras fórmulas de asociaciones exóticas, y muchas veces perversas, como las “parejas de tres” o las de homosexuales con hijos adoptivos.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;">La crisis que vivimos es colosal y desestabilizadora. Pero lo abrumador no es que estemos en crisis, porque hace mucho que vivimos en este estado de cosas; lo nuevo es la intensidad de la crisis. Por otra parte, los hogares convencionales que sobreviven a los embates de los cambios, muchas veces son el triste espectáculo de maltratos, abusos, incesto y violencia. Otros permanecen enzarzados en pleitos y disputas, alimentando odios y resentimientos. El hogar dejó de ser un refugio placentero para muchos, perdió esa cualidad de espacio íntimo de tregua y refrigerio. En todo caso es un buen hotel.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;">Pero a pesar de esta embestida violenta que hoy padece la familia por parte de una cultura y sociedad seculares, hay esperanza: Dios tiene un plan para rescatar, dignificar y fortalecer la familia. Ese plan se describe en la Santa Biblia.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;">La Biblia nos habla del amor del Padre eterno hacia sus hijos terrenales. A menudo, este amor es mal entendido y rechazado, pero siempre está al alcance de quien lo busca, gracias a la iniciativa de un Dios que procura la felicidad del hombre.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;">La familia, creación divina más que ingenio humano, es un símbolo del inmutable amor de Dios por sus hijos. Además de instituir tan sagrada institución, el Creador la exaltó cuando descendió para nacer como los hombres, formar parte de una familia humana, participar de nuestra condición, sin pecar, y abrirnos la posibilidad de reintegrarnos a la familia universal de Dios.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;">No es casual que el primer milagro que haya hecho Nuestro Señor Jesucristo haya sido en una boda (S. Juan 2:1-11). En el salón de fiestas, donde los amigos se habían reunido para celebrar un acto que conlleva una profunda alegría, nuestro Señor Jesucristo comenzó su ministerio público. Con su presencia, Jesús aprobó y consagró el matrimonio entre el hombre y la mujer como el estado ideal del ser humano, y celebró la alegría de los contrayentes.<br /></p><p style="text-align: justify;">Porque una boda celebrada en el temor de Dios respira la santa bendición del Edén, cuando Dios dijo en su amor por el hombre: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él” (Génesis 2:18). Por lo tanto, el matrimonio conyugal y la familia que se forma de esta unión son dones que nos han llegado desde el mismo origen de la raza humana.</p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;">En este número dedicado esencialmente a la familia, recordamos que Dios quiere ser el tercer Socio en la relación conyugal. Por eso, la licenciada Adly Campos, mediante estudios bíblicos, nos enseña cómo abrirle un espacio al Creador en nuestra familia. Estudiemos con devoción cada texto sagrado en búsqueda de la fuente de poder eterno. Recuerde que “si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican” (Salmo 127:1).</p><p style="text-align: justify;">Fuente: <a href="http://www.elcentinela.com/?p=article&a=40060022500.645"><span style="color: rgb(153, 0, 0);">Revista El Centinela.</span></a> Mayo 2010<br /></p>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-62625781550223546032010-04-08T05:38:00.000-07:002010-04-08T06:20:41.420-07:00El Santuario y Su Purificación<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAC4w0FZW-B7gXXEAGdw-DyYg-bPx54JvpXpWeW09OnBbJA0-H90vLgGS5oEixhu9PPSPWBnPvoepkgQ6XbFO32cnPAqgrhnGyq2aAknmoJDBEwG2nFFSyJXDfO4HoIN4Ndh2Fw-9UWBk/s1600/0614164.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 220px; height: 293px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAC4w0FZW-B7gXXEAGdw-DyYg-bPx54JvpXpWeW09OnBbJA0-H90vLgGS5oEixhu9PPSPWBnPvoepkgQ6XbFO32cnPAqgrhnGyq2aAknmoJDBEwG2nFFSyJXDfO4HoIN4Ndh2Fw-9UWBk/s1600/0614164.jpg" alt="" border="0" /></a><span style="font-style: italic;">Por: </span><span style="font-style: italic;" class="bodytext">Ángel Manuel Rodríguez</span><span style="font-style: italic;"><br /><br /></span><div style="text-align: justify;">El mapa político del antiguo Medio Oriente estaba a punto de entrar en un proceso de cambio significativo. Era el año 550 a.C., y Astiages, rey de Media, y Ciro, de Persia, estaban empeñados en una guerra de supervivencia. Lamentablemente para Astiages, su ejército fue derrotado, y Ciro asumió el control del reino Medo. Un nuevo imperio estaba en proceso de nacimiento. Ciro dedicó tres años a establecer el control de las tierras que les había arrebatado a los medos. Luego, en el año 547 a.C. se lanzó hacia el oeste a la conquista de Lidia. (1) El futuro imperio empezó a crecer y extendía sus poderosos tentáculos, engullendo a otras naciones en sus guerras expansionistas.<br /></div><p style="text-align: justify;" class="bodytext"> En el año 547 a.C. Daniel tuvo la visión que se registra en el capítulo 8 de su libro. (2) En ella fue transportado de Babilonia a la ciudad persa de Susa. Esta experiencia ya era una señal de la transformación radical que la tierra habría de experimentar merced al colapso del imperio babilónico y el surgimiento del imperio Medo-Persa. La información registrada en el resto del capítulo no fue producto de la invención de Daniel. La visión, dice, se le mostró a él (véase el vers. 1). El fue simplemente el receptor de la revelación divina que abarcaría un largo período de tiempo desde la época del profeta hasta un "distante futuro" (vers. 26). </p><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>I.</strong> <strong>LA VISIÓN DE DANIEL 8 </strong></p><div style="text-align: justify;"> </div><div align="left"> </div> <p class="bodytext" align="left"><strong><em><br /></em></strong></p><p class="bodytext" align="left"><strong><em>A.</em></strong> <strong><em>El carnero y el macho cabrío<br /> </em></strong></p><div style="text-align: justify;"> En la visión Daniel se encontraba en la ribera de un río cerca de Susa, donde vio a un carnero con dos largos cuernos, uno más alto que el otro. El carnero arremetía hacia el oeste, el norte y el sur, y nadie era capaz de mantenerse en pie delante de él. Hizo cuanto quiso y se engrandeció. El ángel dijo a Daniel que el carnero representaba al imperio Medo-persa (vers. 20). Cuando el profeta tuvo la visión, el carnero todavía estaba atacando a Lidia en el oeste.<br /> Después, el profeta vio a un macho cabrío que venía del oeste a tal velocidad, que daba la impresión de que venía volando (vers. 5). Tenía un cuerno largo entre los dos ojos. Este animal representaba al reino de Grecia; el cuerno representaba a Alejandro el Grande (vers. 21 ). Le tomó unos cuatro años a Alejandro (334-331 a.C.) destruir al imperio Medo-persa. Pero el conquistador murió muy joven, "estando en su mayor fuerza" (vers. 8), y dejó al imperio sin un sucesor competente. Como resultado, el imperio sufrió un debilitamiento desde adentro y finalmente se dividió en cuatro secciones: Macedonia, Asia Menor, Siria y Egipto.<br /> Si comparamos esta sección de la visión con Daniel 7, notamos que Daniel 8 no tenía símbolo para Babilonia. ¿Por qué? Quizá porque desde la perspectiva divina Babilonia ya pasaba a la historia y un nuevo imperio mundial empezaba a tomar lugar. Un historiador ha dicho que "estratégicamente, la conquista de Babilonia por Ciro comenzó con la campaña contra Lidia [547, a.C.]". (3) Otra razón, quizá aún más importante, tiene que ver con el elemento de tiempo profético mencionado en Daniel 8:14. Trataremos esto más tarde. </div> <div align="left"> </div> <p class="bodytext" align="left"><strong><br /></strong></p><p class="bodytext" align="left"><strong>B.</strong> <strong>El cuerno pequeño</strong></p> <div align="left"> </div> <p class="bodytext" align="left"><strong><em><br /></em></strong></p><p class="bodytext" align="left"><strong><em>1.</em></strong> <strong><em>Origen del cuerno pequeño<br /> </em></strong></p><div style="text-align: justify;"> Ha sido muy difícil para los estudiosos de la Biblia establecer el origen del cuerno pequeño introducido en Daniel 8:9. El principal problema tiene que ver con la conexión entre la última parte del versículo 8 y la primera parte del versículo 9. Describiendo la división del imperio griego, Daniel dice: "y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo". Luego introduce al cuerno pequeño: "y de uno de ellos salió un cuerno pequeño". La pregunta es, ¿a quién se refiere la frase "de uno de ellos"? ¿Cuál es el antecedente? ¿Los cuernos o los vientos del cielo?<br /> El texto hebreo mismo nos da la respuesta. En hebreo, los nombres y los pronombres tienen género; o son masculinos o femeninos. Si el género de un nombre es masculino, un pronombre que se refiera a él debe ser masculino. Esta sencilla regla nos ayuda a identificar el lugar de origen del cuerno pequeño. Los géneros de los nombres y de los pronombres en Daniel 8:8 y 9 son los siguientes: "...cuatro cuernos [femenino] ... cuatro vientos [femenino] de los cielos [plural, masculino]". "Y de uno [femenino] de ellos [masculino]...". Al observar detenidamente la concordancia del género encontramos sólo una opción. El pronombre "ellos" no puede referirse al antecedente "cuernos", porque "cuernos" es femenino y "ellos" es masculino. "Ellos" puede referirse únicamente a "cielos" que es plural y masculino en hebreo. El numeral "uno" debe referirse a "vientos" porque ambos son femeninos. Podemos, entonces, parafrasear el versículo 9 como sigue: Y de uno [de los vientos] de ellos [del cielo] salió un cuerno. (4)<br /> El cuerno pequeño no salió de ninguno de los cuernos griegos, sino de uno de los cuatro puntos cardinales. Así se indicó que el cuerno era un nuevo poder, no un fruto de los cuatro cuernos previamente mencionados. </div> <div align="left"> </div> <p class="bodytext" align="left"><strong><br /></strong></p><p class="bodytext" align="left"><strong>2.</strong> <strong>La obra del cuerno pequeño<br /> </strong></p><div style="text-align: justify;"> La descripción de la obra y las actividades del cuerno pequeño provista por Daniel nos ayuda a definir su naturaleza. El texto hebreo llama a este cuerno "un cuerno de pequeñez", sugiriendo que "surgió de pequeños comienzos y se desarrolló en varias direcciones, adquiriendo inmensa fortaleza". (5)<br /> </div><p class="bodytext" align="left"></p> <p class="bodytext" align="left"><strong><br /></strong></p><p class="bodytext" align="left"><strong>a. </strong> <strong>Expansión horizontal<br /> </strong></p><div style="text-align: justify;"> Daniel usa varios verbos para describir las actividades del cuerno pequeño. Posiblemente el más importante sea "creció mucho" (heb. <em>gadal</em>, "crecer, ser grande"), y en el versículo 9 describe las conquistas militares y políticas del cuerno pequeño. El cuerno creció por expansión militar. El mismo verbo se usa para describir la expansión militar del carnero (vers. 4) y del macho cabrío (vers. 8). Este verbo usado por Daniel para describir el poder militar de los imperios mundiales sugiere que el cuerno pequeño es otro imperio.<br /> Al igual que Medo-Persia y Grecia, el cuerno pequeño creció o llegó a ser grande por la conquista de otras naciones. Se extendió hacia el sur, el este y la tierra de Israel, llamada por Daniel "la tierra gloriosa" o "La tierra de la hermosura" (Dan. 11 :16 (Dios Habla hoy). Esta expansión horizontal marcó la primera etapa del crecimiento del cuerno pequeño y fue fundamentalmente militar y política en naturaleza. (6)</div> <div align="left"> </div> <p class="bodytext" align="left"><strong><br /></strong></p><p class="bodytext" align="left"><strong>b.</strong> <strong>Expansión vertical<br /> </strong></p><div style="text-align: justify;"> El versículo 10 introduce la segunda etapa de crecimiento del cuerno pequeño y una vez más encontramos el verbo "crecer/hacerse grande". Esta vez el cuerno se extiende hacia arriba, hacia el ejército del cielo. Aquí empieza a producirse un nuevo desarrollo. El cuerno pequeño hace algo que ninguno de los otros imperios mencionados en Daniel 8 había hecho. La expansión militar de aquellas otras potencias quedó limitada exclusivamente al plano horizontal.<br /> El cuerno pequeño ha experimentado un cambio radical en su búsqueda del poder. Su naturaleza se ha transmutado de un poder militar y político en religioso. Lleva sus luchas por el poder hasta un nuevo nivel, es decir, el celestial. Este poder procura lograr lo que había sido la aspiración de Satanás (Isa. 14:12-14). A semejanza de Lucifer, y en contraste con los dos reinos anteriores, el cuerno pequeño parece creer que tiene el derecho y la libertad de extender su control político y religioso hasta los mismos cielos, a la morada de Dios.<br /> Deberíamos notar que a causa de la doble expansión del cuerno pequeño, Daniel 8:9-14 combina dos diferentes tipos de lenguaje e imágenes. Encontramos lenguaje e imágenes militares combinados con lenguaje y conceptos usados en el santuario a medida que el profeta trata de describirnos la obra y la verdadera naturaleza de este poder. El cuerno pequeño ha llegado a ser una potencia políticorreligiosa que lanza un ataque militar contra el mismo centro del universo: el santuario celestial.<br /> Vemos la expansión vertical del cuerno pequeño en los siguientes detalles:</div> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>(1)</strong> <strong>El cuerno pequeño y el ejército del cielo.<br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong>Tan pronto como el cuerno pequeño se volvió hacia arriba tuvo que enfrentar a los ejércitos del Señor llamados por Daniel "el ejército del cielo" (vers. 10). Esta frase se usa en el Antiguo Testamento de diversas maneras. El nombre "ejército" designa "tropas, un ejército" (véase Deut. 20:9; 1 Rey. 2:5; Sal. 44:9; 60:10). Cuando se usa en relación a Dios (ejército del Señor), puede designar al pueblo de Israel como un ejército (Exo. 6:26; 7:4). En otros pasajes "el ejército de los cielos" son los ángeles de Dios (1 Rey 22:19; Sal, 103:19-21). El Jefe del ejército es el Príncipe del ejército celestial (Jos. 5:14), quienes son "ministros suyos." (Sal. 103:21).<br /> En Daniel el ejército y las estrellas de los cielos (8:10) se refieren particularmente a los santos como blancos de los ataques del cuerno pequeño (vers. 24). Son parte del ejército de Dios. El cuerno pequeño es capaz de derribar a <em>algunos</em> del ejército y de las estrellas, lo cual sugiere que su victoria no es absoluta. El verbo "echar por tierra/pisotear" tiene aquí la connotación de una derrota militar de alguien. El cuerno pequeño incluso pisoteó al ejército. El verbo "pisotear/hollar" enfatiza aún más las ideas de derrota (cf Isa. 41:25), humillación y falta de poder (Isa. 28:3; 26:5, 6). El ejército es incapaz de vencer al cuerno pequeño (cf. Dan. 8:7).<br /> "Ejército" combina los conceptos militar y religioso porque designa al ejército <em>del Señor</em>. El cuerno pequeño está en guerra contra Dios mismo, por lo tanto, su victoria es parcial. </p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>(2) El cuerno pequeño y el Príncipe.</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong>El cuerno pequeño se mueve hacia arriba en dos etapas. En la primera ataca al ejército del cielo, pero en la segunda se engrandece contra el Príncipe del ejército (véase el vers. 11 ). Este Príncipe se menciona en Josué 5:14. Es un ser celestial que está a cargo de los ejércitos celestiales. Josué era también comandante de los ejércitos celestiales de Dios sobre la tierra. Ambos ejércitos trabajaron juntos para derrotar a Jericó. En Daniel el término Príncipe se usa para referirse al Mesías, llamado Miguel el Príncipe en Daniel 10:13, 21; 12:1 (cf. 9:25). Este personaje desempeña funciones sacerdotales y regias.</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>(a) Obra del Príncipe: </strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><br /><strong></strong> Daniel 8:11 muestra que el Príncipe está a cargo del "continuo", llamado en hebreo el <em>tamid</em>. Este término se usa con bastante frecuencia en los servicios del santuario del Antiguo Testamento. Dios ordenó a los sacerdotes realizar ciertas actividades continuamente en el santuario. Por ejemplo, debían mantener las lámparas ardiendo continuamente (Exo. 27:20), el incienso debía quemarse continuamente (Exo. 30:8), el fuego del altar debía arder continuamente (Lev. 6:13), y debía haber una ofrenda encendida en el altar continuamente (Exo. 29:42). El término <em>tamid</em> o "continuo", resume en forma precisa la obra diaria de los sacerdotes en el lugar santo durante todo el año. Esta palabra nunca se asocia con la obra del sumo sacerdote en el lugar santísimo durante el día de expiación.<br /> En la visión Daniel vio al Príncipe celestial en el santuario celestial realizando los servicios diarios. El suyo era un ministerio de mediación e intercesión en favor de Su pueblo, tipificado por la obra del sacerdocio levítico en el lugar santo del santuario terrenal. Por tanto, este Príncipe es el sumo sacerdote mencionado en Hebreos 8:1, 2 quien está oficiando "en el santuario, el verdadero tabernáculo que levantó el Señor y no el hombre" (vers. 2); y que vive "siempre para interceder" por nosotros (Heb. 7:25; cf. Rom. 8:34; 1 Tim. 2:5). El fue calificado para fungir como sumo sacerdote en el templo celestial (Heb. 4:14-5:10; 9:11, 12) a través de su encarnación, su muerte sacrificial, su resurrección y su ascensión. </p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>(b) Se quita el continuo:</strong><br /></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Notamos que el cuerno pequeño no puede derrotar o matar al Príncipe. Sólo le arrebata el continuo/<em>tamid</em>. El cuerno pequeño se adjudica aquello que era obra exclusiva del Príncipe en el santuario celestial. Este es el significado de la frase "y por él fue quitado el continuo".<br /> El verbo hebreo traducido como "quitar" (<em>rum</em>) tiene varios significados (ser alto, surgir, exaltar, ser quitado, levantar). La forma verbal usada en Daniel 8:11 significa "ser quitado, ser exaltado", y se usa en los servicios del santuario para designar la acción de quitar de las víctimas sacrificiales la porción que iba al altar (por ejemplo, véase Lev. 4:8, 10). El significado del verbo en Daniel puede definirse mejor por la preposición usada con él. El continuo es quitado "de". Siempre que el verbo <em>rum</em> es usado acompañado por esa preposición, siempre expresa la idea de separación. Algo es separado de alguien o algo (por ejemplo. véase Exo. 29:27; Lev. 4:10; 1 Sam. 2:8; Sal. 113:7; Isa. 57:14). A veces separar o quitar a alguien de entre otros resulta en exaltación (por ejemplo, véase 1 Rey. 14:7; Sal. 113:7, 8), pero la idea fundamental del verbo continúa siendo la de "quitar de". Sólo el contexto indicará si la idea de exaltación está presente.<br /> El cuerno pequeño le arrebató el continuo al Príncipe usurpando su obra sacerdotal. Al arrogarse a sí mismo la obra del Príncipe, el cuerno pequeño hace ineficaz la mediación del Príncipe para aquellos que apoyan sus aspiraciones políticas y religiosas. </p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>(c) Derriba el lugar de su santuario</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong> Después, el cuerno pequeño echó por tierra "el lugar de su santuario" (Dan. 8:11). El verbo "echar por tierra/derribar" (<em>shalak</em>) fue usado en el versículo 7 para describir la victoria del macho cabrío sobre el carnero. Y en el versículo 10 se empleó un sinónimo para indicar la derrota del ejército a manos del cuerno pequeño. Cuando un enemigo o un ejército es derribado claramente indica una derrota. Pero aquí en Daniel 8:11, lo que es echado por tierra no es una persona sino el lugar de su santuario. Uno podría argüir que en este caso el verbo significa algo como "destruir, arruinar" (cf. 2 Rey. 23:12; Eze. 5:4; Amós 8:3; Exo 32:19). Significaría entonces que el cuerno pequeño arruinó el lugar de su santuario donde el Príncipe oficiaba. Esta podría ser la interpretación, pero parece haber una mejor.<br /> El verbo hebreo <em>shalak</em>, "derribar", "echar" se usa en hebreo en una forma similar al equivalente en español. En ambos lenguajes el verbo "derribar", "echar" con mucha frecuencia lleva una preposición. Algo se derriba "al piso" (Dan. 8:7), "detrás de tus espaldas" (1 Rey. 14:9), de algún lugar (2 Rey. 14:20), en algún lugar (Amós 8:3) "sobre" alguien (2 Sam. 11:21 ), "fuera de las puertas" (Jer. 22:19), etc. El significado del verbo es alterado de alguna manera por la preposición que lleva.<br /> En Dan. 8:11 el verbo <em>shalak </em>"derribar", "echar", no va acompañado de una preposición o un adverbio, aparece solo. El texto dice simplemente: "el lugar del santuario fue derribado, echado". La traducción en español no hace sentido a menos que se le añada una frase adverbial. La versión Reina Valera revisada 1960 dice "su santuario fue echado por tierra". La frase adverbial "por tierra" no está en el original. Daniel 8:11 no es el único pasaje en el Antiguo Testamento donde este verbo se encuentra solo, sin una preposición o un adverbio. En esos otros pasajes el verbo "derribar/echar" se usa para expresar la idea de rechazo o abandono. Por ejemplo, soldados desesperados tratando de escapar del enemigo han "echado" (abandonado) su equipo (2 Rey. 7:15); un olivo "echa" (descarta) sus flores (Job 15:33); los israelitas no "echaron" (abandonaron, rechazaron) sus ídolos (Eze. 20:8; cf. Isa. 2:20); los muertos de las naciones serían echados (abandonados), es decir, no serían enterrados (Isa. 34:3; cf. Jer. 36:30); el salmista ora "no me deseches (rechaces, abandones) en el tiempo de la vejez" (Sal. 71:9). Estos ejemplos muestran que el verbo "echar", "derribar" puede ser sinónimo de verbos como "rechazar, abandonar, dejar".<br /> En Daniel 8:11 el cuerno pequeño "desecharía" o "derribaría", en el sentido de rechazar, abandonar o dejar "el lugar de su santuario". La palabra hebrea traducida "lugar" se usa en el Antiguo Testamento para designar la morada de Dios, es decir, el santuario celestial (1 Rey 8:39, 43), así como el santuario terrenal (vers. 13). También puede referirse a un fundamento literal o metafórico (Sal 89:14). Daniel 8:11 es el único pasaje en el Antiguo Testamento donde encontramos la frase "lugar de su santuario". "Lugar" puede muy bien significar aquí "fundamento" en un sentido metafórico; es decir, podría referirse a la misma esencia y al propósito del santuario. Esta aplicación sería similar a la que encontramos en el Salmo 89:14, donde el "cimiento de tu trono" no es literal sino metafórico, es decir, "justicia y juicio", designando así los principios fundamentales sobre los cuales está establecido el trono de Dios.<br /> Una cuidadosa lectura de Daniel 8:11 sugiere que hay una estrecha conexión entre el quitar el continuo y el acto de echar por tierra el lugar de su santuario. El mismo propósito del santuario está directamente relacionado con la obra del Príncipe mesiánico, es decir, Su obra de mediación, intercesión, y perdón de los pecados. Al apropiarse el ministerio continuo del Príncipe, el cuerno pequeño rechaza, de hecho, el mismo fundamento del santuario celestial como un centro de mediación y perdón. </p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>(d) Un ejército sobre el continuo: </strong><br /></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext">Otra actividad del cuerno pequeño se describe en el versículo 12: "Le fue entregado el ejército junto con el continuo". El texto hebreo es un tanto oscuro aquí, pero "la traducción más plausible... es 'así un ejército será establecido [<em>nathan</em>] sobre el continuo... en un acto de rebelión'" (7) Cuando <em>nathan</em> ("dar") se usa con la preposición "sobre" (<em>cal</em>) a menudo significa "poner a alguien sobre," "establecer sobre" (cf. Dan 11:21). (8) Lo que el texto parece decir es que una vez que el cuerno pequeño se apropió del continuo, inmediatamente estableció un ejército sobre él para controlarlo o ministrarlo.<br /> La frase hebrea "a causa de la prevaricación" es difícil de traducir. La versión Dios Habla Hoy la rinde así: "perversamente...", sugiriendo que lo que le ocurrió al continuo y al santuario fue el resultado de la rebelión del pueblo de Dios, y que él lo estaba castigando. Pero este punto de vista no parece ser correcto porque el libro de Daniel nunca considera la persecución y el sufrimiento de los santos como castigo por sus pecados. (9) Ellos, como Daniel y sus compañeros, son perseguidos a causa de su inconmovible lealtad a Dios. Esta transgresión o rebelión "es ciertamente la ofensa del cuerno pequeño". (10) Podemos, entonces, traducir la frase hebrea como "en el curso de la transgresión" o "en el acto de la rebelión".<br /> Daniel nos está informando que la obra del cuerno pequeño contra el continuo y contra el santuario celestial es, en esencia, la manifestación de un espíritu de rebelión contra Dios. Su obra puede ser definida por medio de una sola palabra: "rebelión" (hebreo, <em>peshac</em>). <em>Peshac</em> es uno de los términos hebreos más fuertes para designar al pecado en el Antiguo Testamento porque lo presenta como un ataque contra la soberanía de Dios. La persona "que comete un <em>peshac</em> no simplemente se rebela contra Yahweh o se levanta contra él, sino que rompe con él, se lleva aquello que le pertenece sólo a El, le roba, lo defrauda, pone sus manos sobre aquello que le pertenece a El." (11) Esta definición del término <em>peshac</em> describe en forma precisa la actividad del cuerno pequeño. </p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>(e) Echó por tierra la verdad:</strong><br /></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Finalmente, el cuerno pequeño echa por tierra la verdad. El profeta usa una vez más el verbo "echar/lanzar", pero esta vez está seguido de una frase que indica la dirección de esa acción ("echó por tierra"). "Verdad", en este contexto parece referirse a la verdad acerca del continuo del santuario. Por tanto, la declaración "echó por tierra la verdad" es un resumen de la obra del cuerno pequeño. Esta verdad es lo suficientemente abarcante como para incluir la revelación del plan de redención de Dios como la manifestación de su voluntad para nuestras vidas (cf. Mal. 2:5-8). La expresión "echar por tierra la verdad" debe comprenderse metafóricamente. Significa despreciar, desconsiderar, rechazar la verdad. Estas ideas ya están presentes en el contexto.<br /> La descripción de la obra del cuerno pequeño termina con la declaración "y prosperó" (Dan. 8:12). El cuerno pequeño creció en poder sin ninguna oposición significativa, alcanzando incluso a los cielos. Pero este estado de cosas no iba a ser permanente. </p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>C.</strong> <strong>La pregunta: "¿Hasta cuándo... ?"</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong> Hacia el fin de la visión Daniel oyó una conversación entre dos seres celestiales llamados santos. La frase "santos" es una forma muy peculiar de referirse a los ángeles. Pero en un pasaje como éste, que se interesa en los servicios del santuario, este uso sería apropiado. Aquellos que ofician con el Príncipe en el "santuario" <em>qodesh</em> celestial son <em>qedoshim</em>, "santos". </p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>1. Estructura de la pregunta</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong> Uno de los ángeles le hizo al otro una importante pregunta: "¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados" (Dan. 8:13). La partícula interrogativa "¿Hasta cuándo?" coloca el énfasis principal de la pregunta al final del período de tiempo y por eso se rinde en español "¿Hasta cuándo?" (12) Que tal es el caso queda indicado también por la forma en que expresa la respuesta: "Hasta... Entonces..." (vers. 14). Hasta (<em>cad</em>) se usa en sentido temporal para referirse al "tiempo <em>antes</em> que un evento tenga lugar". (13) El evento que pone fin al período de tiempo es introducido por la partícula "entonces".<br /> A fin de comprender la respuesta dada a la pregunta, deberíamos entender primero la pregunta misma. Una traducción literal es "¿hasta cuándo la visión (<em>chazon</em>), el diario (<em>tamid</em>), y la rebelión (<em>peshac</em>) que causan desolación para entregar tanto al santuario como al ejército para ser hollados?" El texto hebreo no dice "la visión de/concerniente a la <em>ofrenda continua quemada</em>." Lo que hallamos, más bien, es una partícula interrogativa seguida por varios nombres referentes a lo que Daniel había visto antes:<br /> </p> <table align="center" bordercolor="#ffffff" width="85%"> <tbody> <tr bordercolor="#FFFFFF" bgcolor="#ffffff"> <td class="bodytext" height="22" width="20%">Hasta cuándo </td> <td height="22" width="3%"><br /></td> <td height="22" width="77%"><br /></td> </tr> <tr bordercolor="#FFFFFF" bgcolor="#ffffff"> <td class="bodytext" width="20%">la visión (<em>chazon</em>)</td> <td width="3%"><br /></td> <td class="bodytext" width="77%">Esto se refiere a Daniel 8:11: 'Apareció una visión (<em>chazon</em>) a mí". </td> </tr> <tr bordercolor="#FFFFFF" bgcolor="#ffffff"> <td class="bodytext" width="20%">el continuo (<em>tamid</em>)</td> <td width="3%"><br /></td> <td class="bodytext" width="77%">Se refiere a la obra del Príncipe del ejército (vers. 11). </td> </tr> <tr bordercolor="#FFFFFF" bgcolor="#ffffff"> <td class="bodytext" width="20%">la rebelión (<em>peshac</em>)</td> <td width="3%"><br /></td> <td class="bodytext" width="77%">Designa el ataque del cuerno pequeño contra el Príncipe y el santuario (vers.10-12). </td> </tr> </tbody> </table> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>2. La visión</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong> En Daniel 8 el término <em>chazon</em>, "visión", designa la totalidad de la visión registrada en el capítulo, con excepción del período de tiempo profético mencionado por uno de los ángeles. Para esa última sección se usa el término <em>mar'eh</em> "aparición, visión" (vers. 26). (14) Por tanto, la pregunta tiene que ver con el tiempo, cuando la visión, <em>chazon</em>, como un todo, se cumpla. </p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>3. El continuo</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong> El continuo (<em>tamid</em>) se usa sin ningún modificador. El contexto indica que es algo bueno y positivo porque el Príncipe está a cargo de él en el santuario celestial. En la pregunta "el continuo" se refiere a la obra exclusiva de mediación e intercesión del Príncipe en el lugar santo. De ahí que la pregunta insiste en revelar el tiempo cuando concluiría la obra del Príncipe en el lugar santo. </p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>4. La rebelión</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong> Finalmente, "la rebelión" señala hacia atrás, al versículo 12 y se usa para describir la obra del cuerno pequeño. Esto significa obviamente que la pregunta busca determinar cuándo terminará el ataque del cuerno pequeño contra el santuario. La respuesta debería considerar esa preocupación.<br /> La última parte de Daniel 8:13 es un resumen de la actividad del cuerno pequeño. Deberíamos examinarlo. La "rebelión que causa desolación" ("la prevaricación asoladora") es seguida de un verbo que presenta los resultados de las rebeldes acciones del cuerno: hace que tanto el santuario como el ejército sean pisoteados".</p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>a. Trae desolación</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong> El verbo "desolar" se emplea en el Antiguo Testamento al menos en dos formas diferentes (15). Describe la condición de un lugar después de ser atacado por los enemigos (por ejemplo, véase Lev. 26:31; Joel1:17), y también el impacto psicológico producido por la desolación en los que la observaron (1 Rey. 9:8; Esd. 9:3, 4). Ambos usos se encuentran en Daniel (Dan. 9:18; 8:27).<br /> Es probable que la desolación mencionada en Daniel 8:13 esté relacionada con los ataques del cuerno pequeño contra el santuario. En el Antiguo Testamento un lugar desolado es dejado desierto, abandonado por aquellos que acostumbraban vivir allí o tenían acceso a él (por ejemplo, véase Lev. 26:22, 34; Isa. 33:8; Jer. 33:10; Sof. 3:6; Zac. 7:14). El cuerno pequeño desoló el santuario celestial usurpando la obra sacerdotal del Príncipe, rechazando ("echando por tierra") el lugar de su santuario, y estableciendo su propio sistema sacerdotal. Hizo inaccesible el verdadero santuario para aquellos que se sometieron a su poder. Este tipo de rebelión causaría también un horror estremecedor en aquellos que la observaran. </p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>b. Pisotea al santuario y al ejército</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong> El espíritu de rebelión que caracteriza al cuerno pequeño lo lleva a pisotear al ejército y el santuario. Ya sugerimos que el hollar al ejército indica, no sólo derrota, sino humillación e impotencia. Aquello que es pisoteado se considera sin efecto e inútil (por ejemplo, véase Eze. 34: 18, 19; Isa. 5:5). Es precisamente así como el cuerno pequeño percibe el santuario celestial.<br /> Un paralelo de este acto de pisotear el santuario se encuentra en Isaías 1:12, donde se hace referencia a hollar los atrios del templo. Dios describió la adoración de su pueblo como un hollar sus atrios porque habían separado la ética de la adoración al no seguir los requerimientos de Dios (véase el vers. 10). Intentaron adorar a Dios sin someterse a la ley del pacto que regía la vida religiosa y social del pueblo.<br /> La descripción de la actividad del cuerno pequeño registrada en Daniel 8:12 es un resumen de lo que fue dicho antes. La actividad de este poder es esencialmente un acto de abierta rebelión contra Dios que trae desolación espiritual y produce horror en aquellos que ven los sucesos. La rebelión consiste en usurpar la obra mediadora del Príncipe y en hollar al ejército y al santuario. El ejército es derrotado y humillado, y el santuario es rechazado. Se establece un nuevo sistema, y consecuentemente el santuario celestial llega a quedar desolado, rechazado por aquellos que siguen o están bajo el control del cuerno pequeño.<br /> El ataque contra el santuario es descrito por Daniel como una profanación (Dan. 11:31). El verbo "profanar" (<em>chalal</em>) se usa en el contexto de los servicios del santuario para designar la violación de la santidad del objeto. No debería confundirse con el verbo "contaminar". Lo opuesto de lo puro es lo impuro, y lo opuesto de lo santo es lo común (lo profano). Profanar lo santo es tratarlo como algo común, ignorando o rechazando su conexión con el Santo. En el acto de profanación, lo que pertenecía exclusivamente a Dios es tratado sin respeto y derribado a la esfera de lo común. </p> <div align="left"> </div> <p class="bodytext" align="left"><strong><br /></strong></p><p class="bodytext" align="left"><strong>D. La respuesta: "Hasta...; luego..."</strong></p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><em><br /></em></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><em>1. Purificación/vindicación del Santuario</em></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><em> </em></strong> La resolución final del conflicto por el poder descrito en Daniel 8 es presentado en el versículo 14 (como una respuesta a la pregunta que ya hemos discutido): "Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será restaurado a su estado correcto/purificado". Veremos el período de tiempo más tarde; por ahora examinaremos el verbo traducido "restaurar a su estado correcto" (<em>nitsdaq</em>).<br /> Hay un par de problemas que hacen difícil comprender el significado del verbo <em>nitsdaq</em>. La raíz verbal es <em>tsadaq</em>, y generalmente significa "estar en lo correcto, ser vindicado, ser justo". La forma verbal usada por Daniel no aparece en ninguna otra parte del Antiguo Testamento. En otras palabras, no tenemos material comparativo que nos ayude a comprender el significado específico del verbo en este caso particular. En segundo lugar, el verbo <em>tsadaq</em> nunca toma al santuario o a cualquier otro lugar como su objeto. El verbo no es usado para designar la reconstrucción o restauración de ninguna estructura física. Sin embargo, estos problemas no son insolubles. Un estudio del uso de la raíz verbal y sus derivados resuelve las dificultades que confrontamos. </p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>a. La raíz tsadaq en contextos legales</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong> Se han hecho varios estudios sobre el uso del verbo <em>tsadaq</em>, los nombres <em>tsedeq/tsedaqah</em>, "justicia" y el adjetivo sustantivado <em>tsaddiq</em>, "justo". (16) Los eruditos, en general, han aceptado que aquellos términos están asociados en el Antiguo Testamento con una corte legal, los hechos salvíficos de Dios y los servicios del santuario. Estas palabras enfatizan la idea de restaurar o preservar el orden establecido por Dios.<br /> El uso primario de la raíz <em>tsadaq</em> es legal. Designa la restauración de los derechos legales de una persona acusada falsamente de un crimen. El contexto legal presupone un procedimiento legal. Así, el salmista oraba a Dios, " Júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia, y conforme a mi integridad" (Sal 7:8). Este individuo sabe que es inocente y va al santuario en busca de vindicación. Allí, Dios vindicará a la persona o la declarará inocente (cf. Sal. 9:4; 1 Rey. 8:31, 32; Isa. 50:8, 9). (Si la persona es culpable Dios no la absolverá [Exo. 23:7; cf. Lev. 19:15; Deut. 16:18)].) En tales contextos el justo es declarado inocente y los acusadores condenados (véase 2 Crón. 6:23; Sal. 7:8, 9; Deut. 25:1).<br /> Siempre que se usa la raíz<em> tsadaq</em> en su marco legal no designa simplemente "una decisión imparcial entre dos partes, basada en una norma legal, tal como se conoce en las leyes occidentales; sino protege, restaura, una justicia ayudadora, la cual ayuda a aquellos que habían perdido sus derechos en las relaciones comunales, a recuperarlos". (17) Su restauración incluye, al mismo tiempo, castigo para los malhechores. (18) Por tanto, la destrucción del impío siempre tiene lugar como una manifestación de la justicia divina en beneficio de aquellos a quienes vindica.(19) </p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>b. La raíz tsadaq en el contexto de la salvación</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong> El uso legal de la raíz verbal bajo consideración se extiende hasta incluir la idea de salvación. La justicia de Dios es su acción salvífica en favor de su pueblo. (20) Aquellos que son vindicados por Dios son salvados por él de situaciones opresivas. Esto explica por qué "salvación" y "justicia" se usan como sinónimos (por ejemplo, véase Sal. 98:2-9; Isa. 1:27, 28; 46:13). Justicia como salvación abarca también la destrucción del opresor, lo cual resulta en la restauración del orden y la armonía en la sociedad y el mundo (cf. Sal. 143:11, 12; 71: 2-4, 24; 33:5-11). </p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>c. La raíz tsadaq y los servicios del santuario<br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><br /><strong></strong> La justicia estaba estrechamente asociada con los servicios del santuario. (21) Lo que se requería en Levítico para tener acceso al santuario era "pureza", la cual se obtenía mediante la expiación. En el libro de los Salmos lo que se requería era "justicia", la cual se otorgaba como un don en el santuario (Sal. 24:3-5). Los justos no eran sólo aquellos que habían permanecido fieles al Señor (Sal. 15:2-4), sino también aquellos que habían sido perdonados (Sal. 32:1, 2, 11). El término justicia se usa para describir las puertas del templo (Sal. 118:19), la vestimenta sacerdotal (132:9), y los sacrificios ofrecidos al Señor (4:5; 51:19: Deut. 33:19). Así pues el concepto de justicia estaba firmemente establecido en los servicios del santuario.<br /> No debe sorprendernos encontrar la raíz <em>tsadaq</em> usada como un sinónimo de pureza (consulte Job 4:17; 17:9; Sal. 18:20; 51:4). La raíz incluye dentro de sus diferentes matices de significado las ideas de purificación y pureza. Isaías 53:11 nos provee una ilustración: "Por su conocimiento mi siervo justo [el Mesías] justificará [declarará justos] a muchos, y llevará el pecado de ellos". Solamente el verdadero Justo puede declarar a los muchos justos. Esto fue posible no porque ellos eran justos, puros, sino porque el Siervo removió su pecado, su impureza de ellos al llevarla sobre sí mismo. El pasaje indica que ser declarado puro por Dios es a la misma vez ser purificado, limpiado de pecado.<br /> Este breve estudio de esa palabra provee un trasfondo indispensable para un mejor entendimiento de Dan. 8:14. Notamos que el término <em>tsadaq</em> se asocia con tales conceptos como juicio, vindicación, limpieza, y salvación. El término expresa la idea del restablecimiento del orden establecida por Dios por medio de una obra de limpieza y juicio. Daniel 8:14 se refiere a un evento que llevará a la realización final de todos esos conceptos. Más específicamente, el contexto de Daniel hace claro que dicho evento ocurrirá después que se cumpla la visión del capítulo. Ese evento acontecerá seguido del ministerio diario (<em>tamid</em>) del Príncipe, debe vindicar al pueblo de Dios que ha sido atacado por el cuerno pequeño, y pondrá fin a la obra de rebelión y de sacrilegio del cuerno pequeño. La pregunta fundamental es, ¿a que evento específico se está refiriendo Daniel? ¿Hay algún paralelo bíblico para ese evento?</p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>d. El Día de Expiación y Daniel 8:14</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong> En la Biblia hay un sólo acontecimiento que podría funcionar como tipo para el evento escatológico mencionado por Daniel, a saber, el Día de Expiación (Lev. 16). Este evento era parte de los servicios del santuario, tenía un gran efecto sobre el pueblo de Dios y el santuario, y trataba el problema de la flagrante rebelión contra Dios. Además, no formaba parte del ministerio diario de los sacerdotes, sino que ocurría al principio del año. El Día de Expiación implicaba un nuevo aspecto del ministerio sumosacerdotal, distinto del que se realizaba diariamente y se llevaba a cabo en el lugar santísimo del santuario. Clausuraba, por así decirlo, los servicios anuales del santuario e introducía un nuevo comienzo.<br /> Uno de los principales propósitos de los servicios diarios en el santuario israelita era poner el perdón divino al alcance de los pecadores arrepentidos por medio de la expiación sacrificial. El pecado y la impureza se transmitían al santuario por medio del sistema sacrificial y el pecador era perdonado. (22) Dios asumía la responsabilidad por los pecados de su pueblo mediante la expiación. Pero durante el Día de Expiación Dios quitaba el pecado y la impureza del santuario, revelándose como un Dios absolutamente ajeno al pecado. Ese día el verdadero originador del pecado, Satanás, era claramente identificado y culpado por el problema del pecado. Así quedaba vindicada la voluntad de Dios y la purificación de su pueblo alcanzaba su consumación.<br /> Es a este conjunto de ideas al que Daniel se refiere. El señala hacia un tiempo cuando el santuario celestial, el lugar donde el Príncipe oficia en favor de su pueblo, se desligará del problema del pecado, llevando a consumación la salvación de sus santos. El autor de Hebreos se refirió también a ese evento diciendo: "Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos" (Heb. 9:23). La visión apocalíptica de Daniel imprime al Día de Expiación una dimensión cósmica que dará paso a la solución final del problema del pecado.<br /> También deberíamos notar que durante el Día de Expiación el tribunal celestial estaba en sesión. El pueblo de Dios era evaluado y aquellos que no habían permanecido en una relación de fe con El eran "cortados" de entre su pueblo (Lev. 23:27-31). Mientras que la comunidad de los justos descansaba en el Señor durante el Día de la Expiación, los pecadores rebeldes e impenitentes eran quitados del campamento. No había ninguna provisión sacrificial para ellos. Esto es precisamente lo que Daniel dice acerca del destino final del cuerno pequeño: "Será quebrantado, aunque no por mano humana" (Dan. 8:25); es decir, no por medio de la intervención del hombre. El día de expiación es un evento al final del cual el pueblo de Dios experimentará la salvación definitiva y los impíos serán destruidos. Entonces el orden y la armonía serán restaurados en el universo.<br /> Así, la profanación del santuario perpetrada por el cuerno pequeño será corregida mediante la destrucción de éste. Según el Antiguo Testamento, la profanación del santuario se arreglaba exterminando al pecador y no mediante la sangre de los sacrificios. (23) Cuando los babilonios atacaron y destruyeron el templo, lo profanaron (Eze. 7:22; 25:3; cf. 24:21). ¿Cómo se resolvió el problema de la profanación? Dios los destruyó (Jer. 51:11; cf. Sal. 74:3-14), y se construyó un templo nuevo más tarde para él.<br /> Se pronunciaba la pena de muerte contra cualquier israelita que profanara el santuario (Eze. 23:39, 46-49; cf. Mal. 2:11, 12), las ofrendas sacrificiales (Lev.19:8; Núm.18:32), el sábado (Exo. 31:14), o la tierra (Jer. 16:16-18). La expiación se producía, por así decirlo, mediante la muerte del culpable (por ejemplo, véase Núm. 35:33; cf. Deut. 32:43; 2 Sam. 21:1-9). La pena de muerte también se requería en los casos de pecados perpetrados con rebeldía, que resultaban en la contaminación ilegal del santuario (Lev. 15:31; 20:2-5).<br /> Daniel aplica este mismo principio legal al poder profanador del cuerno pequeño. El resultado de sus malas acciones se corregiría por medio de una poderosa manifestación de santidad y justicia de Dios al final del Día de Expiación escatológico que concluirá con el exterminio del cuerno pequeño. </p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><em><br /></em></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><em>2. El principio día por año</em></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><em> </em></strong> Daniel 8:14 no sólo contiene una referencia al día escatológico de expiación, sino que también incluye un período de tiempo profético que nos informa con respecto al momento histórico cuando comienza ese evento. "Hasta 2,300 tardes y mañanas..."</p> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>a. Tardes y mañanas</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong> La frase "tardes y mañanas" se usa muy rara vez en la Biblia. El único otro lugar donde encontramos la expresión es en Génesis 1:5, 13, 19, 23, 31, donde se usa para referirse a un día completo. Basados en eso, algunos eruditos han sugerido que "la forma natural de comprender la frase [en Daniel] es con el significado de 2,300 días". (24) También sabemos que en los servicios del santuario se mencionaban ciertas actividades que se realizaban tarde y mañana, es decir, cada día (por ejemplo véase Exo. 27:20, 21; Lev. 24:2, 3). (25) Esto muestra una vez más la conexión que hay entre Daniel 8:9-14 y los servicios del santuario.<br /> ¿Deberíamos interpretar los 2,300 días en términos del principio día por año? El texto mismo señala en esta dirección. En el versículo 13 se formula esta pregunta: .¿Hasta cuándo durará la visión... ? Ya hemos visto que la palabra "visión" designa toda la visión, comenzando con el carnero de Media y Persia. Los 2,300 días iban a comenzar durante el tiempo del Imperio Medopersa y terminarían cuando comenzara el día escatológico de expiación. El hecho de que la visión cubra por lo menos la historia de dos imperios mencionados explícitamente en ella (vers. 20, 21) es evidencia de que los 2,300 días no pueden ser literales sino proféticos. (26)</p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>b. El principio día por año en el Antiguo Testamento</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong> Otros lugares de la Biblia también convalidan el principio día por año. El término "día" puede ser usado en las Escrituras para designar un año. (27) Por ejemplo, en algunas versiones un sacrificio anual es llamado "sacrificio de días" (1 Sam. 20:6); el período de "un año y cuatro meses" es llamado "días y cuatro meses" (1 Sam. 27:7); una persona anciana es "avanzada en días", lo cual obviamente significa "avanzada en años" (1 Rey. 1:1). En los libros poéticos encontramos días y años paralelamente y como sinónimos (por ejemplo, véase Job 10:5; 15:20; Sal. 90:9, 10).<br /> Un caso interesante en el cual "día" se toma en lugar de año se encuentra en la ley sabática. El séptimo año es llamado "un sábado en honor del Eterno" (Lev. 25:2, Nueva Reina-Valera); el nombre de un día se usa para referirse a un año; el sábado semanal se toma aquí en lugar del año sabático. En el caso del jubileo, siete períodos de años sabáticos eran seguidos por el año del jubileo. "Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a ser cuarenta y nueve años" (vers. 8). Dios dice aquí a los israelitas que interpreten los 49 días como 49 años.<br /> También hallamos un día tomado por un año en el contexto de las profecías del juicio. Este mismo principio se establece en Números 14:34 y Ezequiel 4:6. En Números, 40 días vienen a ser 40 años, mientras que en Ezequiel 40 años se reducen a 40 días. Sin embargo, en ambos casos hallamos la misma fraseología con respecto al principio involucrado: "Día por año, día por año te lo he dado". Otro ejemplo interesante se registra en la primera profecía del juicio que se halla en la Biblia. Dios anunció al mundo antediluviano que "serán sus días ciento veinte años" (Gén. 6:3). Aquí encontramos de nuevo una clara conexión entre "día" y "año", indicando que uno equivale al otro.<br /> La evidencia indica que para la mentalidad hebrea era natural usar "día" o "año" en forma intercambiable. Dios puso en práctica la idea de que un día podía tomarse por un año en las visiones apocalípticas de Daniel como un símbolo para referirse a largos períodos proféticos. Es interesante observar que el principio día por año lo usaron también los escritores judíos durante el período intertestamentario, también los que vivieron en la comunidad de Qumrán, posiblemente Josefo, y algunos escritores rabínicos. (28)<br /> Basados en este fondo bíblico que acabamos de revisar y en la evidencia interna de Daniel 8, confiadamente podemos concluir que los 2,300 días significan 2,300 años. De acuerdo a la profecía, este largo período iba a comenzar en algún momento durante el Imperio Medopersa. Esto explica la omisión de Babilonia en la visión. Encontramos el dato específico para el comienzo en Daniel 9. </p> <div align="left"> </div> <p class="bodytext" align="left"><strong><br /></strong></p><p class="bodytext" align="left"><strong>II. DANIEL 8:14 y 9:23-27 </strong></p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>A. Relaciones entre Daniel 8 y 9:23-27</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong> Los estudiosos de la Biblia reconocen, por lo general, que hay una conexión entre el contenido de Daniel 9 y Daniel 8. Ninguna visión se registra en el capítulo 9. Lo que encontramos allí es, más bien, una discusión e interpretación de un período profético de 70 semanas. Esta viene precedida por una oración intercesora ofrecida por Daniel en favor de la ciudad de Jerusalén y de su pueblo (Dan. 9:4-19). El motivo de su preocupación se refleja en la interpretación de las setenta semanas (vers. 24). Esta profecía de tiempo está directamente relacionada con Daniel 8, particularmente con el período profético que allí se registra: los 2,300 años. Una serie de eslabones usados por Daniel establece una conexión entre los dos períodos proféticos. (29) </p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><em><br /></em></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><em>1. Eslabones terminológicos</em> </strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><br /> Daniel usa varios términos claves tanto en el capítulo 8 como en el 9:23-27. Uno de ellos es <em>mar'eh</em>, "visión, aparición". Gabriel vino a explicarle a Daniel la <em>mar'eh</em> (Dan. 9:23). Pero en el capítulo 9 no hay visión. Por tanto, el ángel se está refiriendo a una visión que el profeta había tenido antes. <em>Mar'eh</em> es el mismo término usado en Daniel 8:26 para designar la "visión" relacionada con el período de los 2,300 años. Y es interesante notar que la parte de la visión (<em>chazon</em>) en Daniel 8 que el profeta no había comprendido era la que se relacionaba con los 2,300 años, que él llama la <em>mar'eh</em> (vers. 27). El verbo que utiliza, <em>bin</em> ("comprender"), es usado una vez más en Daniel 9:23 cuando Gabriel dice a Daniel "entiende (<em>bin</em>) la visión [<em>mar'eh</em>]". En otras palabras, el ángel vino para ayudar a Daniel a comprender lo que no había entendido antes en el capítulo 8.<br /> Otro término común a ambos capítulos es el nombre del ángel que interpreta el significado de la visión de Daniel, es decir, Gabriel. Su explicación de la visión registrada en Daniel 8 había concluido al terminar el capítulo. Volvió para darle más información en respuesta a la oración del profeta. </p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><em><br /></em></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><em>2. La perspectiva del santuario</em></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><em> </em></strong> Ya hemos notado que Daniel 8:9-14 usa los conceptos del santuario para describir la obra del Príncipe y la naturaleza del ataque del cuerno pequeño. Encontramos un interés similar en el santuario en Daniel 9, con referencia a la expiación (vers. 24), las ofrendas sacrificiales (vers. 27), y la inauguración del santuario (vers. 25). Daniel 9 menciona la iniciación de los servicios del santuario después de la muerte del Mesías. En Daniel 8 encontramos al Príncipe oficiando en el santuario como sacerdote, y también vemos al cuerno pequeño oponiéndose a su ministerio, pero así mismo vemos al Príncipe iniciando la fase final de su mediación sacerdotal y el final de los 2,300 años.<br /> El uso de los conceptos del santuario en Daniel 9 nos sirve en parte para describir al Mesías como una víctima sacrificial y señala el principio de su obra sacerdotal. En el capítulo 8 el Mesías se describe como el sumo sacerdote encargado del continuo y oficiando en el Día de Expiación escatológico. Deberíamos añadir que en el capítulo siete el Mesías se describe como Rey. (30) Las visiones apocalípticas de Daniel tratan esencialmente acerca de la obra de Cristo como sacrificio, sacerdote y rey. </p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><em><br /></em></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><em>3. El elemento tiempo</em></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><em> </em></strong> El elemento tiempo de Daniel 8 fue dejado sin explicación. Daniel 9 incluye un elemento de tiempo que es una explicación parcial pero significativa del que se halla en Daniel 8. El énfasis principal del período de tiempo en el capítulo 8 se hace en la parte final de la profecía. Daniel 9 enfatiza el comienzo del periodo de tiempo y los eventos que conducirían a la inauguración de la obra del Mesías en el santuario celestial. El ministerio diario del Príncipe comenzó inmediatamente después que el santuario fue ungido (Dan. 9:24).</p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><em><br /></em></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><em>4. El verbo Inicial de Daniel 9:24</em></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><em> </em></strong> Según el ángel intérprete, 70 semanas fueron "determinadas/cortadas con respecto a tu pueblo y a tu santa ciudad". El verbo usado por Daniel es <em>chathak</em>, y esta es la única vez que aparece en la Biblia hebrea. Los estudios de esta raíz realizados en la literatura cananita y en escritos judíos hebreos indican que puede significar tanto "determinar" como "cortar". (31) El significado del verbo se desarrolla desde una acción concreta ("cortar") hasta una más abstracta ("determinar", "decidir", etc.). La interpretación más común en aquellas fuentes parece ser "cortar". La posibilidad de que el sentido del verbo en Daniel sea "cortar" queda confirmada por el hecho de que, como ya hemos visto, hay claros vínculos que conectan los períodos de tiempo en Daniel 8 y 9. Por lo tanto, uno podría sugerir que las 70 semanas fueron cortadas de los 2,300 años mencionados en Daniel 8.</p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>B. Contenido de las 70 semanas (32)</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong> Daniel 9:24-27 es esencialmente una profecía mesiánica que anuncia la venida del Salvador y su obra salvífica. Salvo la referencia a la reconstrucción de la ciudad (vers. 25), el resto de la profecía describe la experiencia del Mesías y provee una lista de eventos que habrían de tener lugar como resultado de su experiencia.<br /> Hacia el fin de las 70 semanas el Mesías habría de ser muerto (vers. 26). Su sacrificio pondría punto final a la transgresión trayendo la justicia sempiterna; sellaría o pondría fin al pecado por medio del perdón; sellaría o confirmaría la veracidad de la visión por medio de su cumplimiento; expiaría el pecado a través de su sacrificio; ungiría el santuario celestial; haría un pacto firme y fuerte con muchos (el nuevo pacto); y haría que cesara el sistema sacrificial del santuario terrenal (el tipo se encontraría con el antitipo). Durante las 70 semanas habría de decretarse la destrucción de la ciudad y el templo (vers. 26, 27).<br /> Esta profecía se cumplió maravillosamente en Cristo Jesús, quien por medio de su muerte sacrificial trajo eterna salvación y perdón del pecado. Resucitó y ascendió al cielo para ministrar en nuestro favor en el santuario celestial. Así, el santuario terrenal y sus servicios llegaron a su fin, hallando su total cumplimiento en Cristo. Rechazado por su propio pueblo, anunció la destrucción de la ciudad y el templo (Mat. 24:1, 2). </p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>C. EL PERIODO DE TIEMPO: SETENTA SEMANAS</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong> A fin de interpretar apropiadamente las setenta semanas, el principio día por año es indispensable. La palabra hebrea <em>shabucim</em>, "semanas", siempre designa un período de siete días en el Antiguo Testamento. (33) Aquí en Daniel las setenta semanas forman una unidad particular de tiempo ininterrumpido de 490 días (7 x 70 = 490). La profecía misma nos da los puntos que señalan el principio y el fin de dicho período. El período profético cubre el tiempo desde el Imperio Medopersa hasta el ungimiento y muerte del Mesías, incluyendo el establecimiento del nuevo pacto, haciendo disponible la salvación tanto para los judíos como para los gentiles. (34)</p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>1. Los decretos</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong> Más específicamente la profecía comienza con "la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén" (Dan. 9:25). La frase "la salida de la palabra" designa un decreto real (cf. Est. 1:19; 7:8). El decreto habría de autorizar la restauración de la ciudad. El verbo que se traduce como "restaurar" no se refiere a la reconstrucción física de la ciudad sino a la restitución de la ciudad a los judíos para que la administraran de acuerdo a sus propias leyes (cf. 1 Rey. 20:34; 2 Rey. 14:22). (35) La reconstrucción física de la ciudad se indica mediante el segundo verbo, "edificar".<br /> El libro de Esdras menciona varios decretos persas que autorizan la reconstrucción del templo de Jerusalén, pero sólo uno de ellos ordenó la reconstrucción de la ciudad y la restauración del sistema legal israelita. Encontramos allí un decreto emitido por Ciro el año 537 a.C. (Esd. 1 :1-4); otro por Darío el año 520 a.C., el cual fue una reafirmación del decreto de Ciro (Esd. 6:1-12), y el decreto de Artajerjes en el 457 a.C. autorizando la restauración total de Jerusalén (Esd.7:12-26). Este decreto fue renovado el año 444 a.C. cuando Nehemías regresó a Jerusalén (Neh. 1). </p> <div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>2. El decreto de Artajerjes</strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong> </strong> El decreto de Artajerjes en el 457 a.C. comprendía varios elementos importantes, la mayoría de los cuales no estaban incluidos en los decretos anteriores: (1) Concedía permiso a los exiliados para regresar a Jerusalén; (2) asignaba fondos para el sostenimiento del templo; (3) el templo y su personal quedaban exentos de impuestos; (4) Esdras habría de investigar la situación del pueblo de Judá, posiblemente con el propósito de poner sus vidas en armonía con la ley de Moisés; (5) y él mismo habría de establecer un sistema legal basado en la Tora para todos los judíos de Judea y de la provincia al sur del Eufrates. Este último punto incluía el nombramiento de magistrados y jueces para aplicar la ley.<br /> El decreto del año 457 a.C era lo suficientemente amplio como para incluir la reconstrucción de la ciudad. Esdras nos dice que los exiliados que habían sido autorizados por Artajerjes para regresar a Jerusalén comenzaron inmediatamente a reconstruirla (Esd. 4:7-23; cf. Esd. 7:9). Sus enemigos pudieron detener el proceso de reconstrucción, no porque éste se considerara ilegal, sino porque temían que el poder concedido por el rey a los judíos condujera a una insurrección. Varios años más tarde Artajerjes renovó el decreto original y autorizó a Nehemías para que fuera a Jerusalén a terminar el proyecto (Neh. 1 ). </p><div style="text-align: justify;"> </div><div align="left"> </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>3. 457 a.C.: año séptimo de Artajerjes<br /> </strong> El año séptimo del reinado de Artajerjes (457 a.C.) es una fecha bien establecida en la historia antigua. Según fuentes griegas, Xerxes, el padre de Artajerjes, murió durante la última parte del año 465 a.C. Un texto astronómico egipcio sugiere que murió entre diciembre y el año nuevo persa, es decir en la primavera. Textos astronómicos babilonios y documentos escritos en papiros encontrados en la Isla de Elefantina, en Egipto, confirman el hecho de que Artajerjes ascendió al trono en el 465 a.C. Ese fue su año de ascensión; su primer año completo como rey comenzó en la primavera del 464 a.C., al inicio del nuevo año. Entonces el séptimo año de Artajerjes sería el 457 a.C.<br /> Algunos han sugerido que durante el período postexílico los judíos usaron un calendario de primavera a primavera y que, consecuentemente, el séptimo año del rey sería el 458 a.C. La evidencia bíblica señala una conclusión diferente. Los estudios realizados en la cronología de los reyes de Judá indican que el calendario civil usado en Jerusalén corría de otoño a otoño. Este era también el caso durante el período exílico (Eze. 1:2; 8:1; 40:1 ), y durante los tiempos de Esdras y Nehemías (Neh. 1:1; 2:1). El calendario de Esdras funcionaba de otoño a otoño, haciendo que el séptimo año de Artajerjes fuera el 457 a.C.</p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong><br /></strong></p><p style="text-align: justify;" class="bodytext"><strong>4. La cronología<br /> </strong> Una vez que hemos fijado la fecha del comienzo de las setenta semanas y de los 2,300 días, su cronología se convierte en un asunto sencillo. Podemos resumirlo así:<br /> </p> <table align="center" bordercolor="#ffffff" width="92%"> <tbody> <tr bordercolor="#FFFFFF" bgcolor="#ffffff"> <td class="bodytext" height="22" width="20%">457 a.C.</td> <td height="22" width="3%"><br /></td> <td class="bodytext" height="22" width="77%">Decreto para restaurar y edificar a Jerusalén.</td> </tr> <tr bordercolor="#FFFFFF" bgcolor="#ffffff"> <td class="bodytext" width="20%">408 d.C.</td> <td width="3%"><br /></td> <td class="bodytext" width="77%">Siete semanas para reconstruir la ciudad. </td> </tr> <tr bordercolor="#FFFFFF" bgcolor="#ffffff"> <td class="bodytext" width="20%">27 d.C.</td> <td width="3%"><br /></td> <td class="bodytext" width="77%">Después de las 69 semanas el Príncipe fue ungido (bautismo de Jesús, Lucas 3:1, 21) [483 años]. </td> </tr> <tr bordercolor="#FFFFFF" bgcolor="#ffffff"> <td class="bodytext" height="20" width="20%">30/31 d.C.</td> <td height="20" width="3%"><br /></td> <td class="bodytext" height="20" width="77%">El Mesías murió durante la última semana (la crucifixión de Cristo). </td> </tr> <tr bordercolor="#FFFFFF" bgcolor="#ffffff"> <td class="bodytext" height="20" valign="top" width="20%">34 d.C. </td> <td height="20" width="3%"><br /></td> <td height="20" width="77%"><p class="bodytext">El apedreamiento de Esteban (Hech. 6:12-7:60); el evangelio alcanza al mundo gentil (Hech. 9, 10).<br /> En algún punto durante el resto de los 1810 años (2,300 - 490 = 1810) el cuerno pequeño interfirió con la obra sacerdotal del Príncipe en el lugar santo (véase Dan. 7:25; y 12:11). </p></td> </tr> <tr bordercolor="#FFFFFF" bgcolor="#ffffff"> <td class="bodytext" height="20" valign="top" width="20%">1844 d.C.</td> <td height="20" width="3%"><br /></td> <td class="bodytext" height="20" width="77%">Se cumple la visión total de Daniel. El ministerio diario del Príncipe da lugar al Día de Expiación escatológico. La usurpación del continuo por parte del cuerno pequeño llega a su fin. </td> </tr> </tbody> </table> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"> Esta es una profecía impresionante, única en la Biblia. Su cumplimiento exacto muestra que Dios es en verdad el Señor de la historia y que no nos ha dejado en la ignorancia con respecto al desarrollo del plan de salvación a lo largo de esa historia. La profecía centra su interés en la obra de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A través de un cuidadoso estudio de las Escrituras, intensa oración, y la dirección especial del Espíritu Santo, nuestros pioneros encontraron en esta profecía acerca de Cristo la razón de la existencia del remanente. </p> <div align="left"> </div> <p class="bodytext" align="left"><strong><br /></strong></p><p class="bodytext" align="left"><strong>III. EL SIGNIFICADO DE DANIEL 8:14</strong> (36)</p> <div style="text-align: justify;" class="bodytext"> Fue a través del estudio de Daniel 8:14, como punto de partida, que el adventismo llegó a la existencia como movimiento histórico, desarrolló su identidad doctrinal e identificó su misión. Somos confrontados aquí con un aspecto fundamental del pensamiento adventista. Este tipo de desarrollo fue posible porque Daniel 8 incluye una profecía de tiempo que identifica el 1844 como una fecha significativa en el calendario divino y también porque Daniel 8 y 9:23-27 apuntan a la obra de redención de Cristo. Esta tarea salvífica está conectada en esos pasajes no sólo con la cruz sino también con la obra mediadora actual de Cristo en el santuario celestial. El análisis de los servicios del santuario y su significado simbólico dio lugar a la doctrina adventista del santuario.<br /><br /> 1. Daniel 8 nos da a los adventistas una identidad histórica. El movimiento adventista no es un accidente histórico, sino el resultado de la intervención especial de Dios en los asuntos humanos. El cumplimiento de Daniel 8:14 en 1844 valida, incluso legitimiza, su presencia en el mundo y particularmente entre la comunidad cristiana.<br /> Cuando Cristo inició su obra sumo-sacerdotal en el cielo, la iglesia fue bautizada con el Espíritu Santo (Hech. 2:33). Los discípulos supieron que algo de trascendental importancia había ocurrido en el cielo puesto que el Espíritu Santo había sido derramado sobre ellos. Del mismo modo, cuando la profecía de los 2,300 días se cumplió en 1844, algo de importancia sin precedente tuvo lugar en el santuario celestial: el día antitípico de la expiación había comenzado. En ese momento Dios suscitó un movimiento de reforma sobre la tierra que trabajaría con él en la preparación del mundo para encontrarse con su Juez, en la restauración de la verdad que había sido echada por tierra, y en la obra de desenmascarar el último engaño de Satanás antes del segundo advenimiento de Cristo (Apoc.10: 11; 14:7-12).<br /><br /> 2. La identidad histórica, la teología y la misión del movimiento adventista no pueden separarse de la obra redentora de Cristo. Fue precisamente esa obra de Cristo lo que hizo necesaria la creación del movimiento. Por lo tanto, es Cristo quien le da su identidad al movimiento. La doctrina del santuario es una exposición del plan de salvación de Dios a través de Cristo, y provee una columna fundamental a la fe adventista.<br /> La doctrina del santuario es una perspectiva singular desde la cual se puede estudiar el plan de redención. Ilumina el desarrollo del plan dentro de la historia, identificando sus componentes claves y, en conjunción con las profecías de Daniel, incluso el momento histórico cuando tendrían lugar y la oposición histórica de los enemigos de Dios que confrontaría. Esta doctrina está centrada en la obra de Cristo y nos da una visión integrada de ella. Uno puede ver fácilmente la progresión en la obra de Cristo a través del estudio de la teología del santuario. Cristo se ve como una víctima sacrificial, Sumo Sacerdote, Mediador, Juez, Abogado y Rey.<br /><br /> 3. El fin de los 2,300 años en 1844 nos recuerda que la historia de la salvación todavía está en progreso, que el plan de Dios está desarrollándose como él lo diseñó y previó. La historia de la salvación no llegó a su fin el año 31 d.C. Las profecías bíblicas nos recuerdan que Dios todavía está activo dentro de la historia del mundo, dirigiéndola hacia su objetivo particular, esto es, el establecimiento de reino sempiterno sobre la tierra. Los períodos proféticos sirven como hitos dentro de la historia, señalando el momento cuando el plan divino de la redención se está aproximando a su consumación.<br /><br /> 4. Daniel 8:14 y la doctrina del santuario nos informan que Cristo está realizando ahora mismo el último aspecto de su obra sumo-sacerdotal en el santuario celestial. Sabemos dónde estamos con respecto a lo que está ocurriendo en el cielo. El día antitípico de la expiación está transcurriendo, y Dios está juzgando a su pueblo. Estamos llegando al mismo final de la misericordia de Dios, y a punto de presenciar la confrontación entre las fuerzas de Dios y las de Satanás. La consumación de nuestra salvación está a punto de realizarse.<br /><br /> 5. La obra mediadora de Cristo y el juicio no sólo nos invitan a involucrarnos agresivamente en la proclamación del evangelio eterno de Dios en el marco del mensaje de los tres ángeles, sino que también nos desafía a evaluar nuestra relación personal con Cristo. Nuestra experiencia religiosa debería caracterizarse por una humilde dependencia de nuestro Salvador y por un descanso en él por la fe. Si bien el santuario celestial está siendo purificado, nuestra vida espiritual debiera ser limpiada también de todo pecado. Esta purificación personal ocurre mediante el arrepentimiento y el perdón por medio de Cristo.<br /><br /> 6. El juicio investigador que está en proceso en el cielo ahora mismo es un testimonio del hecho de que Dios y el universo toman en serio a cada ser humano. Esto reafirma nuestra dignidad y valor en Cristo, quien representa a cada uno de nosotros como nuestro Abogado. Ningún ser humano es un desconocido en el concilio divino. Los redimidos se unirán a la familia celestial, no como extranjeros sino como personas conocidas, como parientes que gozan de la simpatía y el respeto del resto de la familia de Dios.<br /><br /> 7. El juicio investigador significa que las decisiones y las acciones humanas tienen un impacto cósmico. Lo que somos, lo que pensamos y hacemos queda registrado indeleblemente en los libros del cielo. Esto, lejos de ser un motivo de angustia y temor, debiera ser el fundamento mismo del gozo. Lo que hacemos, lo que llegamos a ser, no se pierde en la vastedad del tiempo y del espacio, sino que es preservado dentro del santuario divino. Toda buena obra, toda oración, toda palabra de aliento, toda expresión de amor, son preservadas como testigos de la multiforme sabiduría de Dios, quien es capaz de transformar a los seres humanos pecaminosos en criaturas nuevas y santas. Por supuesto, nuestros pecados también quedan registrados. Las debilidades humanas, las rebeliones, los errores, y los fracasos están gravados allí. Pero como Cristo es el Abogado del creyente, el perdón está disponible y se ofrece a aquellos que se acercan a Dios por medio de él. Los pecados no les serán contados durante el juicio investigador a aquellos que mantuvieron una relación pactual con Cristo, porque fueron colocados sobre él en la cruz. Entonces éstos serán borrados, para nunca más volver a recordarlos. El carácter semejante a Cristo del creyente será fijado por toda la eternidad.<br /><br /> 8. La purificación del santuario celestial señala de manera especial la naturaleza moral de nuestro Dios. Aquel que gobierna el universo es una Persona cuya voluntad es ley: una ley de amor. El es el Arbitro moral del universo y por lo tanto, es moralmente responsable delante de él. El remanente debiera tranquilizarse al saber que hay Uno que está a cargo del cosmos, que es todopoderoso y todo amor. A fin de restaurar y preservar el orden en el universo, el juicio y la responsabilidad moral son indispensables. Siendo que el juicio se basa en la ley de Dios, el remanente es caracterizado como "Los que guardan los mandamientos de Dios", como una amante respuesta a su gracia.<br /> <br /> 9. La purificación del santuario da testimonio del hecho de que el mal no es eterno. Tarde o temprano llegará a su fin, acompañado por los gritos de gozo de las criaturas leales a Dios que alabarán su justicia y su amor. Solamente a través de la justicia y el amor pueden ser extinguidos el pecado y el mal. Al final de su ministerio en el lugar santísimo del santuario celestial Cristo vendrá a libertar a su pueblo del poder de la muerte y de sus enemigos. En ese momento Azazel-Satán será reconocido por todo el universo como la fuente y el originador del mal y del pecado y se decretará su extinción La victoria de Dios y del Cordero sobre los poderes de Satanás será definitiva.<br /> El significado salvífico de la cruz se enriquece a través del estudio del sacerdocio de Cristo. Poco se sabe acerca del impacto completo y de los logros de la cruz. Es, en verdad, la mayor revelación de Dios al universo y el evento indispensable en la solución del problema del pecado. Pero una revelación tal todavía no ha sido sondeada en toda su plenitud y hay dimensiones de ella que sólo en la eternidad serán comprendidas. La obra sacerdotal de Cristo en el santuario celestial está poniendo al descubierto constantemente la riqueza de la cruz. De hecho, su obra de mediación y juicio es simple y fundamentalmente una revelación del misterio de la cruz.</div> <div class="bodytext" align="left"><br /> <br /> ____________________ </div> <p style="text-align: justify;" class="bodytext"><span style="font-size:85%;">(1). T. Cuyler Young, Jr., "The Early History of the Medes and the Persians and the Archaemenid Empire to the Death of Cambises", in <em>The Cambridge Ancient History</em>, ed. John Boardman, N. G. L. Hammond, D. M. Lewis, and M. Ostwald (Cambridge: University Press, 1988), tomo 4, págs. 29-33.<br /> (2). John E. Goldingay, in <em>Daniel</em> (Dallas: Word, 1989), pág. 208, identifica el tercer año de Belsasar romo el 548/547. El está siguiendo a Gerhard F. Hasel, "The First and Third Years of Belshazzar (Dan. 7:1; 8:1)," <em>Andrews University Seminary Studies</em> 15 (1977): 153-168.<br /> (3). Young, "Early History", pág. 36.<br /> (4). Esta solución al problema en el versículo 9 fue sugerida por W. Shea, <em>Selected Studies on Prophetic Interpretations</em>, Daniel and Revelation Committee Series (Wáshington, D. C.: Review and Herald, 1982), tomo 1, págs. 41-43. El señala correctamente que el texto hebreo dice en el versículo 9: "Y de uno de ellos", no "de uno de ellos". Esto refuerza la idea de que el cuerno pequeño surgió de uno de los vientos del cielo.<br /> (5). Gerhard F. Hasel, "The 'Little Horn', the Heavenly Sanctuary and the Time of the End: A Study of Daniel 8:9-14", in <em>Symposium on Daniel</em>, Daniel and Revelation Committee Series, ed. Frank B. Holbrook (Wáshington, D. C.: Biblical Research Institute, 1986), tomo 2, pág. 394.<br /> (6). Para una discusión sobre las etapas de crecimiento del cuerno pequeño, véase Shea, "Spatial Dimensions in the Vision of Daniel 8", in <em>Symposium on Daniel</em>, págs. 496-526; and Hasel, "Little Horn", págs. 380-383.<br /> (7). Goldingay, pág. 197.<br /> (8). F. Brown, S. A. Driver, and Charles A. Briggs, <em>Hebrew and English Lexicon of the Old Testament</em> (Oxford: Clarendon Press, 1951), pág. 680.<br /> (9). Consulte John J. Collins, <em>Daniel: A Commentary on the Book of Daniel</em> (Minneapolis Fortress, 1993), p. 335.<br /> (10). <em>Ibid.</em></span> <span style="font-size:85%;"><br /> (11). R. Knierim, "<em>Pesac </em>Verbrechen," in <em>Theologisches Handwöterbuch zum Alten Testament</em>, ed. Ernst Jenni and Claus Westerman (Munich: Chr. Kaiser Verlag, 1976), tomo 2, col. 493.<br /> (12). Véase Hasel, ."Little Horn"., pág. 429.<br /> (13). Bruce C. Waltke and M. O'Connor, <em>An Introductionn to Biblical Hebrew Syntax</em> (Winona Lake, Ind.: Eisenbrauns, 1990), pág. 215.<br /> (14). Vea, Shea, <em>Studies</em>, pp. 80-82.<br /> (15). Véase F. Stolz, "Smmöde liegen", in <em>Theologisches Handörterbuch zum Alten Testament</em>, tomo 2, cols. 971-974.<br /> (16). Véase, por ejemplo, F. R. Achtemeier, "Righteousness in the Old Testament", in <em>The Intepreter's, Dictionary of the Bible</em>, ed. G. A. Buttrick (Nashville. Abingdon, 1962), tomo 4, págs. 80- 85: K. Koch, "Sdq gemeinschaftstreu/heilvoll sein" <em>Theologisches Handwörterbuch zum Alten Testament</em> tomo 2, cols. 507-530; J J. Scullion, "Righteousness: Old Testament", in <em>The Anchor Bible Dictionary</em>, ed. David N. Freedman (New York: Doubleday, 1992), tomo 5, págs. 724-736; J. P. Justesen, "On the Meaning of SADAQ., <em>Andrews University Seminary Studies</em> 2 (1964): 53-61; Hasel, "Little Horn", págs. 448-454.<br /> (17). Achtemeier, pág. 81.<br /> (18). <em>Id</em>., pág . 83.<br /> (19). Koch, col. 522.<br /> (20). Véase Scullion, pág. 731.<br /> (21). Vase Justesen, págs. 58-61; Koch, cols. 519-525; Ángel M. Rodríguez, "Significance of the Celtic Language in Daniel 8:9-14", in <em>Symposium on Daniel</em>, págs. 537-543; Gerhard F. Hasel, "Studies in Biblical Atonement I", in <em>Sanctuary and the Atonement</em>, ed. A. V. Wallenkampf (Washington, D. C.: Review and Herald, 1981), págs. 87-114.<br /> (22). Véase Angel M. Rodríguez, "Transfer of Sin in the Leviticus", in<em> The Seventy Weeks, Leviticus, and the Nature of Prophecy</em>, ed. Frank B. Holbrook (Wáshington, D. C.: Biblical Research Institute),1986, págs 169-197; A. Treiyer, <em>The Day of Atonement and the Heavenly Judgment</em> (Arkansas: Creation Enterprises International), pág. 167-196.<br /> (23). Sobre esto véase el excelente material preparado por Albert Treiyer, "The Day of Atonement as Related to the Contamination and Pacification of the Sanctuary", in Holbrook, <em>The Seventy Weeks</em>, págs. 198.247.<br /> (24). Goldingay, pág. 213; cf. M. Sabo, "<em>Yom</em>" in <em>Theological Dictionary of the Old Testament</em><em>Yom</em> Tag", <em>Theologisches Handwörterbuch zum Alten Testament</em>, tomo 1, col. 710. Véase especialmente S. J. Schwantes, "<em>cEreb Boqer</em> of Daniel 8:14 Re-examined", <em>Symposium on Daniel</em>, págs. 472-474.<br /> (25). Véase Shea, "Unity of Daniel" <em>Symposium on Daniel</em>, pág. 197.<br /> (26). Véase Shea, <em>Studies</em>, págs. 80-83. Yo tengo una deuda con él por lo que sigue.<br /> (27). Jenni, col. 722, menciona el hecho de que "día" se usa idiomáticamente en lugar de "año" en el Antiguo Testamento cerca de 800 veces. Y esto está apoyado también por Saebo, pág. 21.<br /> (28). Véase Shea, <em>Studies</em>, págs. 89-93; y Brempong Owusu-Antwi, "An Investigation of the Chronology of Daniel 9.24-27" (Ph.D. Diss., Andrews Universily, 1993), págs. 140-146.<br /> (29). En cuanto a los eslabones entre Daniel 8 y 9, véase W. Shea, "The Relationship Between the Prophecies of Daniel 8 and Daniel 9", in <em>The Sanctuary and the Atonement</em>, págs. 228-250; G. Hasel, "Little Horn", págs 436-439; Jacques Doukhan, "The Seventy Weeks of Daniel 9: An Exegetical Study", in <em>The Sanctuary and the Atonement</em> págs. 253-255.<br /> (30). Esto fue sugerido por Shea, "Unity", <em>Sanctuary and Atonement</em> págs. 238-240.<br /> (31). Véase Shea, "Relationship", <em>Sanctuary and Atonement</em> págs. 241-246.<br /> (32). En cuanto a la interpretación de las setenta semanas, véase a Doukhan, "Seventy Weeks", <em>Sanctuary and Atonemen</em> págs. 251-276; y C. Mervyn Maxwell, <em>God Cares: The Message of Daniel</em> (Pacific Press, 1981 ), tomo 1, págs. 189-223<br /> (33). Para un análisis y discusión del significado del plural "Weeks", en Daniel, véase Shea, <em>Studies</em>, págs. 74-77; Gerhard F. Hasel, "The Hebrew Masculine Plural for 'Weeks' in the Expression 'Seventy Weeks' in Daniel 9:24", <em>Andrews University Seminary Studies</em> 31 (1993): 105-118.<br /> (34). Para un estudio de la cronología de esta profecía, véase Shea, "The Prophecy of Daniel 9:24-27", in <em>Seventy Weeks</em>, págs. 75-118.<br /> (35). Sobre esto véase Owusu-Antwi, <em>Investigation</em>, págs. 173- 177. Para estudios recientes hechos por eruditos adventistas sobre la fecha de inicio de las setenta semanas, véase Arthur Ferch, "Commencement Date for the Seventy Weeks Prophecy", in <em>Seventy Weeks</em>, págs. 65-74; W. Shea, "When Did the Seventy Weeks of Daniel 9:24 Begin? in Symposium on Revelation, ed. Frank B. Holbrook (Silver Spring, Md.: Biblical Research Insutute, 1992), tomo 1, págs. 375-394; Owusu-Antwi, "Investigation", págs. 11-69; Angel M. Rodríguez, "The 70 Weeks and 457 B.C." (Puede obtenerse escribiendo al Biblical Research Institute de la Asociación General).<br /> (36). En cuanto al significado de la doctrina del santuario y el juicio investigador, véase William G. Johnsson, "What the Sanctuary Doctrine Means", <em>Adventist Review</em>, mayo 14, 1981, pág.13;28 de mayo de1981, págs. 13, 14; 11 de junio de1981, págs. 11,12; 25 de junio de 1981, pág. 17; 9 de julio de 1981, págs. 13, 14; 23 de julio de 1981, págs. 14, 15; "Eschatology and the Church", <em>Adventist Review</em>, 26 de nov. de 1981, pág. 11; y W. Shea, "Theological Importance of the Preadvent Judgment", en <em>Seventy Weeks</em>, págs. 323-331</span> ed. G. J. <span style="font-size:85%;">Botterweck and H. Ringgren (Grand Rapids: Eerdmans, 1990), tomo 6, pág. 21; y Ernst Jenni, </span>"</p><p style="text-align: justify;" class="bodytext">Fuente: <a href="http://www.adventistbiblicalresearch.org/documentos/SantuarioDan8-9.htm">Adventist Biblical Research</a><br /></p>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-26522751639344595242010-03-21T14:54:00.000-07:002010-03-21T15:08:23.344-07:00Los últimos sucesos<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLWC3qgt1TXYSrWabdfW7DpPFMT4V3ZXovlTesaMW8qPzaczSGT9s1XJ_htFUwF1aLNsiVOUdxfE5WRAX9WeKY0WIdVDmQcHDirHJnODIJUlFGK7fZlYTvHLkcRgBZx9Vuyi9bqCgZz00/s1600/amanecer-entre-nubes.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 220px; height: 165px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLWC3qgt1TXYSrWabdfW7DpPFMT4V3ZXovlTesaMW8qPzaczSGT9s1XJ_htFUwF1aLNsiVOUdxfE5WRAX9WeKY0WIdVDmQcHDirHJnODIJUlFGK7fZlYTvHLkcRgBZx9Vuyi9bqCgZz00/s1600/amanecer-entre-nubes.jpg" alt="" border="0" /></a><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Por: Clinton Wahlen</span><br /><br /><em style="font-weight: bold;"><span class="storySubHead">Siete hechos esenciales sobre los eventos del fin</span></em><br /><br /><div style="text-align: justify;"><span class="cap">C</span>uánto le queda a nuestro mundo? Los crecientes desastres naturales y los creados por el hombre indican que el fin está cercano. Aunque no podemos saber cuánto más durará este mundo, tenemos una idea de los eventos futuros gracias a los escritos de Elena White. Por razones de espacio, solo mencionaremos algunos de ellos. He aquí siete hechos esenciales sobre este período.</div><div> </div> <div style="text-align: justify;"> </div><span class="storySubHead"><br />1.</span> <strong>Desde 1844 no hay necesidad de profecías de tiempo.</strong><br /><br /><div style="text-align: justify;">La conclusión –en 1844– del más extenso período profético, marca el comienzo del fin de la historia de la tierra. Desde este punto ventajoso podemos contemplar los indicios de los eventos finales, pero se nos advierte que ninguna nueva luz se basará en <i> cálculos definidos de tiempos específicos </i> para estos eventos. Los sucesos desde 1844 apoyan con creces la predicción que realizó Elena White en 1909: «Grandes cambios están a punto de producirse en el mundo, y los movimientos finales serán rápidos».<sup>1</sup> Pero también expresó que Cristo ya habría regresado si la iglesia hubiera tenido éxito en cumplir la obra que Dios la llamó a realizar. Su regreso ha sido postergado «por misericordia, porque si el Maestro viniese muchos serían encontrados sin preparación».<sup>2</sup></div><div> </div> <div style="text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span class="storySubHead"><br />2.</span><strong> Tanto nuestro derecho al cielo como la idoneidad para él, se hallan en la justicia de Cristo».</strong> <span style="font-size:85%;">3</span><br /><br /><div style="text-align: justify;">Una comprensión equivocada del evangelio puede llevarnos a no estar listos para el futuro. La confesión y el arrepentimiento hacen que el creyente alcance la armonía con Dios y su ley. La verdadera santificación es una obra progresiva, y el objetivo es ser semejantes a Cristo. Al mismo tiempo, se nos da esta seguridad: «Si estáis en una correcta relación con Dios hoy día, estaréis preparados en caso que Cristo venga hoy».4</div></div><div> </div> <div style="text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span class="storySubHead"><br />3.</span> <strong>La iglesia atravesará un falso reavivamiento, pero se ignorarán las manifestaciones genuinas del Espíritu. </strong><br /></div><br /><div style="text-align: justify;">El propósito del mensaje para el tiempo del fin es preparar a un pueblo para la segunda venida, pero Satanás introducirá falsificaciones basadas en emociones para apartar las mentes de la verdad. «No debemos considerar que es nuestra obra crear la agitación de los sentimientos».<sup>5</sup> «Es por medio de la Palabra –no de sentimientos ni excitación– como queremos influenciar a la gente para que obedezca la verdad».<sup>6</sup><br /></div><sup> </sup><br /><div style="text-align: justify;"> También se nos advierte que «tenemos mucho más que temer de enemigos internos que externos».<sup>7</sup> Satanás buscará sacudir nuestra confianza en el espíritu de profecía porque sabe que no puede «disponer de una senda tan clara para introducir sus engaños y atar a las almas con sus errores si se obedecen las amonestaciones y reproches del Espíritu de Dios».<sup>8</sup></div><div> </div> <div style="text-align: justify;"> </div><span class="storySubHead"><br />4.</span> <strong>Tenemos que ser santificados por la obediencia a la verdad y conocer el proceso de juicio de Cristo para sobrevivir al zarandeo.</strong><br /><br /><div style="text-align: justify;">Satanás busca desviar nuestra mente de Jesús de manera que nos preocupemos por los logros y placeres de este mundo. Pronto «se nos querrá imponer la marca de la bestia. Para aquellos que han ido cediendo paso a paso a las exigencias del mundo y se han acomodado a sus costumbres, no será cosa difícil ceder ante las autoridades dominantes, antes que someterse al escarnio, a los insultos, a la amenaza de encarcelamiento y a la muerte […]. Satanás acosará severamente a los fieles; pero saldrán más que vencedores en el Señor» por la obediencia a la verdad.<sup>9</sup><br /></div><br /><div style="text-align: justify;"> Por otro lado, muchos adventistas renunciarán a la fe: «Al unirse con el mundo y participar de su espíritu, llegarán a ver las cosas casi bajo el mismo aspecto; de manera que cuando llegue la hora de la prueba estarán preparados para situarse del lado más fácil y de mayor popularidad».<sup>10 </sup> Elena White declara inclusive que «puede parecer que la iglesia está por caer, pero no caerá»,<sup>11</sup> y que la mayoría de los verdaderos seguidores de Cristo están en Babilonia. «Miles y miles de personas que nunca habrán oído palabras semejantes, las escucharán»,<sup>12</sup> por más que «serán desatendidas por la vasta mayoría».<sup>13</sup></div><div> </div> <div style="text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span class="storySubHead"><br />5.</span> <strong>La proclamación final y gloriosa de Apocalipsis 18 es una revelación del carácter de amor de Dios.</strong><br /></div><br /><div style="text-align: justify;">A medida que se acerca el fin, los testimonios del pueblo de Dios «se harán más decididos y poderosos».<sup>14</sup> «El último mensaje de clemencia que ha de darse al mundo es una revelación del carácter de amor de Dios. Los hijos de Dios han de manifestar su gloria. En su vida y carácter han de revelar lo que la gracia de Dios ha hecho por ellos».<sup>15</sup> Sus rostros brillarán, «Se realizarán milagros, los enfermos sanarán y señales y prodigios seguirán a los creyentes». Satanás también obrará con «falsos milagros», y así «los habitantes de la tierra tendrán que decidirse en pro o en contra de la verdad».<sup>16</sup><br /></div><br /> <div style="text-align: justify;"> </div><span class="storySubHead">6.</span> <strong>El factor decisivo, sea que recibamos el sello de Dios o la marca de la bestia, es la lealtad. </strong><br /><br /><div style="text-align: justify;">La marca de la bestia es «la señal de sumisión a los poderes del mundo»,<sup>17</sup> mientras que el sello de Dios se da a los que permanecen fieles a la autoridad divina. Aunque nadie ha recibido aún la marca de la bestia, esta será dada no solo porque los seres humanos «no han de trabajar con sus manos en domingo», sino porque «con sus mentes […] reconocen el domingo como el día de reposo».<sup>18</sup> Los que reciban el sello de Dios serán protegidos en el tiempo de angustia y reflejarán «plenamente la imagen de Jesús».<sup>19</sup><br /></div><br /><div style="text-align: justify;"> Una vez que «todos los que han resultado fieles a los preceptos divinos» hayan sido sellados, llega a su fin la intercesión de Jesús, termina el tiempo de prueba, y los pecados del pueblo de Dios son borrados.<sup>20</sup> La venida de Cristo no cambia nuestro carácter; «tan solo lo fija para siempre sin posibilidad de cambio».<sup>21</sup> No hay necesidad alguna de otro «tiempo de gracia», porque los que persistan en resistir las convicciones del Espíritu Santo «nunca serán convencidos».<sup>22</sup></div><div> </div> <div style="text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><span class="storySubHead"><br />7.</span> <strong>La lluvia tardía será más abundante que la lluvia temprana y ayuda a preparar al pueblo de Dios para soportar el tiempo de angustia.</strong><br /><br />Mediante las imágenes bíblicas de la cosecha, Elena White explica que «la maduración del grano representa la terminación de la obra de la gracia de Dios en el alma. Mediante el poder del Espíritu Santo se ha de perfeccionar en el carácter la imagen moral de Dios. Debemos ser totalmente transformados a la semejanza de Cristo».<sup>23</sup> En especial durante el tiempo de angustia, Jesús ve las dificultades que enfrenta su pueblo, y aun «la prisión se volverá palacio».<sup>24</sup> Pero los malvados «nunca se acostumbraron a amar lo que es puro […], y ya es demasiado tarde. Su vida de rebelión contra Dios los ha inhabilitado para el cielo. La pureza, la paz y la santidad que reinan allí serían para ellos un tormento; la gloria de Dios, un fuego consumidor […]. Su exclusión del cielo es un acto de su propia voluntad y un acto de justicia y misericordia por parte de Dios».<sup>25</sup><br /></div><br /><div style="text-align: justify;"> Elena White buscó a menudo atraer las mentes a las glorias del cielo y la tierra nueva. La recompensa de los justos, escribió, «solo la conocerán quienes la contemplen […]. En aquellas pacíficas llanuras, al borde de aquellas corrientes vivas, es donde el pueblo de Dios que por tanto tiempo anduvo peregrino y errante, encontrará un hogar».<sup>26</sup> Cuanto más aprendamos de Dios, más admiraremos su carácter y con mayor convencimiento podremos testificar que «Dios es amor».<sup>27 </sup></div> <div> </div> <div><div style="text-align: justify;"><span class="footnote"><span style="font-size:85%;"><sup style="font-style: italic;"><br />1</sup><span style="font-style: italic;"> Elena G. de White, </span><i style="font-style: italic;">Eventos de los últimos días</i><span style="font-style: italic;">, p. 11. Nótese que las ideas no documentadas de este artículo también han sido extraídas de esta importante compilación.</span></span></span><br /><span class="footnote"></span></div><span class="footnote"> <span style="font-style: italic;font-size:85%;" ><sup>2 </sup>Ibíd., p. 38.<br /><sup>3 </sup>Ibíd., p. 287.<br /><sup>4 </sup>Ibíd., p. 75.<br /><sup>5 </sup>Ibíd., p. 94.<br /><sup>6 </sup>Ibíd.; p. 95.<br /><sup>7 </sup>Ibíd., p. 160.<br /><sup>8 </sup> Elena G. de White, Mensajes selectos, vol. 1, p. 55.<br /><sup>9 </sup> Elena G. de White, Testimonios para la iglesia, vol. 5, pp. 76, 77.<br /><sup>10</sup> Elena G. de White, El conflicto de los siglos, pp. 593, 594.<br /><sup>11</sup> White, Eventos de los últimos días, p. 184.<br /><sup>12</sup> White, El conflicto de los siglos, p. 592.<br /><sup>13</sup> Elena G. de White, En los lugares celestiales, p. 343.<br /><sup>14</sup> White, Eventos de los últimos días, p. 205.<br /><sup>15</sup> Elena G. de White, Palabras de vida del Gran Maestro, p. 342.<br /><sup>16</sup> White, El conflicto de los siglos, p. 597.<br /><sup>17</sup> Ibíd., p. 591.<br /><sup>18</sup> White, Eventos de los últimos días, p. 228.<br /><sup>19</sup> Elena G. de White, Primeros escritos, p. 71.<br /><sup>20</sup> White, El conflicto de los siglos, p. 599.<br /><sup>21 </sup> White, Testimonios para la iglesia, vol. 5, p. 441.<br /><sup>22</sup> White, Eventos de los últimos días, p. 241.<br /><sup>23</sup> Ibíd., p. 187.<br /><sup>24</sup> Ibíd., p. 270.<br /><sup>25</sup> White, El conflicto de los siglos, p. 531.<br /><sup>26</sup> Ibíd., p. 654.<br /><sup>27</sup> Ibíd., p. 657.</span> </span></div> <div> </div> <div style="font-weight: bold; font-style: italic;"><span style="font-size:85%;"><span class="storyAuthor"><br />Clinton Wahlen es director asociado del Instituto de Investigaciones Bíblicas en la Asociación General.</span></span></div><br />Fuente: <a href="http://spanish.adventistworld.org/index.php?option=com_content&view=article&id=575">Adventist World</a>. <span style="font-size:85%;"><span style="font-style: italic;">Marzo 2010</span></span>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4432102266432857077.post-61813273054961448652010-02-12T16:38:00.000-08:002010-02-12T16:50:26.170-08:00Por qué creo en Dios<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg43dN9dzc-UQOYVQFVOulqSlKF0qOxJ5vEDz9CqwZjS1J_LfPEkgtUbzLzOFERjl-R90bALoA_GugL0xv0Yez1w7nTDe8x7QZ99y6PCc7JfW4sdLS4IxXT9Lc_MX3RPQtcNpUyXKSRnCU/s1600/por-que-creo-en-dios.jpg"><img style="float: left; margin: 0pt 10px 10px 0pt; cursor: pointer; width: 220px; height: 165px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg43dN9dzc-UQOYVQFVOulqSlKF0qOxJ5vEDz9CqwZjS1J_LfPEkgtUbzLzOFERjl-R90bALoA_GugL0xv0Yez1w7nTDe8x7QZ99y6PCc7JfW4sdLS4IxXT9Lc_MX3RPQtcNpUyXKSRnCU/s1600/por-que-creo-en-dios.jpg" alt="" border="0" /></a><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Por: </span><span style="font-style: italic; font-weight: bold;" class="storyAuthor">Limoni Manu<br /><br /></span><em><span class="storySubHead"><span style="font-weight: bold;">Cada uno tiene que evaluar las evidencias.</span><br /><br /></span></em><div style="text-align: justify;"><span class="cap">H</span>ace poco, hemos sido testigos de un resurgimiento de los ataques contra Dios y la religión por parte de personas como Richard Dawkins (<i>El espejismo de Dios</i>), Daniel Dennett (<i>Romper el hechizo</i>), Sam Harris (<i>El fin de la fe</i>), y Christopher Hitchens (<i>Dios no es bueno</i>).</div> <div> </div> <div><div style="text-align: justify;"><br />Como adventistas, debemos admitir que no podemos colocar a Dios en un tubo de ensayo y probar su existencia por métodos científicos. Dios está más allá de toda prueba. Nuestra capacidad de comprenderlo depende del alcance de su propia revelación.<br /></div> <br /><div style="text-align: justify;"> Entre otros métodos, Dios se nos revela en (1) la creación (Gén. 1:1), (2) por medio del mundo natural (Sal. 19:1), (3) en nuestro sentido de moralidad y el deseo innato de lo divino y (4) por medio de Jesucristo, la máxima revelación de Dios (Juan 1:14, Heb. 1:1-3). Dios no pide disculpas por ser quien es. Si bien permite que dudemos de su existencia, también nos da suficientes evidencias para creer, de manera que no tengamos excusa (Rom. 1:19, 20).<br /></div> <br /> Permítanme compartir algunas razones por las que creo en Dios:</div> <div> </div> <div><strong><br />1. El comienzo de todas las cosas </strong></div> <div><div style="text-align: justify;">Pensemos en el comienzo de la vida. Dios afirma ser el responsable directo de crear los cielos y la tierra (Gén. 1:1-3; Isa. 45:12, 18). Afirma haber puesto en su lugar los fundamentos de la tierra y medido sus dimensiones (Job 38:3-5). Afirma haber creado las criaturas del mar, las aves de los cielos, los animales terrestres (Gén. 1:20-22), y en último término al ser humano (Gén. 1:27; Sal. 139:14). Por fe, aceptamos el origen divino de la vida, sobre la base del testimonio bíblico de Dios como Creador y Sustentador del universo (Heb. 11:1).<br /></div><br /><div style="text-align: center;"><img style="width: 270px; height: 33px;" alt="http://spanish.adventistworld.org/images/template/intext-top.jpg" src="http://spanish.adventistworld.org/images/template/intext-top.jpg" /><br /><span style="font-size:130%;"><span style="font-style: italic; color: rgb(204, 0, 0);" class="blurbRight">Las personas de toda época<br />y lugar tienen alguna noción<br />de moralidad. La ley de Dios<br />está grabada en nuestras<br />conciencias.</span></span><br /><span class="blurbRight"><img style="width: 270px; height: 33px;" src="http://spanish.adventistworld.org/images/template/intext-bottom.jpg" alt="" border="0" /><br /><br /></span><div style="text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span class="blurbRight"></span>Muchos, sin embargo, escogen creer otra cosa. El 10 de septiembre de 2008, miles de científicos de ochenta países se reunieron en las instalaciones de la Organización Europea de Investigación Nuclear (CERN) en Suiza para poner en funcionamiento el acelerador de partículas más poderoso del mundo, conocido como el «Gran Colisionador de Hadrones». El experimento buscaba probar la teoría del Big Bang, y refutar indirectamente la enseñanza bíblica de la creación. Pero el resultado no fue el esperado; por el contrario, no se produjo explosión alguna, ni ningún agujero negro tragó partes de la región, ni llegó el fin del mundo.<br /></div> <br /> Para mí, el relato de la creación sigue sin ser refutado. <div> </div> <div><strong><br />2. Evidencias del mundo natural</strong> </div> <div><div style="text-align: justify;"> La tierra tiene más de once millones de especies animales, incluyendo la vida humana; trescientas mil especies de plantas, veinte mil de aves y cinco mil de reptiles. El planeta mismo es un ejemplo fascinante de complejidad extrema: tiene el tamaño exacto y la velocidad angular precisa para garantizar el equilibrio de las estaciones y las proporciones de tierra y agua. La mínima interferencia en esta compleja función cósmica podría significar la vida o la muerte de todos los organismos vivos.<br /></div> <br /><div style="text-align: justify;"> ¿Qué probabilidades existen de que esta complejidad sea resultado de la casualidad? ¡Muy remotas! Una inteligencia tiene que estar detrás de todo esto. Y para mí, esta realidad nos refiere a Dios.<br /></div> <br /><div style="text-align: justify;"> El testimonio del mundo natural, aunque silencioso, es elocuente (veáse Sal. 19:1). A pesar del pecado (Hech. 17:27), la naturaleza aún nos revela a Dios (Rom. 1:19, 20). </div></div> <div><strong> </strong></div> <div><strong><br />3. La moralidad y el deseo innato de Dios </strong></div> <div><div style="text-align: justify;">Las personas de toda época y lugar tienen alguna noción de moralidad, aun en los lugares más recónditos y en las culturas más diferentes. La ley de Dios está escrita en nuestros corazones (Rom. 2:11-16). Todos saben «instintivamente» que es malo matar a otro ser humano. ¿De dónde proviene ese sentido moral? Creo yo que de Dios. Él es la base de toda moralidad.<br /></div> <br /><div style="text-align: justify;"> De la misma manera, la creencia en un mundo espiritual y en un ser supremo (o seres supremos) es también un fenómeno universal. Gente de toda procedencia muestra algún tipo de devoción o adoración. Algunos adoran al «Dios desconocido», como les dijo Pablo a los habitantes de Atenas (Hech. 17:22, 23). Este instinto innato es, creo yo, una consecuencia directa de que Dios «ha puesto eternidad en el corazón del hombre» (Ecl. 3:11). Somos incurablemente religiosos (cf. Hech. 17:26, 27).<br /></div> <br /><div style="text-align: justify;"> Al famoso físico-matemático y filósofo Blas Pascal se le atribuye el siguiente comentario: «Hay un vacío con forma de Dios en el corazón de cada ser humano que no puede ser llenado por ningún ser creado, sino solo por Dios, el Creador, revelado a través de Cristo» (<i>Pensées</i>).</div></div><div style="text-align: justify;"> </div> <div><strong><br />4. El testimonio de Jesús</strong> </div> <div><div style="text-align: justify;">Even Si bien el mundo natural y la vida humana nos señalan a Dios, no sirven para comprenderlo plenamente. El punto máximo de la relevación divina se halla en Jesucristo (Heb. 1:1-3).<br /></div> <br /><div style="text-align: justify;"> Más de trescientas referencias, solo en el Antiguo Testamento, hablan de Cristo como el Mesías. Jesús es la simiente de la mujer (Gén. 3:15), nacido de una virgen (Isa. 7:14), en Belén (Miq. 5:2; Mat. 2:1; Juan 7:42). Sería llamado Señor (Sal. 110:1; Luc. 2:11), Hijo de Dios (Sal. 2:7; 1 Crón 17.11-14; Mat. 3:17; 16:16; Mar. 9:7), y Emanuel, «Dios con nosotros» (Isa. 7.14; Mat. 1:23). Se predijo que sería traicionado por un amigo (Sal. 41:9; Mat. 10:4) por treinta piezas de plata (Zac. 11:12; Mat. 26:15), abandonado por sus discípulos (Zac. 13:7; Mar. 14:50) y crucificado entre ladrones (Isa. 53:12; Mat. 27:38), pero que al tercer día resucitaría (Mat. 16:21; 17:9, 22, 23; 20:18, 19).<br /></div> <br /><div style="text-align: justify;"> Su vida, muerte y resurrección constituyen hechos aceptados por la historia. No obstante, lo que hace que Jesús sea único y singular entre otros líderes religiosos como Buda, Mahoma y Confucio, es su afirmación de que era Dios (Juan 5:17, 18; 8:58; 10:30-33).<br /></div> <br /><div style="text-align: justify;"> Y lo que pensemos de Jesús es literalmente un asunto de vida o muerte para nosotros (Juan 3:36).</div></div> <div> </div> <div><span class="storySubHead"><br /><span style="font-weight: bold;">¿Qué opciones tenemos?<br /><br /></span></span> </div> <div><div style="text-align: justify;">Tenemos tres opciones: Jesús fue un mentiroso, un lunático o fue Dios.<sup>1 </sup> Si Jesús mintió deliberadamente sobre su deidad, entonces no solo fue hipócrita, sino malvado. Si creyó sinceramente que era Dios cuando no lo era, entonces fue un lunático. Pero si su afirmación de que era Hijo de Dios fue verdadera, entonces es peligroso rechazarlo.<br /></div> <br /><div style="text-align: justify;"> En último término es una cuestión de fe, que no debería resultarnos extraña. Cada vez que viajamos en avión, por ejemplo, tenemos cierta dosis de fe en personas y maquinarias para nosotros desconocidas. Nuestro viaje celestial es más seguro que cualquier viaje en avión. Jesús es el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6).<br /></div> <br /><div style="text-align: justify;"> Para mí, las evidencias que tenemos son suficientes para garantizar mi entrega total. Creer en Dios y en Jesús, que fue enviado por él, es vida eterna.<sup>2</sup></div></div> <div> </div> <div style="text-align: justify;"><span class="footnote">*Una versión de este artículo apareció en Record, División del Pacífico Sur, 4 de julio de 2009. </span></div> <div style=""><span class="footnote"><sup><br /></sup></span><div style="text-align: justify;"><span class="footnote"><sup> 1</sup> Las siguientes ideas han sido deducidas de Josh McDowell, Evidence That Demands a Verdict: Historical Evidence for the Christian Faith, vol. 1 (San Bernardino, California.: Here’s Life Publishers, 1986), pp. 103-107.</span><br /><span class="footnote"> <sup>2 </sup> Juan 17:3.</span></div></div> <div> </div> <span class="storyAuthor"><br /><span style="font-style: italic;">Limoni Manu escribe desde Wanganui, Nueva Zelandia<br /><br />Fuente: <a href="http://spanish.adventistworld.org/index.php?option=com_content&view=article&id=554">Adventist World</a>. <span style="font-size:85%;">Edicion de Febrero 2010</span><br /></span></span> </div></div><br /></div>Mauricio Albaredahttp://www.blogger.com/profile/07625613972570984639noreply@blogger.com3